Antes de que los hombres a su alrededor se dieran cuenta de algo, una bala atravesó volando.

El hombre que estaba detrás de Vince York sintió un dolor agudo en el pecho mientras salía despedido. Ya estaba muerto cuando aterrizó de nuevo en el suelo.

“¡Francotirador!”.

Los hombres de traje eran todos élites de los York de Hong Kong y también guardaespaldas personales de Vince. Naturalmente, reaccionaban con rapidez en momentos así.

Vince, que estaba en el suelo, ni siquiera tuvo tiempo de enojarse. Instintivamente se puso a cubierto.

El lugar en el que estaba tumbado tenía un agujero tan grande como un puño. Si fuera más lento, ya estaría muerto.

“¡Protejan al Joven Señor York!”.

Los élites cambiaron frenéticamente su expresión antes de rodear a Vince mientras gritaban constantemente.

No les importaba nadie más que Vince en ese momento.

¡Pfffft!

Otra bala voló hacia ellos, esta vez volando la cabeza de uno de los élites que estaban delante.

La sangre y el polvo se mezclaron e