ADRIANA

"¡Mierda!", gimo mientras me lanzan a través de los árboles. Las ramas se parten cuando me estrello contra ellas, haciendo una mueca de dolor porque no puedo recuperar el equilibrio y me lanzo hacia abajo a través de ellas y caigo al suelo a unos cuarenta pies de distancia, sin aliento. "Mierda…”.

"Impresionante", dice Zade, dejándose caer al suelo a unos pocos pies de distancia. Damien y Valerie aparecen, ambos pálidos y Valerie llega a mi lado para revisarme.

"¿Impresionante?", me burlo. “Me ganaste”.

"Lo hiciste bien, eres resistente y valiente”.

"Y ella está sangrando”. Valerie suspira mientras me obligo a sentarme, apretando los dientes.

Oh, definitivamente me he roto algo.

"Zade, ¿puedes ser suave?", regaña Valerie.

Zade inclina la cabeza, mirándola como si eso fuera obvio. Ella pone los ojos en blanco en respuesta.

No me gusta suave.

Eso es lo que probablemente le acaba de decir, o algo por el estilo, de todos modos.

Ellos son una gran pareja, opuestos, pero