“¡Estás loco! ¡¿Qué cantidad de dinero crees que estás pidiendo?!”, exclamó un trabajador.

¡Paf!

“¿Quién te dijo que hablaras?”.

Emilio Garcia apartó al trabajador de una bofetada antes de avanzar con una sonrisa fría.

“¿No es el País H el país más fuerte del mundo?”.

“Tu país también tiene la economía más grande del mundo a juzgar por lo rápido que se está desarrollando...”.

“En todo caso, eres el que más dinero tiene”.

“¿Y qué si te quitamos quince mil millones de dólares?”.

“Esto no es nada”.

Emilio extendió las manos hacia la cara de Harvey York.

“Basta de regateo, Harvey. ¡Si dices una sola palabra, haré de tu vida un infierno!”.

¡Paf!

Harvey agitó casualmente el dorso de la palma de su mano en la cara de Emilio.

“El País H tiene gente excepcional, tierras con abundantes recursos y dinero que crece en los árboles, pero ¿qué tiene que ver con ustedes?”.

“No solo quince mil millones; ni siquiera te daremos quince dólares”.

“¡Aaagh!”.

Emilio se tambaleó hacia atrás mi