La Señora Banners se arrastró hasta los pies de Roxie mientras lloraba amargamente y suplicaba: “Roxie, tu padre está viejo y necesita de mis cuidados. Yo también estoy vieja y no tengo buena salud, así que también lo necesito. Deja que nos apoyemos el uno al otro para el resto de nuestras vidas”.

Roxie la miró como si fuera un chiste. “Señora Banners, ¿recuerda que su situación actual es exactamente igual a la situación en la que se encontraba mi madre biológica hace diez años?”.

El rostro de la Señora Banners palideció al instante.

Roxie dijo furiosa: “¿Sabe lo desesperada que estaba mi madre en aquel entonces? Estaba gravemente enferma y postrada en la cama, y sin embargo a ti no te importaba su vida o su muerte. Le quitaste al único hombre en el que podía confiar. ¿Y ahora me pides que me apiade de ti? ¿Crees que debería mostrarte piedad?”.

La Señora Banners se derrumbó en el suelo.

Ella finalmente comprendió cuál era el método de venganza de Roxie. Roxie quería distorsionar t