“Hermana Whitty, Bebé Robbie”, dijeron todas las hermanas. “Algo ocurrió”.

El corazón de Bebé Robbie se encogió instintivamente al ver las expresiones de angustia en los rostros de las hermanas.

Un incidente que era capaz de conmocionar a las hermanas hasta tal punto no era definitivamente un problema pequeño.

“Habla despacio. No hay prisa”. Una expresión inusualmente grave apareció en el rostro de Bebé Robbie.

Las hermanas se miraron entre sí y empujaron a la Hermana Andy para que se pusiera enfrente. Andy le informó a Bebé Robbie y Whitty: “Savannah Jones ha estado en desacuerdo con nosotras estos días. Tal vez ella no quiere jugar con nosotras, ya que las hermanas no la quieren. Rara vez la vemos, así que no nos preocupamos por su estado”.

“Sin embargo, no abrió la puerta cuando llamé a buscarla para repasar una vez más los detalles de todo lo ocurrido ese día. Abrí la puerta de una patada y entré. Olí un…”.

Andy frunció el ceño mientras una mirada intensa brillaba en sus ojos