Capítulo 3

Capítulo 3

Se sostuvo de la espalda del mayor en el mismo instante que el cuerpo contrario hizo contacto con el suyo una vez más. Todo su cuerpo estaba recibiendo descargas de placer a cada segundo.

Su boca no paraba de soltar gemidos, los cuales eran apagados por los labios del mayor robándole el aliento con cada estocada, era la mejor sensación que alguna vez sintió en su vida. Su cuerpo reaccionaba de una forma en la cual sólo podía significar una sola cosa.

Su espalda se arqueó y un gemido salió de sus labios cuando su cuerpo fue levantado con facilidad de la cama y colocado contra la cabecera de esta, su cuerpo reaccionó de forma en la que nunca se imaginó estarlo. Comenzó a moverse de la misma forma en la que el mayor se movía mientras lo penetraba, las cosas que su cuerpo le estaba haciendo no tenían una explicación coherente.

En cambio Jared no estaba del todo en sus cabales, ese niño era una jodida caja de sorpresas la cual estaba más que dispuesto a saber aunque sea lo último que haga.

Sus manos recorrían cada parte del cuerpo del niño con gran devoción, todo de él le gustaba y eso era algo de lo cual esperaba que no fuera pasajero.

El cuello de Dylan se veía tan apetecible en esa situación y sin poder hacer nada, su lobo cobró vida en él, por primera vez desde muchos años. Sus colmillos crecieron tanto que temió por la vida Dylan cuando tomó posesión de él.

Sus labios se fruncieron cuando la luz del día se infiltró en su grandioso sueño, le dio una mirada llena de odio al sol; que estaba en el punto más alto en el cielo y luego se dio la vuelta para seguir durmiendo como Dios manda. Las sabanas eran suaves e incluso deseó quedarse en ellas para toda la vida si era posible, escuchó una carcajada en alguna parte de la habitación, pero la dejó pasar su sueño era más importante que cualquier sonido del exterior…

— Por lo que veo eres muy dormilón — una sonrisa se curvó en los labios de Jared cuando las mejillas de Dylan tomaron un color muy peculiar en él — Aunque, el sol no tiene la culpa de que seas así…

— Lo siento — soltó un bostezo — Tengo mucho sueño, eso es todo — abrió los ojos lentamente para al mayor con una bandeja con lo que parecía ser la comida.

— Me di cuenta de eso — le guiñó un ojo — Tienes que levantarte de la cama y comer algo, esa mordida no sanará sola — las mejillas de Dylan se pusieron rojas de la vergüenza por escucharlo decir eso.

Dylan se sentó en la cama y tocó la herida de su hombro e hizo una mueca cuando se dio cuenta de que estaba fresca. Miró a Jared esperando una explicación de la que en la noche anterior no le dio tiempo a preguntar porque éste le ordenó que debiera de dormir.

Jared pasó una de sus manos por el cabello de Dylan y luego se sentó en la cama a su lado y en ese momento Dylan se dio cuenta de que el mayor solo tenía unos bóxer que cubrían solo una parte de su desnudes. Pasó saliva antes de mirar al mayor con sus grandes ojos buscando alguna respuesta a su pregunta no formulada.

— Pregúntame lo que deseas preguntarme — dijo, al fin y le pasó la comida que había hecho — Responderé solo las preguntas que no sean pasada de línea sobre mi vida personal.

— ¿Puedo preguntar lo que desee? — se metió un poco de carne a la boca sin despegar la mirada del mayor.

— Eso acabo de decir — bromeó.

— Si, lo siento, a veces soy muy torpe — sus mejillas se tiñeron de rojo una vez más.

— Anoche no parecías serlo — le guiñó el ojo — Ahora pregunta.

— ¿Por qué me mordió? — Siguió comiendo — Apenas me conoce de algunas horas y ya tengo su mordida en mi cuello.

— No estaba en mis cinco sentidos — algo en el pecho de Dylan se rompió — Mi lobo tomó posesión de mí y no pude evitarlo, por esa razón es por la cual te marqué. Se perfectamente que eres un niño de veinte años y que tienes grandes cosas en mente.

 — ¿Se arrepiente de haberme marcado? — Dejó lo que quedó de la comida a un lado — ¿Se arrepiente de marcar a alguien como yo?

— Nunca dije eso — agarró el rostro del menor con ambas manos al verlo tan triste.

— No entiendo… yo no pedí que marcara y tampoco tengo la culpa de ser un prostituto de un bar de mala muerte — sus labios comenzaron a temblar — ¿Es por eso que se arrepiente?

— Repito, no me arrepiento de marcarte — secó las pequeñas gotas que se habían posado en sus mejillas.

— Pero usted dijo que su lobo tomó posesión de su cuerpo y que no estaba en sus cinco sentidos cuando lo hizo — lo miró esperando una respuesta.

— Así es, dejé que mi lobo hiciera lo que pensaba lo que era mejor en ese momento y no me arrepiento en lo más mínimo — dejó un casto beso en sus labios — No eres un prostituto porque sólo has estado con un solo hombre y ese soy yo, no eres nada de lo que está loca cabeza está pensando.

— Pero soy alguien con una vida complicada… no puede estar diciendo esas cosas justo ahora — lo miró, y Jared sólo sonrió.

— Lo sé, Dylan. Sé muy bien quién eres y con quien me estoy metiendo. Pero eso no quiere decir que no seas alguien con quien no quiera estar — los ojos de Dylan lo miraron expectante sin poder creer lo que el mayor le estaba diciendo — Eres especial, tus ojos son únicos. Nunca cambies nada de lo que tienes solo porque alguien lo dice.

Dylan le dio una mirada tímida y dejó que el mayor se adueñara de sus labios justamente como la noche anterior.

— Ponte algo de ropa, iremos a dar un paseo por la playa y no quiero que te resfríes — se levantó de la cama — Tengo que hacer unas llamadas…

— No tengo ropa que ponerme — sus mejillas se tiñeron de rojo una vez más.

— Ponte la camiseta que yo tenía puesta la noche anterior y listo… creo que en uno de los cajones debe de a ver ropa interior con la cual estarás cómodo — dicho salió de allí dejando a Dylan.

Después de darse una pequeña ducha, y también de proteger bien la herida que se había hecho después de la mordida, Dylan y Jared estaban de camino hacia la playa agarrados de manos.

A decir verdad, el menor se veía extremadamente pequeño al lado del mayor. Sus manos unidas eran una prueba de eso. Después de la llamada que hizo Jared, éste se había encargado de ponerse un pantalón de chándal.

Los ojos de Dylan miraban como el mar chocaba con las pocas rocas que habían en ese sitio, era realmente hermoso ver todo eso en ese lugar.

— Hay algo que no entiendo de todo esto — la voz de Dylan rompió el silencio que se había formado desde que salieron de casa — ¿Por qué me eligió a mi si habían más personas en ese lugar?

— Simplemente tomé tu foto. Por si no lo sabías ese lugar es mío. Yo controlo todo lo que pasa — acarició los nudillos del menor sin dejar de mirar el mar — No sé la razón por la cual Samuel no te echó desde que cometiste la primera falta, pero me alegro de que no lo haya hecho — una risa escapó de los labios de Dylan al recordar las cosas que Samuel le dijo desde que cometió la primera falta.

— ¿Por qué nunca lo había visto por esos rumbos? — Jared frunció los labios — Sino quiere responder esa pregunta está todo bien, no es necesario…

— La razón por la cual nunca estuve por esos rumbos fue porque tenía que hacer cosas fuera de la ciudad — movió él cuello, para dejar la tensión que se había formado — No puedo decirte nada más, por ahora.

— Esta bien, creo — sonrió sin mostrar los dientes — ¿Cuánto tiempo estaré aquí con usted?

— Hasta que decidas irte, no te voy a obligar a estar conmigo si no quieres…

— No fue eso no lo que pregunté — negó, divertido — De la única forma en la cual me puedo separar de usted es si otra persona me hace una mordida o si usted se enlaza con otra persona.

— Descuida que eso no sucederá — se detuvo y se sentó en una roca — La verdad es que no había pensado en más de un fin de semana contigo. Pero ahora quiero estar más tiempo contigo.

— Creo que eso no será posible… tengo que recoger a mi hermano y buscar mi paga donde Samuel — mordió su labio.

— Eso no es problema… ahora mismo iremos donde tu hermano y asunto resuelto.

El camino hacia donde estaba su hermano no fue para nada incómodo. Dylan no supo en qué momento Jared consiguió ropa de su talla, pero lo agradeció enormemente, cuando salieron de la casa de playa Jared tenía unos documentos en las manos y aun carro los esperaba.

No se animó a preguntar porque estaba seguro de que metería la pata si decía algo imprudente. Pero el mayor había entendido su mirada y le dijo que sería mejor recoger a su hermano en un carro que en la moto, porque sería raro llevarlos a ambos en una moto y no quería darle una mala impresión al hermano de Dylan.

Cuando llegaron a la guardería del lugar, Dylan bajó primero que Jared cuando vio a su hermano parado en la entrada del lugar completamente solo, sin nadie que lo vigilara. El hermano de Dylan le dio un beso en la mejilla desde que éste lo cargó en sus brazos. La mujer que estaba encargada del lugar salió con las cosas del pequeño y estaba dispuesta a tirarle todo a Dylan, pero desde que vio a Jared salir del lujoso carro su semblante cambió drásticamente.

— Aquí están las cosas de tu hermano — sonrió, con falsedad.

— ¿Por qué razón estaba aquí afuera con éste frio? Se supone que debía esperarme adentro con alguien que lo cuidara, no afuera donde alguien pudo hacerle algo — tomó el bolso que ella le tendía — No sé qué cosas pudieron haberle pasado a mi hermano si yo no llegaba a tiempo.

— Él salió solo — dijo, entre dientes — No tengo culpa de que tu hermano sea igual o peor que tú.

— Un niño no puede salir solo de un lugar a menos que un adulto lo esté vigilando o que haya dejado la puerta abierta… se supone que a usted le están pagando por cuidar de los niños no para que los descuide — dijo, serio, y ella subió una ceja.

— El único que me paga — señaló detrás de Dylan — Es él, y tú no tienes vela en éste entierro, no eres más que un simple omega de barrio que se prostituye…

— Resulta que éste omega, es mío — intervino Jared, tomando la cintura del menor — Él puede decirte lo que desee, porque tiene mi marca y mi olor en cada parte de su cuerpo — dejó un beso sobre la mordida de Dylan — Y lo que dijo es verdad, se supone que te estoy pagando una buena cantidad de dinero para que cuides de su hermano y lo primero que veo cuando llego, es a un niño temblando de frio fuera de la guardería, mientras que la mujer que tiene el deber de cuidarlo está dentro haciendo sabrá Dios que — la mujer palideció al escuchar esas palabras — Ahora ve adentro y atiende a los demás niños si no quieres que yo mismo me encargue de echarte a la calle.

Ella asintió a regañadientes, entró a la casa hecha una furia. Dylan miró a Jared aun con su hermano en brazos, quien se quedó dormido.

— Gracias por eso — Jared dejó un beso en el cabello negro de Dylan e hizo que éste caminara hacia el carro.

— Todo por mi omega.

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