Ubicación: Rusia

Mientras nos llamaban uno a uno para las pruebas mentales, me dirigí al gimnasio de la mansión. Allí encontré a Zack, dormido en uno de los cubículos para cambiarse. ¿Por qué se escondía? Se suponía que era un Sergey. Pensé que sería más fuerte.

—Dicen que no ha dormido en toda la noche —comentó una chica que pasó cerca de mí, probablemente una empleada del lugar.

—Fue entrenado desde niño. En mi opinión, será el ganador —aseguró otra empleada. Al verme, ambas inclinaron la cabeza y se alejaron.

Me acerqué al cubículo donde Zack descansaba y lo desperté. En un instante, me apuntó con un cuchillo a la garganta. Al darse cuenta de que era yo, lo bajó de inmediato.

—Lo siento, estaba dormido —se disculpó, abrazándome.

—¿Qué haces? —le susurré al oído.

—Necesito de la energía que me das —respondió, haciéndome sonrojar—. Lamento haberle disparado a esa chica, pero si no lo hacía, el instructor te habría hecho algo mucho peor.

—¿No dormiste para protegerme? —pregunté, dándo