“¡¿Harvey York?!”.

Yukiko, al otro lado del teléfono, se quedó congelada antes de perder la voz.

"¿L...líder de Sucursal York?".

"Así es", respondió Harvey con calma.

El teléfono quedó en completo silencio. Yukiko estaba completamente sorprendida.

Como representante de la Embajada de la Nación Insular, tenía acceso a más información en comparación con otros.

Por ejemplo, sabía que Harvey mató al Santo de la Espada del Camino Shinkage, Miyata.

Akio del Camino Shindan también se vio obligado a huir por Harvey.

Estos incidentes por sí solos eran suficientes para que Yukiko entendiera que este hombre era mucho más aterrador en comparando con el tiempo que estuvo en Mordu.

La Nación Insular incluso le advirtió que no volviera a provocar a Harvey, a menos que fuera absolutamente necesario.

Después de todo, todavía no se les había ocurrido un plan para lidiar con Harvey.

Ir en contra de Harvey, lo quiera o no, solo les traería la ruina.

Se podía escuchar un toque de adulación y ti