Las siguientes semanas fueron frustrantes, las veces que Sebastian vio a Olivia, ella simplemente se dedicó a responder con frases cortas y ni siquiera halaron de tener sexo porque seguía molesta. Olivia estaba demasiado dolida, con Dios ya no tanto porque no era él el del problema sino los hombres que se cruzaban en su vida, su padre, su padrastro, su hermanastro, Sebastian y ese último encabezaba la lista, le había convertido en el espectáculo de la alta sociedad, se sentía más sola y asustada que nunca y ahora vivía con la vergüenza de saber que en cualquier momento podían aparecer sus hijos o él a reclamarle.
Olivia estaba sentada en la oficina redactando unos papeles cuando Alonso se sentó a su lado y le ofreció un café.—Es un Verona.—Gracias—Dijo y sonrió porque le encantaba ese café de Starbucks.—Olivia, no puedes seguir así. ¿Has hablado con Alice de esto?—Estoy bien.—No sales a comer, has perdido unos cinco kilos en tres semanas ySebastian abrió la puerta de Olivia y le llevó a unas bancas que estaban para disfrutar del mirador, ella le miró a él en lugar del paisaje y él comenzó con la verdad,le contóla verdad, había amado con locura a Gia, demasiado, planeaba casarse y amarse hasta el final de los tiempos y Owen le había quitado eso. Él no filtró nada a la prensa y no hizo falta que lo dijera para saber que ella fue quién dio la noticia, la mujer tenía algo que les enloquecía, sabía cautivar y lo usaba a favor. Era una mujer espectacular, una actriz reconocida, rubia y con un cuerpo bastante escultural y esculpido, la mujer tenía unos ojos increíblemente verdes y llamativos y una sonrisa que haría a cualquiera detenerse color para disfrutarla, inspiraba bondad e inocencia. —Sebastian, quiero mi libertad. —¿Olivia, después de lo que acaba de pasar entre nosotros? —Sí, yo merezco ser feliz. Merezco que me respeten. Puedo vivir con que no me
Sebastian tenía 48 horas sin saber nada de Olivia. Estaba agotado de darles órdenes. Alos de su equipo y que nadie consiguiera nada. ¿A dónde podía ir una mujer con una niña de 4 años? Estaba sentado en su apartamento con Carrick y Alonso, Emilio, el hermano del último les habían ido a acompañar. —¿Cómo pierdes a una mujer? —preguntó Emilio y todos los hombres le vieron en silencio. —Emilio no es el momento. —Es pelirroja, alta y parece una actriz.—insistió el joven. — ¿Preguntaste en las estaciones de buses y trenes? —Nadie la ha visto. —Los del turno de la madrugada no son los mismos que los del resto del día. —¿Cómo? —preguntó interesado Sebastian. —La noche se paga más, así que hay unos que trabajan en la tarde y los de la madrugada trabajan 3 horas, de 4:30 a 7:30, el horario normal. —¿Por qué iría en tren, hace demasiadas paradas? —No a Se
Por órdenes médicas dejaron a Olivia el resto del día en el hospital, en la noche les dieron la salida.Sebastianprefirió trasladarla en helicóptero de vuelta a la ciudad, cuando llegaron eligió llevar aMilyy a su tía a su apartamento, la pequeña se mostró contenta al ver sus juguetes y sus cosas en su habitación, su tía estaba un poco más reservada, aún no habían tenido tiempo de hablar sobre su situación sin embargo, ella decidió tomar la mano que Sebastian y simplemente ceder el control que ella sola últimamente no tomaba las mejores decisiones. Carrick y Alonso estaban totalmente pendientes a ella y le recordaron que sin importar cuál fuese su situación con Sebastian, ahora contaba con ellos.—Es como tener dos hermanos.—Imbéciles —Murmuró Sebastian.—Tú descansa, ignóralo y cualquier cosa nos llamas—le dijo Alonso y Carrick se inclinó para besarle la frente.—Promete que nos llamarás—pidió Carrick.—Lo prometo.—Sí, que se queda conmigo
Olivia se quedó mirando aSebastianasustada. Se recordó que nadie nunca la había protegido ni defendido y sobre todo se permitió recordar la promesa que le hizoSebastianal inicio de su relación. La joven le dio un trago largo a su copa de vino y finalmente le respondió:—Dijiste que no sería mi príncipe azul, mi héroe ni jugarías a la familia feliz.—Las cosas cambian, Olivia. Pensé encontrar a una mujer sumisa y necesitada, en su lugar, te encontré a ti, una mujer luchadora, inteligente decidida a todo por una niña que ama y no es suya. Yo fui ese niño, la diferencia es que mi tía no estaba interesada en mí o mi existencia, solo mi dinero. Lo que te propongo es una relación, tan simple y honesto como eso. Tú, yo y Mili, la jodida familia disfuncional y feliz.—Entonces, qué nos queda, ¿confiar el uno en el otro?—Podríamos empezar por ahí.—Si no lo dices me iré.—¿Qué quieres que diga? —preguntó sin dejar de mirarle los labios.—Que quie
Unos meses más tarde Sebastian y Milena estaban desayunando mientras él le explicaba a la más pequeña que lo mejor era que comiera carne como lo había hecho siempre. Claro, después de una visita a la finca de Carrick ni siquiera él quería comer nada que su amigo produjera después de ver el matadero de cerdos. —Mily, es la ciclo de la vida. —Tío Sebas, ¿el huevo también lo matan? Porque el pan, tiene huevo.—Mily, tienes que ver una pirámide alimenticia. Cuando la veas entenderás que ocupas todos los grupos —Respondió Olivia. Y se lo entregó para que lo viera. Se sentó al lado de Sebastian y le enseñó el periódico. —Me tienen cansada, no sé cuántas Brownstone existan, pero las odio a todas —Dejó que Sebastian leyera en el periódico lo que decía: Sianne<<Es una pena, este muchacho siempre con el mismo tipo de mujer, trepadoras totales. Esta es guapa, joven y hasta el m
Sebastian y Olivia vieron a Mily con su niñera feliz de la vida, dos semanas de paz y amor por parte de la niña. Él iba a desayunar con Carrick y Alonso, así que le ofrecióaOlivia llevarle al trabajo.—Tienes que aprender a conducir.—Déjame, no voy aintentar.—¿Qué tal si hay una emergencia?—Me asignaste un chofer —Respondió y Sebastian le miró arreglarse el maquillaje un par de segundos antes de continuar viendo hacia la carretera. —Te enseñaré personalmente.—No creo.—Será una cita—Respondió y ella le miró divertido.—Eres demasiado necio.—Feliz día Olivia. ¿Sabes me gustaría un día llegar a casa y que me esperaran con un masaje de cuerpo completo.Tras un calmado trayecto, Sebastian aparcó el auto frente al edificio, Olivia se inclinó para darle un beso y él se corrió para ver lo que pasaba en el edificio, la joven se volteó y vio sorprendida a su jefe y su socio corriendo y empujándose, en una competencia hacia el auto, Olivia mir
Planear unas vacaciones que ya tenía mentalizadas le fuedemasiado fácil. Sebastian salió a cenar con Silvia y sus sobrinas, las dos niñas tenía demasiado que contarle y él simplemente se quedó en silencio escuchando todo lo que le decía.—Chicas, chicas, lo marean.—TíoSebas, quieres saber más —Respondió la más pequeña y su mamá le dio un beso en la frente.—Sí, pero déjalo en misterio. Así nos invita a comer pronto. —Dijo Silvia y su hija más pequeña asintió.Todos continuaron comiendo y Silvia les pidió a sus hijas que fueran a hacer una degustación de postres para poder hablar en privado con Sebastian, las dos se despidieron del joven y fueron a una mesa aparte.Silvia se pasó al lado de su hermano y le acarició la espalda, luego le dio un beso en la mejilla y él le vio incómodo.—¿Tienes o quieres algo?—Quiero saber de estas espontáneas vacaciones.—Bueno, es mi vida privada.—Como esa novia privada que tienes. Las niñas se lo pasarían fen
Sebastian se despertó temprano para confirmar los datos del vuelo y que todo en la oficina estuviese bien. Olivia se puso la ropa deportiva y fue a ejercitarse.Milyse le unió como hacía los fines de semana en su pijama y con un entrenamiento que consistía en bailotear por el gimnasio en casa, Olivia se divertía con su sobrina y en el piso de arriba Sebastian era inundado por el amor más tierno del planeta, el de su ahijada la cual le llenó de besos y se sentó en su escritorio mientras bebía un batido de fresas como si fuese lo más guay de la tierra.—Mi ahijada favorita.—Soy la única que tienes, tíoSebas—Le recordó.—¿Por qué papá no te había traído antes a visitarme?—Hoy vine por negocios—respondió la pequeña y cruzó sus piernas.—¿Ahhsí?—Carrickasintió al igual que Isabela.—Total, la tía Olivia y tú se van de vacaciones tres semanas y vengo a invitar aMilypor un mes a mi casa.—¿Un mes?—repitióSeba