VALERIE

Nos besamos como si no hubiera un mañana, y es un momento que no quiero que termine nunca. Nuestros corazones palpitantes son una melodía para el momento cargado de emociones entre nosotros. Pero se interrumpe cuando escucho la caída de su ritmo cardíaco, la tensión en su cuerpo en su momento de dolor.

¡Él está herido!

Agarro sus hombros, obligándolo a retroceder mientras jadeo en busca de aire.

"Za...". Mi corazón se agita cuando él me ignora y en su lugar se inclina de nuevo. Sus labios recorren mi mandíbula mientras sus dedos rastrillan mi espalda una vez más, dejando fuego a su paso.

"Mierda, Zade...", gimoteo sin aliento cuando sus labios tocan mi cuello. Esta vez mordiendo la piel tierna y chupando con fuerza, paso mis dedos por su cabello, queriendo acercarlo aún más, pero... "Necesitas que te curen".

Él se detiene por una fracción de segundo, y lentamente lo empujo hacia atrás y lo miro a los ojos, mis dedos masajeando la parte posterior de su cuello.

"Estoy bien