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Capítulo 12: Maldición de lujuria.
Ante tal actitud, Dante quería ser cauteloso, sin embargo, a esas alturas, era evidente que no sólo su vínculo estaba en peligro, sino que también, toda la manada.―Ceres comenzó a…―Interrumpiendo sus palabras, alguien llamó a la puerta, lo que provocó que todos dirigieran su mirada a Dante, quien optó por no abrir la boca y cerrar los ojos.―Adelante… ―masculló Anna al sentir que Dante le cedía el papel de alfaTras su permiso, Alexandra se precipitó al interior con Gabrielle detrás de ella.―Por Selene, Anna, Gabrielle me explicó lo que está pasando ―dijo Alexandra antes de dirigirse a Dante, quien la observaba confundido ―Lo-Lo lamento tanto joven alfa, debí haberme tomado más enserio sus palabras ―― ¿De qué hablas Alexa? ―preguntó Anna, quien observaba como Gabrielle sacaba sus remedios de un bolso―Verás Anna, el joven alfa llevaba dos semanas quejándose del comportamiento de Ceres ―comenzó a explicar Alexandra ―Decía que ella lo acosaba, que no respetaba su espacio ni sus órde
Capítulo 13: La explicación de Chloe.
Con excepción de Anna, todos clavaron sus ojos en los trozos de cristal que Chloe les estaba mostrando.― ¿Está relacionado con la maldición de Ceres? ―preguntó Gino con curiosidad―Sí y no ―dijo Chloe antes de volver a cubrir los trozos ―Usualmente, los espejos atados a una maldición, sea del tipo que sea, normalmente indican que hay una maldición vincular de por medio ―― ¿Qué significa eso? ―preguntó Lysander confundido―Una maldición vincular, une al autor con su víctima, lo que le permite ver y oír lo mismo que ella por medio de sus propios ojos y oídos ―explicó Chloe ―Pero, al romper el espejo, he roto parcialmente el vínculo que se creó entre Ceres y la hechicera en cuestión ―― ¿Parcialmente? ―preguntó Catherine―Tengo que asegurarme de que no queden rastros de ese vínculo en Ceres, pues a la larga, autor y víctima se terminan convirtiendo en uno ――Chloe, si el hechicero podía ver y escuchar todo a través de Ceres, eso quiere decir que… ¿Nos han estado espiando? ―preguntó Gin
Capítulo 14: Estaremos bien.
Preparándose para lo peor, Dante cerró los ojos e hizo oídos sordos a los gimoteos de su lobo, quien tampoco estaba seguro de cómo había llamado a su compañera.―Yo sólo quiero ir a descansar ―dijo Anna dirigiéndose a la puerta de la oficina ―Chloe, ¿Ceres estará bien? ¿Podemos continuar con esto mañana? ――Sí, esta noche solo me aseguraré de haber roto completamente el vínculo con la hechicera, pero, de todos modos, me quedaré con ella para vigilarla ―dijo Chloe tras soltar un suspiro aliviado, pues por un breve segundo, había pensado que su amiga rechazaría a DanteCiertamente, la historia era demasiado fantástica, pero, para bien o para mal, así eran las cosas cuando había magia oscura de por medio.―Gino, Lysander ―llamó Anna a los betas tras abrir la puerta― ¿Sí, Anna? ―preguntó Gino― ¿Qué necesitas bonita? ―preguntó Lysander― ¿Podrían acompañar a Chloe? Cuando ella termine de revisar a Ceres, ¿podrían ser ustedes quienes la vigilen? Chloe también debe descansar, no ha sido fá
Capítulo 15: El hijo del alfa.
Ante la aparición de Iva, todos guardaron silencio, sobre todo Ares, quien había escuchado que su madre había perdido el control debido a “la temporada” en la que estaba su hermana.―Creo que… Debería subir ―dijo Anna nerviosa al recordar lo que Gabrielle le había contado“Una Luna embarazada y una loba en celo, jamás deben estar en la misma habitación”―Oh, no, no mi pequeña, estoy bien, te lo juro ―dijo Iva acariciando su cabeza antes de besarla ―El remedio que me trajo Chloe me está funcionando ―añadió dirigiendo su mirada hacia Dante, quien suspiró aliviado―Es bueno escucharlo Luna ―dijo el joven dedicándole una sonrisa―Perdona las molestias Dante ―dijo Iva con un suspiro ―Todavía que vienes a cuidarnos y yo te pongo en una situación complicada ――No se preocupe, es entendible dado a su estado ―dijo Dante con una sonrisa que tranquilizó a la mujer ― ¿Quiere que le sirva? ―preguntó señalando la lasaña―Sí, la lasaña de mamá me cayó muy bien y la verdad, es que este par me está pr
Capítulo 16: Mi Luna.
―Luna, considero que Ares tiene mucho talento, lo he visto en los entrenamientos, sin embargo, Isaías le presta atención sólo cuando comete errores, yo pienso que va siendo hora de que el lobo aprenda a que no debe juzgar a sus estudiantes más jóvenes ―dijo Dante dirigiéndole una mirada cómplice a Ares, quien parecía sumamente emocionado ―Empezaremos a entrenar desde mañana Ares, yo me encargaré de preparar lo demás ―dijo guiñándole un ojo― ¡Gracias Dante! ―exclamó Ares con entusiasmo―Supongo que dejarlo en evidencia es un mejor castigo que solo gruñirle y despedirlo de su trabajo ―le dijo Anna a Iva ―Además, mamá, Isaías no sólo se ha referido a mi hermano de esa forma, las veces que he visitado su escuela lo he escuchado hablar despectivamente de otros niños con algunos profesores ――Bien, ustedes están a cargo ―dijo Iva con un suspiro antes de dedicarles una sonrisa cómplice ―Por cierto, Dante, ¿esa camisa no es de Alastor? ―preguntó al notar la camisa blanca que el joven llevaba
Capítulo 17: Cambiar de estrategia.
Mientras que Anna y Dante se olvidaban de todo y desbordaban pasión, en una pequeña cabaña abandonada en el bosque, Tabatha observaba fijamente su reflejo en un espejo.―Mostrato inmade ―le dijo al espejoDurante unos cuantos segundos, su imagen se desvaneció y la superficie, se volvió completamente negra antes de volver a mostrar su propia imagen. Furiosa, la mujer lanzó una taza que tenía a su lado rompiendo el espejo en varios trozos.― ¡Maldita sea! ―rugió con ira ― ¿Cómo es que esa mocosa pudo romper mi hechizo? ―Sin molestarse en limpiar nada, la mujer salió de su habitación, tomó sus llaves de la única mesita que estaba en pie en toda la casa y se apresuró a dejar el lugar. Sin embargo, como si la Diosa Selene se estuviese burlando de su fracaso, apenas la mujer puso un pie fuera de la cabaña, la lluvia volvió a desatarse en el bosque Flor de Luna.―Fantástico ―gruñó apresurando el paso en dirección al camino donde había ocultado su autoTras remover algunas ramas, Tabatha lib
Capítulo 18: Estado de alerta.
Al día siguiente, alrededor de las diez de la mañana, Dante abrió los ojos debido al constante sonido de la vibración de su teléfono, lo cual, lo hizo gruñir con irritación.Molesto, el joven intentó alcanzar su teléfono, sin embargo, al sentir la piel desnuda de su compañera sobre él, aquel infernal ruido pasó a segundo lugar, por lo que el brazo que había salido de las cálidas mantas volvió enredarse en el cuerpo de Anna.―Te amo tanto… ―susurró acariciando la piel de su compañera, quien se revolvió ligeramente entre sus brazos ―Por favor… ―gruñó al escuchar que su teléfono volvía a vibrarApenas sin moverse, Dante se estiró para ver quien lo llamaba, por lo que, al ver el nombre de su padre en la pantalla, el joven se apresuró a acomodar a su compañera en la cama antes de levantarse.Con cuidado y casi de puntillas, Dante se apresuró a dirigirse al baño, donde, tras inspirar profundamente, tomó la llamada de su padre.―Papá, perdona, me quedé dormido ―se apresuró a decir el joven a
Capítulo 19: Nuestra antigua enemiga.
⌊ Casi una semana después del ataque de Tabatha ⌉―Muy bien hecho Anna, terminaste todo justo a tiempo ―dijo la directora Alda mientras revisaba uno a uno los trabajos que le había encargado a su nieta ―Ah, puedo ver que ese jovencito te ayudó a realizar la mayoría de los ejercicios de gretz ――Dante sólo me explicó algunas cosas abuela ―dijo Anna tras carraspear la gargantaSin creerle nada, Alda la observó por encima de sus gafas.―Esto ni siquiera lo han visto en clase ―dijo la mujer señalando una página de un libro que estaba en blanco y negro―Bien, de acuerdo ―masculló Anna ―Sí, Dante me ayudó un poco ―admitió ante la penetrante mirada de su abuela ―Pero debes admitir que Stella se excedió al pedirme eso, tal y cómo dices, ¡ni si quiera hemos visto eso en clase! ―exclamó indignada ―Además, Dante sólo me explicó la gramática, así que no fue trampa ――Nunca dije que fuera trampa ―dijo Alda riendo ―Tu sola lo acabas de decir ―Al verse atrapada por sus propias palabras, Anna gruñó