Austin Bierstadt siempre podía hacer lo que quisiera en el anillo exterior. Trajo un grupo de personas con él que tenían armas de fuego, pero no solo no logró reprimir al hombre del País H, ¡incluso recibió algunas bofetadas en la cara! Estaba mostrando total incredulidad en su rostro completamente hinchado en ese momento.

¡Esto era imperdonable!

Si Austin no mostraba toda su fuerza para redimir su orgullo, ¿cómo podría perdonarse a sí mismo?

¡¿Cómo iba a darle a Kaitlyn Parson una explicación entonces?!

El grupo de combatientes dio un paso adelante y quitaron los seguros de sus armas al instante, a punto de apretar el gatillo.

Harvey York tiró unos pañuelos sobre la mesa y se limpió la mano en ese momento.

“Eres Austin. ¿Correcto?", preguntó Harvey con calma.

“No te culpo por defender a otra persona”.

“Pero antes de morir, probablemente deberías conocer a la persona que te abofeteó”.

“Te permitiré llamar a Leslie Clarke ahora mismo”.

“Puedes decidir si quieres pelear conmigo