Todos mostraban miradas extrañadas mientras observaban a Harvey York.

Todos sentían curiosidad por el nuevo dueño del Salón Marcial.

Obviamente, nadie sabía si tenía la fuerza para tomar el control del Budokan.

Después de todo, los instructores eran bastante difíciles de lidiar.

Harvey miró curiosamente a su alrededor. Se daba cuenta de que las personas allí albergaban segundas intenciones, pero no podía molestarse.

“Señor York, esta es la Instructora Naiswell, el Instructor Lee, el Instructor Jackson...”.

Dillon Lee presentó con mucha emoción a todos a Harvey.

“Estos instructores son veteranos y élites del Salón Marcial. Mi maestro gastó mucho esfuerzo reclutándolos aquí”.

“Hola. Soy Harvey”.

Harvey saludó cortésmente a todos.

“Trabajemos juntos”.

En cuanto Harvey terminó de hablar, un hombre fuerte y musculoso soltó una fría burla.

“¿Por qué deberíamos trabajar contigo?”.

“¡Sin nosotros, este lugar se irá a la quiebra en dos meses!”.

Los otros instructores se rieron con