Miro a Zaia. No es tan descabellado… ella está un poco más en contacto con su lado lobuno y sus creencias…

“¿Y si es un error? Es decir, no creo que nadie merezca ser... purgado. Pero, ¿qué pasa si solo necesito mostrarle a la gente que debemos aceptar a nuestros lobos como solíamos hacerlo antes…¿los niños? Papá, ¿dónde están los niños?”. Ella se incorpora de un salto. "Había una amenaza, mis bebés…".

“Están a salvo, Zaia, cálmate. Hice que escoltaran a su madre y a los niños a un lugar seguro donde estarán extremadamente seguros. No puedo dejar que hables con ellos para no revelar su ubicación, pero te doy mi palabra de que están a salvo”.

Ella se relaja un poco y solo desearía que fuera yo quien pudiera mantenerlos seguros.

Sigo fallando… ¿Acaso significa que el enemigo está dentro de los muros de mi manada?

“Gracias a la diosa…”. Ella se relaja y su padre la obliga a acostarse nuevamente.

“No sé mucho más sobre los Nacidos de Sangre…pero generalmente existen tres a la vez. Ca