Jeff le lanzó una mirada burlona a Harvey.

“Hay un dicho: dale a un perro un mal nombre, ¡y luego cuélgalo!”.

“Aunque demuestre mi inocencia, a juzgar por lo arrogante que has estado actuando, probablemente buscarías otra excusa para darme mala fama, ¿no es así?”.

“Pero confía en mí. Cuando muera, ¡te reunirás conmigo poco después!”.

“¡Y no solo tú: tu familia y tus amigos también pagarán el precio!”.

“¡Tus antepasados serán desenterrados de la tierra solo para ser quemados!”.

¡Paf!

Harvey volvió a golpear la cara de Jeff con el dorso de la palma de su mano, haciéndole retroceder a trompicones.

“¿Me estás amenazando?”, se burló Harvey con frialdad.

“¿Crees que esto va a funcionar?”.

“Además, ¿de verdad crees que no tengo pruebas?”.

“Había guardaespaldas de la Agencia de Seguridad de Longmen con mi mujer”.

“Ya que no se atrevían a defenderse, ¡todos quedaron lisiados antes de ser llevados al hospital inconscientes!”.

“¡El cuerpo de mi esposa no se encuentra por ninguna par