Harvey York colgó tranquilamente el teléfono antes de poner tres dedos delante de Daphne Lee, diciéndole que solo necesitaba tres minutos.

“¿Tres minutos?”.

Daphne se burló al ver los movimientos de Harvey.

“¡¿Crees que puedes presumir solo porque tienes a alguien montando un espectáculo contigo?!”.

“¡Es inútil!”.

“¡Ya hemos visto a pueblerinos como tú! ¡No nos dejaremos engañar por trucos infantiles tan poco convincentes!”.

“Si estás tan confiada, deberíamos esperar”, replicó Harvey con calma.

“¡Bien! ¡Esperaré!”.

“¡Si para entonces no puedes salirte de esta situación, yo misma me encargaré de ti!”.

Daphne cruzó sus manos mientras miraba a Harvey de forma autoritaria.

Harvey jugaba despreocupadamente con su teléfono cuando vio la noticia de que la Alianza de Artes Marciales del País H era el nuevo gran director de la Alianza Mundial de Artes Marciales.

Habían pasado tres minutos, pero nada había cambiado.

Daphne mostró una mirada desdeñosa cuando miró su reloj Cartier, que