La adinerada dama de una familia de segunda tenía toda una identidad...

Pero sabía muy bien que solo era un juguete para el Comisario Thompson y gente como él.

No le guardaría rencor al Comisario Thompson, ni se atrevería a ir en contra de la gente que parecía ser mucho más impresionante que él.

No tuvo más remedio que fulminar a Harvey York con la mirada.

Creía que solo había sido humillada hasta ese punto por el hombre mantenido que tenía delante.

Sin él, ¿por qué iba a ser pateada en el estómago por la persona a la que adoraba?

¡Esto era imperdonable!

Harvey podía sentir el odio en los ojos de la mujer, pero no podía molestarse en absoluto.

Los cerdos podrían volar si una mujer que solo sabía pisotear a los débiles conseguía tener éxito en algo.

El Comisario Thompson se frotó la cara antes de forzar una sonrisa.

“Mis disculpas, Señor Torres y todos los presentes”.

“Esta p*rra solo estaba siendo ignorante”.

“Me disculparé en su lugar”.

Entonces, el Comisario Thompson se