Ubicación: La isla de «Los superiores»

Tania empezó con contracciones hace dos horas. Lisandro nunca ha estado presente en el nacimiento de ninguno de sus hijos. Esta es la primera vez, y no puede entender cómo no le ha dado un infarto todavía; está muy nervioso. En cambio, su esposa le sonríe a pesar del dolor que siente, y Lisandro se da cuenta de que ella está feliz a pesar de sufrir.

—¿Quieres que te traiga algo? —pregunta Lisandro, y Tania lo mira, le da un beso y responde:

—Me has preguntado eso cinco veces en la última hora. Cuando quiera algo, te lo pediré, cariño —indica, apretando su mano antes de respirar profundamente.

—¿Cómo lo ve, doctor? —pregunta Lisandro. El médico le dice que, al parecer, Tania ha estado conteniendo las contracciones o que Lisandro no las ha notado, ya que han pasado más de dos horas desde que comenzaron.

—¿Hiciste eso? —pregunta Lisandro.

—No quería que te asustaras mientras conducías al hospital —responde ella. Lisandro intenta besarle, pero Tania