Las palabras de Sofía hicieron reflexionar profundamente a Julio sobre su reciente estado.Incluso él sintió que algo no iba bien, ya que no obtuvo alivio tras la psicoterapia.Por el contrario, el miedo a perder algo se acentuó aún más.Al oír lo que decía Sofía, Julio se dio cuenta de que quizá el psiquiatra al que estaba viendo no era lo bastante bueno.—¿No dijiste que conocías a un psiquiatra?—preguntó Julio.Decidió aceptar el arreglo de Sofía, con la esperanza de conseguir una mejora. Pensó que estaba bien como estaba, ya que Sofía lo era todo para él.Sin embargo, si ella quería que volviera a la normalidad, tampoco había nada malo en ello. Creía que, independientemente de su estado, su amor por Sofía no disminuiría ni un ápice.Sofía, por supuesto, no se negó a la petición de Julio ya que él tomó la iniciativa de pedírselo.En comparación con el psiquiatra que encontró Julio, ella confiaba más en el que le había recomendado su superior. Inmediatamente envió la informac
Pensaba que había sido muy clara el día anterior.Eric era inteligente, así que era imposible que no captara la indirecta.Para sorpresa de Sofía, él se mostró totalmente ajeno y volvió a acercarse a ella.—Sofía, nos graduamos en la misma universidad. No hay necesidad de alejarme así, ¿verdad?Eric intentó desesperadamente establecer una conexión más estrecha con ella. Sin embargo, obviamente no tuvo mucho éxito, ya que Sofía sintió repulsión por sus palabras.—Aunque seamos compañeros, eso no significa que seamos íntimos. Creía que mi actitud hacia ti había dejado las cosas muy claras, pero ahora parece que no has entendido lo que quería decir. Pues bien, permíteme que te lo aclare ahora.Sofía le miró con una expresión fría.—No estoy interesada en ti, Eric, ni como amigos ni en ningún otro tipo de relación. Así que, ¿puedes por favor hacerte a un lado?No quería decir palabras tan duras, pero Eric no lo entendía. Si ella no lo dejaba claro, él podría seguir molestándola.L
Juliana siguió bebiendo su café mientras criticaba a Sofía, hablando despectivamente de ella.No sabía que Sofía estaba en el café y podía oír su conversación con su amiga. Sofía no la conocía a la mujer y no entendía por qué le tenía tanta animadversión. Sin embargo, no era una persona pusilánime, y si alguien hablaba de ella de forma tan degradante, sentía que tenía que intervenir y hacer algo. No podía quedarse de brazos cruzados y permitir que la pisotearan. Se levantó, se acercó a la chica llamada Jo y le dio una palmada en el hombro.Juliana se volvió y vio a Sofía, que le sonreía. Sofía le resultaba familiar, pero no sabía dónde la había visto antes.—¿Quién eres tú? ¿Por qué me tocas? ¿Estás loca?— Juliana disparó molesta.Sofía permaneció sonriente y no se enfadó por su atrevimiento.—Soy yo. Soy Sofía, la mujer a la que criticabas alegremente hace un momento.El aire pareció congelarse cuando Sofía anunció quién era, y Juliana no podía creer lo que estaba oyendo. Recor
Por la tarde, Julio se apresuró a ir a DF.Esta vez, no vino libremente, sino que fue convocado por Sofía.Alessia seguía en Guadalajara, pero Sofía la necesitaba en el DF, así que le pidió a Julio un pequeño favor para encontrar a alguien que la trajera. Solo que ella no esperaba que él viniera en persona.Cuando Sofía lo vio en el aeropuerto, no pudo describir lo que sentía en el corazón, pero se sintió algo conmovida.—¿Por qué has venido? ¿No podías encontrar a alguien que la trajera aquí?—No confío en nadie más para manejarla. Además, traerla no me retrasará mucho—dijo Julio, metiendo a Alessia en el carro.Sofía sabía que lo que había dicho de que no se fiaba de nadie era solo una excusa.Julio acudió a DF porque estaba preocupado por ella. Ella no lo mencinó, pero recordó en silencio ese gesto tan amable.Julio los llevó a ella y a Alessia a la casa que había comprado en DF. No pudo arreglar que se quedaran en un hotel, ya que era inconveniente con Alessia cerca.Sofía
Era de noche, mientras Sofía dormía, Julio seguía ocupado trabajando en su ordenador. Celebraba una reunión en línea con los altos ejecutivos del Grupo César para planificar una nueva ronda de expansión, con DF como destino. Se imaginaba que una vez que Sofía se enfrentara a los López de DF, pasaría más tiempo ahí.En ese caso, si seguía recluyéndose en Guadalajara como hasta entonces, solo conseguiría alejarse cada vez más de Sofía.Al otro lado, en el castillo de López, Juliana había sido agraviada y, naturalmente, no pudo evitar quejarse al llegar a casa.—¡Papá, por favor, haz algo al respecto!—dijo Juliana suplicante con lágrimas en los ojos.Realmente daba un poco de pena.Bruno se sintió inquieto ante el llanto de su hija. Antes de poder indagar sobre lo sucedido, Paloma intervino con vehemencia.—¿Quién se atrevió a meterse contigo, Jo? Díselo a mamá y me aseguraré de vengarte.Al oír eso, el ceño de Bruno se frunció aún más. No le gustaba la actitud ciega de Paloma haci
Bruno había afirmado que la mujer y el hijo que tenía con ella habían muerto, así que decidieron no seguir adelante. Además, optó por casarse con él porque creyó que esa zorra estaba muerta y no suponía ninguna amenaza.Pero ahora parecía que todo era una mentira de Bruno para dejar vivir a la hija de la zorra.—¡Cuida tus palabras! Estás hablando de mi hija—respondió Bruno con frialdad, mirando a Paloma con extremo desagrado.Con el paso de los años, Paloma había sido testego de la despiadada naturaleza de Bruno, así que prefirió no lenfrentársele directamente.—Me has engañado todos estos años—se burló, mostrando igual desagrado.A pesar de ello, a Bruno, no pareció importarle en absoluto. Simplemente le sonrió con frialdad.—Si no fuera por ti y el resto de los López me han acorralado, no habría hecho esto.Quería mantener a su hija a su lado, pero si hubiera seguido adelante con su plan original, Sofía podría no haber sobrevivido.—Así que sigue siendo mi culpa al final del
Bruno reflexionó sobre los acontecimientos de la noche anterior en su despacho y le preocupó que Paloma hiciera un movimiento si se enteraba de la existencia de Sofía.—Encuéntrenla y envíen gente para protegerla—le ordenó a su ayudante, que estaba de su lado y, naturalmente, conocía la identidad de Sofía.El ayudante acató su orden y estaba a punto de marcharse cuando sonó su teléfono. Era una llamada de la recepción de la planta baja.Sintiéndose un poco aprensivo, respondió a la llamada y se quedó completamente atónito.Después de colgar el teléfono, miró a Bruno sentado en su mesa.—Sr. López, la Srta. Sofía está abajo y quiere verlo.Al oír eso, Bruno se quedó helado, incapaz de creer lo que oía.—¿Quién dijiste que estaba aquí?—Señorita Sofía—volvió a repetir el asistente.Incluso él se sorprendió, por no hablar de su jefe.Si no recordaba mal, Sofía no sabía que Bruno era su padre. Se preguntó por qué había aparecido de repente.Además, según la recepcionista, Sofía
Sofía hizo una mueca interna al oír sus palabras; no tenía intención de discutir con él.—Señor López, no hace falta que me cuente todo esto. Hoy vengo para preguntarle algo.—Vale. Siéntate primero. Tómate tu tiempo.Bruno no sabía lo que iba a decir, pero para él era bueno poder pasar más tiempo con Sofía.Sofía no se molestó en hacer cumplidos. Tenía mucho que decir, así que, naturalmente, tenía que sentarse y tomarse su tiempo para decir lo que quería.Con eso, se acercó y se sentó en el sofá.Bruno se dio cuenta de que había otra persona con Sofía, pero la cual llevaba una máscara, así que no podía verle la cara.Poco después, su ayudante trajo una bandeja con bebidas.La mesa frente a ellos pronto estaba llena de diversas bebidas.—No sé qué te gusta beber—dijo Bruno nervioso.Así hacía las cosas la familia López.Les sobraba el dinero y no escatimaron en mostrar su hospitalidad.Como no sabían qué le gustaba a Sofía, le prepararon uno de cada para que eligiera.—No