Jay se sorprendió mientras miraba a Jordan que tenía un rostro que no cambiaba incluso después de pasar por las vicisitudes de la vida.

Tenían una actitud similar cuando trataban a sus esposas.

De alguna manera, la embarazada Sera había aparecido en la puerta. Se veía nerviosa y tenía los ojos llorosos mientras miraba a Jay como si él fuera su pilar de apoyo.

Chloe se sorprendió cuando vio a Sera. Quizás la apariencia lastimera de Sera la había conmovido, por lo que le suplicó a Jay: "Hijo mío, deja que se quede. Déjala ser mi sirvienta”.

Jordan era un hombre que mimaba a su esposa sin fin. Aunque odiaba a Sera porque sentía que era una mujer que no se respetaba a sí misma, igual apoyó los deseos de Chloe cuando tenía la intención de mantener a Sera. "Jay Ares, ya que a tu madre le agrada, deja que se quede".

"No". Jay fue firme en su respuesta.

Jordan decidió entonces vetar la opinión de Jay. "No olvides que una parte de la Corte de Buque Fragante también es mía. Quiero quedarme