“Llegó temprano porque es un hombre inteligente. Se dio cuenta de que algo andaba mal”, respondió Harvey con calma.

"Ya debería saber que cancelaríamos el trato si no venía aquí antes de las tres en punto".

"¿Por qué?".

Queenie frunció el ceño.

"De acuerdo con tu acuerdo y el de Dante, tendrías que empacar tus cosas y dejar la empresa si no puedes cerrar el trato en un día".

“¿No se supone que deberías tener miedo?”.

"¿Por qué debería tenerlo?".

“Solo dije que conseguiría el trato. Nunca especifiqué de quién lo obtendría”, dijo Harvey, aún tranquilo.

"Si el trato se cancela aquí, simplemente haré una llamada y haré que el jefe de la familia Ishikawa se arrodille frente a mí y me rogué que firme el contrato mañana por la mañana".

Al ver la expresión indiferente de Harvey, Queenie supo lo que significaba ser dominante.

Harvey y Queenie se acercaron a las pocas mujeres del personal mientras conversaban.

Una mujer que llevaba gafas con montura dorada y que parecía una secretaria