Pasaron 10 minutos desde que la putilla habia entrado en la oficina de Alex. Me preguntaba si podia haber olido el olor a sexo que habia quedado en el lugar. Me desesperaba no poder escuchar nada de lo que estaba sucediendo, lo unico que había escuchado era la voz de Alex pero no podia comprender lo que el decia.

Mi mandibula me picaba al tratar de contener la calma. Bianca habia ingresado a mi oficina hacia 20 minutos y lo unico que repetía era que me extrañaba. Como podia extrañarme, quiero decir, Nuestra relación siempre fue carnal y compartiamos alguna comida cuando necesitaba compañía pero nada mas.

-No te llamo porque no quiero, no hay mucha explicación-murmure perdiendo la paciencia que tenia. 

Ella se encontraba sentada de piernas cruzadas tratando de mostrarme la tanga de encaje que llevaba puesta. Quizas hace un mes atras yo podia haberla tenido arriba de la mesa en dos seg