Después de la boda, Sofía y Julio acompañaron a todos los invitados a irse y luego fueron conducidos de regreso a su nuevo hogar. En el coche, Julio estaba tan cansado que se apoyó en el hombro de Sofía, pero aún así tenía una sonrisa en el rostro.

—Esposa.

Cuando Julio pronunció esas palabras de repente, Sofía no pudo reaccionar de inmediato. —Esposa— dijo Julio de nuevo, abriendo los ojos y mirando a Sofía a su lado, —Te amo.

Sofía, que tal vez tenía una ligera alergia al romanticismo, no sintió nada especial cuando Julio le dijo que la amaba. Incluso le causó un poco de escalofríos.

—Estás borracho. Vamos a descansar cuando lleguemos— dijo Sofía, permitiendo que Julio siguiera descansando apoyado en ella.

Pero Julio no quería descansar. Agarró la mano de Sofía y dijo:

—Esta noche es nuestra noche de bodas. ¿Cómo podemos descansar?

Sofía estaba indefensa, pero realmente estaba agotada.

—No es como si fuera el primer día que vivimos juntos— habían estado viviendo juntos durante much