“¡Incluso si el Joven Amo Bauer jugó con tu mujer, sigue siendo su maldita culpa!”.

“¡Así es! ¡No puedes hacer que se responsabilice de esto!”.

“¡¿Cómo puedes asesinar a todos aquí por una mujer como esa?!”.

La multitud estalló en un alboroto, actuando como si Harvey solo estuviera buscando problemas.

¡Paf!

Harvey los ignoró y pasó el dorso de la palma de su mano por la cara de Jeff con decisión.

“Pero qué mujeriego adinerado eres”.

“¿Crees que puedes hacer lo que quieras? Te estás pasando un poco”.

“¿Acaso no ves quién tiene el control aquí?”.

“Yo decido si vives o mueres”.

“¿Por qué debería darte pruebas?”.

“Deberías pensar si vas a entregarme a mi mujer tranquilamente o convencerme de que no está aquí”.

Harvey abofeteó a Jeff en la cara una vez más.

“De lo contrario, no me culpes por hacer algo indebido”.

“Cuando eso ocurra, sin duda compensaré la pérdida de tu familia”.

“¡Ngh!”.

Jeff gruñó mientras tropezaba, casi perdiendo el equilibrio en el proceso.

Dos huellas