Ubicación: Rusia—Iré a limpiarme —dije, pero Amanda no me dejó apartarme de ella.—No me molesta, solo quédate conmigo —me pidió ella haciendo que mi cuerpo volviera a reaccionar.—¿Puedes hacerme lo mismo que la vez qué? —parecía que la pregunta había terminado de golpe. —Por supuesto, lo nuestro recién está empezando —aseguré y la hice recostarse en la cama para poder besarla con más suavidad, pero ella parecía querer que fuera algo más rudo.Por lo que me puse de costado y mientras deslizaba mis labios por su cuerpo. Ella disfrutó cada uno de mis dedos sobre su entrepierna.—Espera —suplicó Amanda mirándome con la respiración acelerada.—¿Te estoy lastimando? —pregunté.—No lo sé, creo que debo ir a hacer pis —confesó avergonzada.—Amor, eso es normal, no te harás pis —le aseguré feliz de saber que la estaba llevando al clímax—. Solo déjate llevar, relájate y permite que tu cuerpo disfrute al máximo.Aún temía ser demasiado intenso con ella. Sin embargo, Amanda me tomó con ambas
Ubicación: RusiaDespués de pasar casi dos días con Zack, en los que solo salimos de la cama para comer o ir al baño, decidí enfrentar la realidad. No podíamos quedarnos ahí, escondiéndonos de todos. Era hora de conseguir la paz que nos merecíamos. A los dos nos llegó un mail donde la organización de "Los Elegidos” nos invitaba a celebrar a su nuevo miembro junto con los otros participantes de la competencia. Por lo que tuve que despedirme de Zack y volver a casa para preparar todo.—¿Volveremos a estar juntos? —pregunté preocupada.—Claro que si, solo debemos seguir el plan —indicó, y después de un beso, más que doloroso, se marchó.Al regresar a la villa del señor Li, mi madre me recibió en la puerta. Papá ya había vuelto a los negocios y ella había dejado a alguien a cargo de la dirección del colegio, ya que quería estar cerca de él. El virus con el que Sergey nos enfermó había dejado delicada la salud de papá, pero él no podía dejar sus obligaciones.—Amanda —me llamó él al verme,
Ubicación: La isla de los superioresCuando terminábamos de entrenar con Laurynowicz, mi hermana y Fernando pasaban por ahí. Al parecer no nos notaron. Estaban discutiendo, como siempre.—No me interesa, quiero mi propia casa. No puedo seguir esperando cosas de los demás —reclamó ella molesta.—Es mejor que vayamos por aquel lado —le indiqué a Laurynowicz, pero este siguió viéndolos.—A veces siento que ya no te conozco —confesó Fernando, parecía triste.—Tal vez lo mejor sea separarnos. —Mi hermana estaba loca si iba a dejar a alguien como Fernando. Era el hombre más bueno que he conocido.—Si es lo que quieres no me queda otra opción más que aceptarlo, ¿verdad? —preguntó Fernando y nos vio. Después de mirar a Clara con disgusto se fue.—Te dije que debíamos irnos —reprendí a Laurynowicz.—Así que tu hermana está soltera ahora —preguntó este mientras nos íbamos.—Aléjate de mi hermana o te cortaré las bolas —le advertí—. Ellos siempre discuten, pero se aman.—¿Cuántos años tiene él? Y
Ubicación: La isla de los superioresLaurynowicz me ha confesado que estaba enamorado de mí. Sus palabras me desconcertaron, ya que jamás lo habría imaginado. Siempre había sido el mismo conmigo, y nunca supuse que su actitud se debía a un interés romántico. Más aún, había escuchado rumores sobre su inclinación a intimidar a las mujeres. Recordé su comentario sobre los celos que sentía al verme.—¿No vas a decir nada? —me preguntó, forzándome a mirarlo.—No tengo nada que decir —respondí con firmeza, a lo que él sonriendo con desdén me responde.—Claro, estás enamorada de un Sergey —replicó mientras se apartaba. Me sorprendí que supiera sobre eso—. Las sirvientas hablan mucho; Solo hay que saber qué conversaciones escuchar. Dime, ¿hacemos todo esto por él?—Me estás amenazando? —pregunté al notar el cambio en su tono—. No lo haces por mí, lo haces por la organización.—Te equivocas. Acepté involucrarme porque debía protegerte. Siempre has llamado mi atención; eres fuerte y capaz. Sin
Ubicación: RusiaAmanda no respondió mis mensajes, supuse que temía que no fuera yo el que los escribía. Aun así, seguí con el plan e hice todo lo que habíamos acordado. La extrañaba demasiado, pese a eso me mostré tranquilo. Parecía que mi padre empezaba a confiar en mí después de que me convertí en uno de Los Elegidos. Alex me llevó a las empresas que nos quedaban, todas necesitaban un socio, ya que en pocos meses terminarían en la quiebra.—¿Dónde están los laboratorios? —le pregunté a mi hermano, aunque no parecía entender de lo que le hablaba—. Empresas Sergey tiene laboratorios de investigación. Pequeños, pero aún deberían estar funcionando después de lo que pasó hace tiempo. —¿Para qué quieres saber dónde se encuentran? —Mi padre había entrado a la oficina. No lo veía desde que me había hecho encerrar—. Te encargarás de los negocios legales de la familia, no tienes por qué meterte en lo otro. Para eso estoy yo. —Ahora soy un elegido. Debo saber de qué se tratan los negocios f
Ubicación: RusiaZack parecía desconcentrado al verme con Laurynowicz. Esperaba que se diera cuenta de que todo esto era parte del plan. Sin embargo, me daba miedo que mi nuevo prometido no se abstuviera de provocarlo. Habíamos sido apartados de la mayoría de las personas de la fiesta, ya que querían celebrar en la intimidad a Zack. Solo su familia podía estar presente y la mía. En ese salón había muchos hombres que se mantenían en el anonimato.—Por supuesto. Fue solo una tontería. Ya ve, usted también se benefició —indicó el maldito de Sergey, tratando de bromear sobre lo ocurrido.—No me interesa lo que pueda pensar, ni en que cree que me ayudó. No necesito de usted para conquistar a una mujer. Solo se lo digo, para que sepa que la próxima vez que mi prometida esté en peligro por su culpa... Tomaré todo lo que ama, incluso lo más importante que tiene, y lo quemaré frente a toda Rusia —respondió Laurynowicz metido en su papel.—¿Se atreve a amenazarme? —El padre de Zack estaba enoja
Ubicación: Rusia/La isla de Los SuperioresTuvimos que ir a una oficina, ya que lo que habíamos hecho rompía el código interno de la mafia. No podíamos dispararle a alguien en una reunión donde nadie llevaba armas. Sin embargo, Laurynowicz les hizo entrega de algunas de las pruebas de que Sergey había usado un virus para enfermarme y parecieron satisfechos. Les daríamos el virus a ellos para que lo estudiaran o por lo menos eso les hicimos pensar.Ya en el hotel Laurynowicz parecía estar relajado, aunque ahora se avecinaba la peor parte. Tratarían de matarnos, por lo que le hicimos a las acciones de los miembros de esa organización, por lo menos alguno de ellos enviaria a sus asesinos.—¿Lo amas? —me preguntó Laurynowicz y lo miré indignada. No era momento para hacer esa clase de pregunta.—Sí, lo amo —dije para terminar con esto.—No puedes amarlo —me dijo, me arrinconó contra la cama y tuve que sentarme obligada—. No voy a dejarte.—¿De qué hablas? No necesito que me des permiso par
Ubicación: La isla de Los Superiores—Ahí llegó el celoso. ¿Desde cuándo tú decides cuando puedo abrazar a mi cuñada? Me pediste que si morías o te casabas con otra me encargara de acompañarla —indicó Artyom.—No morí ni me casé con otra —reclamó Zack haciendo que todos sus hermanos rían—. Además, se supone que son rusos. ¿Por qué necesitan tanto contacto físico con la mujer de su hermano mayor?—¿Perdón? —pregunté como si estuviera ofendida—. No soy la mujer de nadie. Además, si quisieras poder llamarme así. Mínimamente, deberías darme un anillo.—Si solo necesito eso —Se puso de rodillas frente a sus hermanos—. Señorita Amanda Li, sería tan amable de decirme si desea comprometerse conmigo para así poder gritar a los cuatro vientos que usted es la mujer que amo.¿Zack estaba queriendo comprometerse conmigo?La sorpresa duró poco porque después de decir eso empezó a dolerle la cabeza, me miró como si deseara matarme.Rápidamente, me aparté de él, aunque empezó a seguirme. De esto se t