― Pero por qué motivo ― respondió su jefe queriendo una explicación, el porqué una de sus mejores secretarias se iba de una manera tan repentina. ― Asuntos personales ― dijo Eloísa sin querer entrar a detalles. ― ¿No puede quedarse? ― respondió el jefe un tanto esperanzado de que ella se quedara, ya que era uno de sus mejores elementos, por lo que ella niega con la cabeza, por lo que él, le da una hoja para que pasara por su liquidación lamentando que su mejor secretaria se fuera del trabajo. Por lo que ella posteriormente fue a su departamento que había alquilado yendo a recoger todas sus maletas preparándolas una por una, mientras que Enrique fue a casa de Logan y Ana, pero al llegar toco la puerta, por lo que ella fue a abrirla. ― ¿Enrique? ― pregunto Ana un tanto desconcertada. ― ¿Puedo pasar? ― pregunto Enrique un tanto confundido. ― Si pasa ― dijo Ana un tanto atónita, pues no pensaba verlo ahí. ― ¿Puedo hablar con Logan? ― pregunto Enrique por lo que Ana niega con la cab
― Vete de mi casa, no quiero saber nada de ti ― dijo Logan de vuelta por lo que él abre la puerta de la casa, quería marcharse sin antes decirle: ― Cuando yo regrese no quiero verte más aquí ― respondió Logan saliendo de la casa dejando a Ana desconsolada. ― No, Logan no me voy a ir, grítame, abrázame y siente como late mi corazón di todo lo que sientes por mí, pero no me dejes ir ― dijo Ana abrazando a Logan, por lo que la alejo más de él subiéndose las escaleras yéndose rumbo a la habitación guardando la ropa de Ana en una bolsa, pero ella al verlo intenta detenerlo. ― No Logan, por favor no ― dijo Ana con la voz quebrada echando la ropa afuera de la casa jalándola del brazo a Ana y la saca de la casa. ― No quiero verte más ― contesto Logan con la voz quebrada cerrándole la puerta en la cara, por lo que ella empezó a tocar desesperadamente. ― Lárgate Ana no quiero volver a verte lárgate y no vuelvas más ― hablo Logan haciendo que ella llorara mientras tocaba la puerta desesperadam
― Yo no tengo nada de que hablar con usted, hágame el favor de retirarse ― dijo Leonardo señalando la puerta haciendo que ella agachara la mirada y se fuera de la oficina, aquello sería difícil al igual que alcanzar su perdón. ― Yo no me voy sin que me escuches ― hablo Eloísa enfrentando a Leo, quien no quería escucharla ni verla. ― ¿Y para qué quieres que te escuche? Ya está claro, ¿No? ― dijo Leo un tanto desconcertado y dolido. ― No está nada claro, no está nada claro las razones por las cuales yo me aleje de ti ― dijo Eloísa agachando la mirada por las cuales Leo se quedó sorprendido. ― Yo no necesito saberlas, me dijiste que no me amabas ¿O qué me dirás que es mentira? ― respondió Leonardo agachando la mirada. ― Tienes que escucharme las cosas, no es como tú lo estás imaginando ― respondió Eloísa sentándose pasándose las manos por su cabello. ― ¿Cómo quieres que te escuche? Tú me dejaste plantado en el altar y te fuiste, lo nuestro es historia Eloísa y yo no hay nada y jamá
Por lo que Leonardo la quiso romper, pero no tenía más remedio más valor para romperla en miles de pedazos dejándola en el buro, por lo que se pasa las manos por su cabello pateando lo que estaba en su paso, ya que él estaba desesperado. Puesto que Leonardo se tapa la cara con sus manos, no sabía qué hacer si ir por Eloísa o simplemente dejarla ir hasta que Enrique entra a la habitación de Leonardo y le dice: ― ¿Dejaras ir a Eloísa? ― preguntaba Enrique haciendo que él agachara la mirada. ― Es lo mejor ― hablo Leo como si no le interesara. ― Por un solo momento deja de ser tan idiota y escucha por primera vez en la vida ― le respondió Enrique gritando no podía creer que Leonardo no escuchara razones. ― ¡¿Y qué quieres que haga?! ― preguntaba Leonardo exaltado. ― Escuchando a Eloísa ¡Dejando de ser tan idiota y de ir por ella! ― hablaba Enrique, furioso quería que Leonardo entrara en razón, aunque fuera difícil. ― Claro por una persona que no me ama ― dijo Leonardo de nueva cuen
― Quiero tu perdón Eloísa, quiero tenerte a mi lado porque soy un idiota que se deja llevar por este estúpido orgullo ― hablo Leonardo un tanto exaltado, quería que ella lo perdonara y se imaginara un sitio para su fantasía donde su amor fuera una armonía porque no soportaba la idea de estar lejos de él. ― Claro, ahora vienes que me quede ¿Cuándo has hecho algo sin sentirte culpable cuándo? ― hablaba Eloísa tratando de no llorar, pero era imposible, ella lloraba haciendo que él solo le abrazara fuertemente. ― Jamás has hecho algo por mí nunca ― le dijo Eloísa recriminando cada acción de Leonardo. ― Si hice algo por ti ― dijo Leo cansado, no quería pelear, solo quería su amor, su ternura, pero ella solo negaba con la cabeza. ― ¡Mentira, jamás hiciste algo por mí nunca! ― gritaba Eloísa furiosa con lágrimas corriendo por sus mejillas. ― Si hice algo por ti Eloísa y fue amarte más que a nada en el mundo, llámame estúpido, lo acepto, soy un estúpido, pero no te dejaré ir, ya no lo ha
Todo parecía acomodarse entre ambos, después de dos días ya no sabían nada de Miranda y de Marcos, pues después de tanto tiempo estaban comenzando a ver primaveras, pero, por otra parte, Miranda estaba planeando su venganza o como ella decía su obra maestra en como acabaría con la vida de Leonardo Rosas Marcos la veía y se veía demacrado por las drogas que utilizaban. ― ¿Y bien hermosa Miranda como acabaras con la vida de Leonardo? ― preguntaba Marcos sonriendo maliciosamente. ― Tengo un plan y esta vez nada puede fallar ― respondió Miranda sonriendo mientras tomaba de su copa de vino. ― Escucho tu plan, o mejor dicho, escucho tu obra maestra ― hablo Marcos sonriendo prendiendo un cigarrillo. ― Cortar los frenos de su carro, de esa manera él no frenara y chocara ― contesto Miranda sentándose en sus piernas, haciendo sonreír a Marcos que tenía deseos de matarlo también por el altercado que habían tenido. ― Perfecto y morirá al instante ¿Pero que pasara con Eloísa también debemos d
― No te preocupes, no me fije por donde iba ― respondió Enrique disculpándose con Cinthia dándole las cosas, pero de pronto ve su mirada era tierna, dulce, algo le decía que debía conocerla, más le da la mano, pero ambos sintieron una extraña corriente pasando sobre ellos. Pero al momento de que Enrique le da las cosas sin querer vio la mirada de Cinthia era de una mirada tierna y dulce, algo le decía que debía conocerla más, ella se levanta y sale corriendo del lugar, pues aquella mirada de Enrique la había incomodado un poco, pues no le quitaba la mirada de encima Pero por la tarde Cinthia tenía que ir a su casa, ya que habían salido de trabajar, esperaba el bus, pero Enrique la ve, puesto que él pasaba por su carro. ― ¿Quieres que te lleve? ― pregunto Enrique asomando la cabeza haciendo que ella solo hiciera su cabello rojo hacia atrás de la oreja. ― No, gracias ya va a pasar el bus ― dijo Cinthia sonriendo. ― Insisto ¿No quieres que te lleve? ― preguntaba Enrique tratando
― Claro, que lo sé no soy estúpida ― dijo Miranda furiosa arrebatándole la herramienta que había sido una mala idea, ya que cae al suelo haciendo que el carro de Leonardo encendiera la alarma. ― Estúpida ¿Qué acabas de hacer? ― dijo Marcos un tanto alarmado por lo que Miranda quiso tomar aquella herramienta, pero él ya estaba huyendo dejándola sola. ― Maldita sea Marcos se ha ido ― hablo Miranda, furiosa. ― Escuchaste Leonardo la alarma del carro se encendió ― dijo Alberto haciendo que Leo se pusiera de pie yéndose a ver que sucedía. Leonardo sale del estudio para verificar que estaba sucediendo con su carro, pero se había encontrado a Miranda que estaba alcanzando unas pinzas, por lo que él, la sorprende. ― Vaya, vaya Miranda Cosgrove tratando de asesinarme ― dijo Leonardo cruzándose de brazos. ― Eso no es verdad ― dijo Miranda de vuelta. ― ¿No es verdad? Por dios Miranda no soy estúpido ― dijo Leonardo negando con la cabeza. ― Además, es algo tonto querer cortarle los frenos