¡Realmente quiero que mueras!

Pov Alfa Damian

— Mi alfa, la sirvienta ya envió a Luna al hospital. — Me informaron y me relajé al escuchar la noticia.

En realidad me sentía más confundido que preocupado, Lilian siempre ha hecho transfusiones de sangre a Lorena, muchas veces, y ella parecía estar bien, ¿por qué se había desmayado esta vez? ¿Planea utilizar un truco sucio para eludir su responsabilidad de la transfusión de sangre? Si Lilian está realmente enferma, ¿qué debe hacer Lorena? Me pregunté, antes de que mi tía interrumpiera mis pensamientos.

— Sobrino, ¿Qué le pasa a tu Luna? Tu primo tuvo la amabilidad de visitarla, sabiendo que le habían sacado sangre, y luego hizo semejante cosa ¡Deberías haber disciplinado a la mujer! Ahora los sirvientes del castillo corren la voz de que tu Luna es una mujerzuela. ¿Sabes que esto casi se convierte en un escándalo real? Esto es injustificable. — Masculló claramente molesta.

— Dan tiene al menos 30 compañeras de cama al mes tía, será mejor te encargues de disciplinar a tu hijo. — Repliqué, no estaba para aguantar ningún tipo de sermón, mucho menos cuando su hijo no era ningún buen ejemplo.

— ¿Crees más en esa mujer que en tu primo? — Cuestionó con su cara contorsionada por la ira y solo podía ignorarla, aunque odiaba a Lilian, ahora que pensaba las cosas mejor, sentía que realmente ella no era la culpable, debía ser mi primo quien hizo algo malo, él siempre estaba buscando con quién acostarse. — ¡Pero sobrino, nosotros somos tu familia, a tu primo le pegó esa Omega! Al menos oblígala a qué se disculpe con él.

— Eso no es necesario, no la quiero en más lugares públicos, solo es un banco de sangre móvil para Lorena. — Dije esto solo para que se quedará tranquila, aunque la verdadera razón era porque no quería que Lilian se disculpase por algo que no hizo mal.

— Hablando de Lorena, la hija adoptiva de tu padre, esta niña enfermiza ha estado arrastrando la reputación de la familia real. No es más que el vástago de una vulgar Beta traicionada por una pareja, ¿cómo puede tener la amabilidad de pedirte a ti, el rey de Alfa, que tienes familia, que sigas dándole facturas médicas?

— ¡Tía, basta! Lorena es diferente, ¡su hermano Beta murió tratando de salvarme! — Le recordé molesto, podía permitirle que se metieran con Lilian, pero no con Lorena, gracias a su hermano yo estaba vivo y ahora tenía una deuda con ella. Además Lorena era muy diferente a Lilian, yo no tenía ningún odio hacía Lorena, solo agradecimiento y ella era una buena chica.

— ¿Por qué no puedo seguir? ¡Por lo que a mí respecta, esta puta Beta enferma y moribunda, Lorena, ¡no es tan buena como esa humilde Omega! Dios mío, mi sobrino es un rey, ¿y no hay una buena mujer en el mundo digna de él? ¿Por qué todas las mujeres que rodean a mi sobrino son chinches y cucarachas? — Preguntó como lamentándose y fingiendo lástima por mí, pero yo no estaba de humor para soportar esto.

— Si estás aquí para enseñar, por favor vete directamente a casa de mi tío a enseñarle a mi primo a cuidarse la entrepierna. No necesito que te ocupes de mis asuntos. — Repliqué dándole una mirada mordaz y ella me miró un poco sorprendida, antes de volver a la normalidad y continuar hablando.

— ¿Cómo es que no puedo ocuparme de tus asuntos? Voy al grano. El testamento de tu padre, que fue destruido por los malos, ha sido descifrado por el grupo de expertos del Consejo del Lobo.

— ¿Qué es lo que decía? — Pregunté interesado, esto era realmente importante para mí y por un largo tiempo los expertos habían intentado descifrarlo sin ningún éxito hasta ahora.

— En este decía que tu padre había encontrado al verdadero asesino de tu madre. Sólo que estaba tan enfermo en ese momento que ya no podía permitirse vengarse y deseaba que tú lo hicieras por él, también él sospechaba que el asesino no era una mujer porque su agarre es tan grande, así que…

Al escuchar esto me quedé en silencio, pensativo, si Lilian no tenía nada que ver con la muerte de mi madre, significaría que todo lo que le he estado haciendo ha sido un error y no lo merecía.

— Alfa, Alfa, la princesa Lorena no está bien! ¡Necesita sangre! — Se escuchó un golpe en la puerta que interrumpió mis pensamientos, haciéndome olvidarme de todo y solo concentrarme en el bienestar de Lorena.

— ¡Vamos con Lilian, ella tiene que ayudar a Lorena ahora! — Dije ansioso, levantándome de mi asiento.

Pov Luna Lilian.

Al recuperar la conciencia siento como mi cabeza de no deja de doler y cuando abrí los ojos me llene de miedo al ver que estaba en el hospital, no podía soportar que volvieran a extraerme sangre nuevamente y me senté en la cama mirando mis dos brazos para estar segura de que no estuvieran sacando más sangre de mi cuerpo.

Suspiré aliviada al darme cuenta de que no tenía ninguna aguja y mire a mi alrededor para asegurarme de que aún no había venido ningún doctor sacarme sangre, aunque tenía claro que cualquier momento esto podría ocurrir, Damian nunca me dejara ir y siempre que Lorena necesite de mi sangre, él dejara que me drenen sin ninguna piedad.

Necesitaba irme de aquí, pero tenía puesta una bata de hospital y no hay forma de que pudiera escapar tan fácil.

Escuche alguien acercarse y volví a tumbarme en la cama de prisa, fingiendo estar dormida.

— ¿Cómo está Lilian? — Esa era la voz de Damián.

— El estado de la paciente es relativamente estable por el momento, pero no hay cura para la anemia crónica durante un corto período de tiempo, y si continúa extrayendo su sangre a la fuerza para donar a la princesa Lorena, la paciente puede caer de nuevo en una situación que ponga en peligro su vida, o incluso morir. — Respondió él doctor y mi corazón se apretó, ya sabía que esto podía ocurrir, pero que alguien más lo dijera me hacía sentir mucho más cerca de mi muerte.

— ¿Cuáles son las probabilidades de que muera? — Preguntó con su voz ausente de preocupación.

— Cincuenta y seis por ciento. — Dijo el doctor y Damian se quedó en silencio por un momento, haciéndome pensar que al saber que había una probabilidad tan alta podría estar un poco preocupado por mí.

— Lo tendré en cuenta, puede retirarse. — Dijo Damian y luego se escuchó la puerta abrirse y cerrarse, mientras mi esperanza iba creciendo, pero sus siguientes palabras hicieron añicos esta. —¡Realmente quiero que mueras, Lilian! Pero para poder seguir curando a Lorena, ¡tengo que mantenerte con vida para que sigas aquí! — Espetó como si este fuera su más profundo deseo y sentí un escalofrío recorrer mi cuerpo.

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