–¡JODER VÍKTOR!¡¡¿Prefiero que me mates con un disparo en la cara antes que matarme de susto?!! –Exclamó Scott, y Víktor se apartó de la ventana. –También me alegra verte Barbie. ¿Cómo van las cosas por aquí? –Víktor preguntó dejando unas carpetas sobre una mesita de descanso y abrazó a su amigo. –¿Cómo llevas la muerte de tu hermano? –preguntó colocando una mano sobre su hombro y mirándolo a los ojos. –Me gustaría decirte que no pienso en ello, pero ver como mi madre tenía que ir cada día para limpiar su tumba que era atacada día tras día, fue la cosa más dolorosa de mi vida. Tuvimos que trasladar su cuerpo a una tumba sin nombre, para que nadie más pueda dejar sobre ella, su porcentaje de odio. –Scott confesó. –Pero bueno, ahora dime ¿cómo está Marina? –Regresó a España. –Víktor habló y vio su amigo fruncir el ceño con incomprensión. –El imperio de los Oliveira fue completamente destruido por el hermano mayor de Marina. –¿Y que pasó con su padre? Era un hombre muy poderoso, según
–Tú padre era un hombre poderoso y todo esto contra Isaac acabaría con la reputación de los Johnson. –Víktor acusó y Alice salvo la distancia entre ellos de modo desafiante. –Adela Johnson, mi bisabuela fue congresista de este país, mi abuelo Elijah Johnson fue el primer gobernador negro de Georgia. Isaiah Johnson hubiera llegado a la Casa Blanca sin ningún esfuerzo, pero a mi padre nunca le ha importado el nombre o la reputación, solo quería… –Solo quería ayudar a las personas, por eso se hizo reverendo antes que político. –Scott terminó por Alice y le agarró la mano para apoyarla. –Así es, mí padre quería salvar vidas y permitir que…que mi hermano saliera impune de esto iría en contra de todos sus principios. –Alice habló con seguridad y los tres hombres no tuvieron más opción que bajar la cabeza. –Son crímenes de lesa humanidad. La influencia de esta persona llegó tan lejos que todo este informe llegó al Alto Comisionado de las Naciones Unidas, y de repente se pararon las invest
–¡¡¿Tienes idea de cuantas matanzas organizan los supremacistas contra nuestra comunidad cada año?!! ¡¡¿Cuántas personas mueren en manos de gente como él?!! ¡¡Entre ellos tú hermano!!–Vociferó August, antes que Scott pudiera defenderse Alice se plantó delante del exgobernador. –No te atrevas a apuntar el dedo a Scott, cuando tu tejado es de cristal August. –Alice lo acusó. –Mi hermano es un asesino psicópata, me da asco que quieras utilizar el trabajo social de mi padre como excusa para proteger a un monstruo. –Esto hubiera destruido el apellido de tu familia… –De verdad que existen muy pocas balas en el mundo para tanto imbécil. –Víktor escupió interrumpiendo a August. –¡¡Controla tu lengua para hablar de mi padre!!–Christopher explotó presenciando los ataques contra su progenitor, pero August le agarró del brazo para que se callará. Sabía quién era Víktor, con un hombre así era mejor controlar el tono con el que le diriges la palabra. –¡Tu padre a protegido esto! –Mike le entreg
–Vas a…Mmmmm…vas a…¡¡¡Ay Diooos! ¡¡Vas a borrar ese maldit0 video!! –Alice jadeaba sintiendo como los dedos de Scott se movían con maestría dentro de ella. –Lo haré, pero primero córrete que quiero cogerte. –Scott susurró antes de llevar uno de sus pezones a la boca para jugar con él utilizando su lengua. Alice no sabía a donde mirar, si a Scott que estaba sobre ella o la televisión. No podía negar que ver aquellas imágenes la tenía a punto de llegar al clímax. Levantó las caderas pidiendo más, Scott concedió sus deseos acelerando el ritmo de sus dedos lamiendo sus pezones con más intensidad. Para cuando Alice empezó a sentir la presión en su vientre anunciando que estaba a punto de correrse, Scott bajo la boca hasta su sexo para devorar su clítoris. Quería todo de ella, saboreó cada pequeña gota como si fuera el mejor de los manjares. –¡¡Siéntate!! –Alice ordenó, Scott no lo pensó dos veces y obedeció calladito sus órdenes. –Quiero que seas mi juguete sexual, no te puedes correr
La casa era enorme, una de las propiedades que Isaac había heredado de su padre, en verdad pertenecía a los tres hermanos, pero con tal de no vivir bajo el mismo techo que el mal genio de Isaac, los mellizos le habían cedido su parte. Víktor quería enviar a sus hombres para revisar la casa a ver si encontraban algo, pero Scott se había empeñado en que también quería entrar. Así que a regañadientes les había tocado a Víktor y a Pitt seguirlo. Parecían los tres mosqueteros, pero con pasamontañas y pistolas en lugar de espadas. Sabían que las cámaras ya estaban desconectadas, pero cualquier precaución parecía poca tratándose de Isaac. Scott estaba entrando al salón cuando una mano de Víktor sobre su pecho paro su movimiento. Y Scott le hizo gesto interrogativo con las manos. –¡Ten mucho cuidado de no tocar nada que no sea necesario! –Víktor le advirtió. –Pensé que la alarma ya estaba apagada. –Scott contestó sin entender el porqué de tanto cuidado. –Mira a tu alrededor, esta casa es p
Sonaban tres voces en el audio. Al escuchar la voz de su padre Alice se levantó de inmediato. Cada palabra dicha, cada gemido de su padre mientras agonizaba, la indiferencia de Isaac, la cobardía de Thomas. Alice sentía que no podía respirar, Scott la abrazaba y no parecía suficiente. El dolor de escuchar a su padre morir en manos de su propio hermano era insoportable. Abandono los brazos de Scott y se refugió en los de Aaron, porque sabía que su hermano estaba igual. –¡¡LLAMA LA POLICÍA!!–Alice exclamó y Scott la miró sorprendido. –Amor sé que es difícil, pero debemos actuar con cabeza.–Scott intentó ser razonable. –¿Actuar con cabeza para qué? ¿Para que tenga tiempo de pegarse un tiro como lo hizo Thomas? –Alice vociferó, pero al ver el dolor en los ojos de Scott, se arrepintió de sus palabras. –Lo siento amor, pero no puedo esperar más. Debemos llamar la policía… –¡¡JEFE!!–Gritó uno de los hombres de Víktor entrando al departamento. – Los que están vigilando la casa del senador.
Scott entró a la cocina de su mansión donde Alice estaba preparando tortitas con Martha para el desayuno, la pequeña estaba entera cubierta de chocolate, por las pepitas que Alice echaba dentro de la masa. Scott le dio los buenos días, pero ella no contestó, sabía que estaba enojada. Dejó un beso en la naricita de su hija y habló con Alice. –Sé que estás enojada cariño, pero esto lo hago por tu bien y el de nuestro hijo. –Scott le explicó. –Creo que soy una mujer adulta y libre. Has puesto a diez hombres en la puerta de casa para que no salga Scott. Esto es prácticamente un secuestro. –Alice se escandalizó y vio a Martha reír mirándolos. –Puede que no sea la mejor forma, pero no puedo permitir que vayas a Valdosta, hay cosas que no cuadran en la detención de Isaac. El agente del FBI que está llevando el caso de tu hermano me acaba de informar que Isaac será trasladado esta noche a una prisión federal. –Anunció y Alice se giró con brusquedad para mirarlo. –¿Por qué? Se supone que
Scott estaba en su cama con la cabeza de Alice sobre su pecho observando como respiraba mientras dormía. Estaba perdido en sus pensamientos cuando el teléfono móvil empezó a sonar. Miró la pantalla y respiró profundamente antes de contestar la llamada. –¡Víktor! –Scott contestó y Alice despertó al escuchar su voz, y pudo notar que tenía la expresión ensombrecida. –Está bien, estaremos preparados. Sí tendremos cuidado. –Scott colgó la llamada y agarró el rostro de Alice entre sus manos, no quería asustarla, pero tampoco le podía ocultar la verdad. –Isaac escapó, encontraron el convoy que lo trasladaba en la carretera, fue atacado todos los agentes que iban en el estaban muertos. –Scott explicó y Alice se puso lívida, sus ojos se abrieron por el miedo. –Tranquila mi niña, estaremos bien. Necesito bajar y ver cómo están los escoltas. –Intentó tranquilizarla y se levantó de la cama poniéndose una camiseta, y se sorprendió cuando Alice saltó de la cama vistiendo una bata. –¿A dónde vas? –