Confundida, lo sigo sin saber lo que tiene preparado para mí, pero, confiando en que me gustará, porque hasta el momento, desde que regresé a la vida, Reymond me ha tratado mejor, incluso, más de lo que mi limitada imaginación pensó.
— ¿Qué haremos en la azotea? — pregunto y él toma mi mano, sonriéndome mientras abre la puerta que nos lleva a la azotea.— Bienvenidos, señor alfa y su luna. — dicen dos hombres lobos con uniformes de meseros.— ¿Alfa y su luna?— Bueno, ya no me agrada que nos llamen señores Perasi, sobre todo, porque quiero que ese apellido desaparezca por completo. Así que, como no sé si quieres que nos llamen Flameforge, lo que opté por ordenarles fue que nos llamaran por el título que tenemos.— Entonces, deberían llamarme omega.— Mi luna es mejor. — dice RSus palabras impactan en mi pecho, expandiendo un amor que ya no dudo de su parte, entonces, comprendo que es momento de dar un paso, porque el hombre que me protegió a su manera, ha cambiado tanto para que en el proceso de quererme no sufra.Nos queremos y somos el destino del otro, de eso no hay duda, por lo que, ¿para qué retrasar todo lo que podemos hacer cuando no somos inmortales? El mundo está en guerra, su problema, yo ya no voy a estar en guerra o distante del único hombre con el que podría estar, porque solo él podría soportar y sacrificar tanto para que yo vuelva a la vida.Ya él me ha dado su prueba de amor, sin necesidad de que se lo pida, así que, ¿para qué dar pasos lentos, cuando ya hemos hecho un largo recorrido?Decidida, me giro para quedar frente a él y de inmediato, Reymond levanta su torso de la silla para mirarme preocupado porque me he movido.&mdash
Tres días despuésDespués de ese día no he vuelto a ver a Reymond a solas, siempre está acompañado de al menos seis lobos y aunque comemos juntos, suele hacerlo en silencio o solo pregunta cosas generales sobre el día o lo que he estado haciendo con Joosher, aunque eso lo sabe él perfectamente.Aunque dormimos juntos, suele descansar con una máscara que le proporciona oxígeno que solo he visto cuando me despierto en la noche por Joosher. Ya que, me duermo esperándolo y cuando despierto ya no está.Me está evitando. Desde ese día me está evitando y lo peor es que no me agrada que lo haga. Pero, tampoco puedo obligarlo a que se quede cuando no es eso lo que desea. No puedo ser así de egoísta.— Señora, su temperatura corporal está muy elevada. — dice el doctor y yo miro el resultado.— ¿Hay algún d
El vuelo no fue desagradable, el mundo parece estar en calma desde el cielo, aunque los noticieros informan que el final de todo está cerca y no precisamente porque alguno cederá, si no, porque todos vamos a morir.Esa frase tiene a todos alarmados, pero, Reymond parece tranquilo y al mostrarse así, el resto de la manada también se muestran calmados. Apenas llegamos, noto que cambio inmenso, porque aunque este lugar tiene cierto parecido a la isla de Helmut Baumann, este me gusta más.Reymond toma al pequeño y este comienza a forcejear con él, pero, afortunadamente no muestra sus garras, causando que Joosher mire sus manos como si estuviera apenas descubriendo que existen o que así no son.— Ha funcionado. — dice Reymond sonriendo.— ¿Qué cosa?— Desde que nació he estado buscando medicina para que no pueda cambiar sus extremidades a su antojo. Por fortuna, e
He vuelto a la vida, tengo a mi hijo y Reymond no parece molestarse por dormir al lado de una mujer que estuvo un año muerta, este podría ser el sueño de cualquier mujer que desea vivir un poco más de lo que le corresponde.Pero, la verdad es que hay más cosas que aún me cuestan aceptar y que finjo no tenerlas para que todo esté bien. Una de esas son mis cicatrices, esas que me impiden colocarme ropa interior o bikinis reveladoras.— ¿Qué acabas de decir? — pregunta Reymond y yo corro hacia la habitación más cercana.— Quiero estar sola, así que, sigue con tus rutinas de ejercicio, por favor. — digo cerrando la puerta, pero, como siempre, está puerta no es impedimento para que Reymond entre destruyéndola toda.— ¿Crees que tus marcas te hacen menos mujer, Elise?— Ahora no. — digo agotada.Reymond respira pro
Sé cómo terminará todo si no me doy prisa en comprar algo que controle mi periodo en celo, sobre todo, porque está por anochecer, pero, mi cuerpo no se mueve. Es como si realmente le perteneciera a él.— Reymond…— Ódiame, si quieres. Puedes odiar todo el mundo, pero, nunca odies tu cuerpo ni lo que eres, Elise. porque eres lo más valioso que Joosher y yo tenemos. — dice Reymond y yo lloro.Su agarre es firme al punto de ser muy fuerte, pero, sus besos, son tan lentos y cálidos que dejan un hormigueo en mi cuerpo que hacen que sienta que pronto voy a enloquecer. Las marcas, se sienten en mi piel como si estuvieran apenas haciéndolas.Es como si mi mente me recordara lo que he intentado ignorar porque me atormentaría. Por eso, cuando Reymond acerca su mano a esa parte de mi cuerpo, intento alejarla de esta, pero, él toma mi mano tan rápido que no me da tiem
Mi cuerpo deseaba esto y mi mente, por primera vez en mucho tiempo, está de acuerdo con lo que mi cuerpo quiere, por eso, lloro, ya que, el éxtasis que estoy experimentando es tan grande que es imposible para mí no llorar de la felicidad.Reymond, no duda en mostrar su felicidad gruñendo al punto de pensar que en cualquier momento se va a transformar en lobo. Sus brazos, están a cada lado de mi rostro, con las venas tensionadas por la fuerza que hace por no perder el control.— Oh, nena… desde que tengo memoria me han dicho que por mi procedencia no podía estar en el cielo, pero, ¿Por qué justamente me siento incluso en la mejor parte del cielo?>> ¿Por qué tu canal se siente tan jodidamente bien? Me cuesta tanto controlarme porque tu querida vagina me succiona tragándose todo de mí. ¿Qué hago, mi luna? Pareces no querer soltarme y yo tampoco quiero sal
Horas despuésMi cuerpo ya no parecía mi cuerpo, aunque se ve igual de cierta manera, todo duele y hay partes de mi cuerpo que se encuentran tan rojas que podría delinear los dedos de Reymond en mi cadera, mi trasero o mi cintura.Estaba completamente roja y adolorida, pero, el placer de un buen sexo, no me lo quitaba alguien, por eso, quería seguir durmiendo, sin embargo, una nota de Reymond sobre la almohada a mi lado, me hizo recordar donde estábamos y que además de ser mujer, debo ser madre.Su letra hermosa cursiva diciéndome que estaba en la piscina y que él y Joosher me esperaban, hicieron que me levantara de la cama y mi mirara al espejo durante varios minutos que me resultaban a mí lentos para poder procesar todo lo que estaba en mi cuerpo.Reymond no me arañó, pero, si se atrevió a hacerme ciertas marcas con su boca y el agarre fuerte sobre mi cuerpo, que dudo que vaya a
En el momento exacto en el que quedo solo con el bikini como tela cubriendo mi cuerpo, la mirada de Reymond se oscurece de puro deseo calentando mi cuerpo que aunque aún no ha entrado en celo completamente, lo anhela.‘¿Eres una ninfómana acaso? Acabas de ser saciada al menos cinco veces’ me digo mentalmente.— Mamá… — dice Joosher intentando nadar hacia mí.— Sí, cariño, tu madre está aquí. — digo sintiendo como sus palabra hacen que la plenitud y felicidad se instauren en mi pecho para expandirse por todo mi cuerpo.— Luna… — dice Reymond con su voz baja y ronca.— Sí, la luna está hermosa esta noche.— Podría morir feliz hoy por verte, mi luna. — dice Reymond extendiendo su mano para ayudarme a entrar a la piscina.— Sería una lástima que murieras sin casarnos en e