—Perfecto —le dice Sebastián a su padre desde el teléfono cuando este le informa que colocara algunos lobos a proteger la bóveda y evitar que los brujos lleguen al libro.
—Me alegro que Aurora este de vuelta —Maiquel siente la necesidad de contarle a su hijo lo que siente respecto a su luna, ya a que no quiere que se sientan culpable por lo que está pasando—Espero que pronto todos estén aquí —informa.
—Pronto estaremos todos reunidos —es lo que dice Sebastián y terminan la conversación.
— ¿Está todo bien? —cuestiona Aurora mirándolo angustiada.
—El libro permanece en la bóveda no hay de qué preocuparse —Aurora asiente y luego suspira.
— ¿Cuándo partimos?
— ¿Partimos? Azzula no puedo abandonar la empresa.
—No debes preo
—Mi alfa, mi lobo —susurra Aurora sobre los labios de Sebastián que se encuentra embobado por los mimos de su luna sentada sobre su regazo, su lobo ronronea feliz por tenerla devuelta con todos sus recuerdos.—Te amo, te amamos luna —suelta con sus ojos rojos con algunas pequeñas manchas doradas.—Los amo —besa tiernamente sus labios ganando un ronroneo por parte del lobo, suspira apoyando su frene contra la de Sebastián y ambos se quedan en silencio disfrutando de los sentimientos del otro a través del vínculo que los une. Sebastián se siente totalmente completo pero en lo más profundo de su corazón el miedo está instalado, no quiere perder a su luna, no otra vez.—Te extrañamos.—Yo igual los necesite —susurra pasando su mano derecha por el cabello del alfa.—Queremos estar contigo, luna —piden ambas partes, Auro
AuroraSuelto un suspiro cuando por fin estoy en la habitación que compartí con Sebastián hace un siglo atrás, miro todo y me doy cuenta que todo sigue tal cual lo deje.—No cambie nada, incluso tu ropa sigue ahí —sus brazos me envuelven desde atrás y recuesto mi cabeza de su hombro.—Ya esa ropa no me quedara pero me alegro de que aun la conserves.—Tendrás tiempo para llenar el closet otra vez —afirma y asiento a lo que dice.—Llévame con el libro —pido.— ¿Ahora?—Sí, necesito verlo —suspira para soltarme, toma mi mano y salimos juntos de la habitación, se encarga de guiarme por los pasillos de la mansión llegando hasta una puerta color plata.—La puerta es de plata —comenta colocando su mano en el panel para huellas, la puerta se corre aun lado de manera
AuroraDespierto entre los brazos de Sebastián desnuda aún estamos en la habitación a la que me trajo, me hizo el amor y por lo que veo me dejo encinta, estúpido lobo.—Solo quiero asegurarme de que vivas —su voz me hace mirarlo.—Un bebé es cosa de dos —le informo.—Lo se mi luna pero créeme que esto es algo que necesitamos para confirma tu seguridad y saber que ahora harás todo lo inhumanamente posible para cuidarte porque llevas a nuestro cachorro.—Aun no celebres, lobo.—La habitación tiene un hechizo de fertilidad, no fallo al decir que está embarazada —informa lo miro seria—No hay hechizo de fertilidad —sonríe.—Pero si uno que provoca que la ovulación se adelante y que nuestro nudo se active después del orgasmo —explica.—Estúpid
Omnisciente Los días pasaron y cada manada cercana envió a tres de sus mejores hombres para ir en contra del aquelarre Suth. Sebastián tiene miedo, teme por la vida de su luna. No quiere que nada le pase por lo que cada noche le hace el amor con la esperanza que un descendiente quede dentro de ella.—Lobito, ni aunque esté embarazada dejare de ir hasta guerra, soy un pilar y la única con el poder para destruir el aquelarre Suth —le informa Aurora mirando los ojos de su amado.—Pero si llevas un descendiente mío te cuidaras más y no arriesgarás tu vida —comenta acariciando el vientre plano de su luna, Aurora sabe que sus palabras son cierta y que nunca dejaría que su bebé pereciera durante la batalla, tampoco le importa quedar embarazada por lo que siempre es susceptible cuando su amado la toma cada noche.—Tienes raz&oacu
El silencio de las tierras de nadie lo recibe dándole una bienvenida que no esperaban.—Esto no me da buena espina —comenta Maiquel bajando del lomo de Marcio, inhala oliendo el olor de más lobos y vampiros—Tenemos compañía —murmura. Desde la sombras salen seis lobos y cuatro vampiros pero aun así Maiquel lleva la ventaja porque ellos son más.—Ya saben la estrategia, proteger el libro y a Erick —comenta Sebastián. Todos gruñen hacia los que se acercan y el que parece ser su líder avanza hacia el frente.— ¿Qué buscan los alfas reales en mis tierras?—Solo vamos de paso así que échense a un lado —ordena Maiquel cosa que no le agrada al vampiro.—Entras a mis tierras y ahora me ordenas cosas, por eso odiamos a la realeza —sus seguidores gruñen de acuerdo con sus palabras—Se
AuroraAbro mis ojos para volver a cerrarlo cuando la luz de la lámpara pega fuerte en ellos, poco a poco los abro dándome cuenta de que estoy en un hospital, supongo que el de la manada, miro al sofá que está siendo ocupado por el cuerpo de mi amado, suspiro al verlo. Se mueve hasta que despierta y su mirada choca con la mía, le brindo una pequeña sonría.—Luna —murmura somnoliento para levantarse y venir hasta mi—Me alegro de que hayas despertado. ¿Cómo te sientes? —acaricia mi mejilla con ternura.—Un poco cansada, ¿Cuánto llevo inconsciente?—Dos días pero los doctores dicen que fue por la gran cantidad de energías que has utilizado —explica haciendo una mueca.— ¿Cómo están los bebés? —sonríe.—Ellos están bien —asiento.
AuroraDos semanas después… Dos semanas pasaron desde que volvimos a la mansión y en la que los antojos, náuseas y mareos son persistente, Sebastián me complace en todo y Erick pues él lo tomo normal lo de mi embarazo, Mía lo tiene relajado y más ahora que están a la espera de saber si Mía está embarazada o no, eso lo trae ansioso y preocupado.—Amor —susurro abrazando a Sebastián que duerme de espalda a mí.—Mmmm… —hace ese sonido con su garganta para avisar que está despierto.—Tengo hambre —se gira y sé que me está mirando porque sus ojos lupinos brillan.— ¿Qué quieres mi luna y mi pequeños? &mdas
Sebastián —No te prometo nada Sebastián pero llamare a Elena para que ayude a Aurora y a tus hijos a salir de esta —informa mi padre.—Gracias —murmuro.—No hay nada que agradecer son mis nietos y mi nuera los que se encuentran en peligro hare todo porque ellos salgan bien de esta —su seriedad y seguridad en sus palabras me dan ánimos.—Iré con Aurora —asiente y salgo de la oficina para ir a la habitación donde esta Aurora dormida. El doctor la mando a reposar, su condición humana la hace vulnerable por lo que debe cuidarse. Observo su rostro sereno mientras duerme con su mano sobre su pequeño vientre—Diosa luna no, nos desampares —pido.(…)Las horas pasan rápido y no me separo en ningún momento de Aurora, mi padre me informo que Elena llegara en tres días para poder darn