— Adriel, Adriel, Adriel no me dejes por favor — dijo suplicante entonces yo me acerqué y tomé su mano.— Shhh todo va a estar bien, aquí estoy yo y no pienso dejarte.Lucía se tranquilizó y una sonrisa se esbozó en sus labios, amaba verla sonreír y en especial saber que yo era la causa de esto.Me acurruque a su lado y comencé a acariciarle su cabello, terminó por dormir profundamente y yo la veía con dulzura. En la madrugada presentó fiebre entonces me levanté para buscar paños húmedos.— Adriel te extraño.Ella comenzó a delirar por la fiebre y me preocupé muchísimo, tome su bolso y revise los medicamentos que le habían dado y por suerte tenía unos para la temperatura.— Toma esto que te ayudará.Yo molí la pastilla y se la di con agua, poco a poco. Ella mejoró pero no dejaba de hablar.— Te extraño Adriel — lo repetía una y otra vez.— Te quiero Lucía.— Yo también te quiero.Eso fue lo último que dijo antes de que ambos cayéramos rendidos, me dormí con la alegría de que
— Definitivamente el descaro de ustedes dos no tiene límite, te lo aconseje, no le des todo el dinero a tu querido en turno porque te iba a dejar sin nada, sobra decir que no te voy a ayudar en nada y no repitas de que eres mi madre porque estás muy lejos de hacerlo — la miré con frialdad — es muy tu bronca si no tienes nada de plata para surtir la despensa.— ¡Es tu obligación ayudarme! Recuerda que soy tu madre.— Puedes ser muchas cosas pero no mi madre, escogiste a tu macho antes que a nadie, preferiste ser mujer nada más y ahora vienes a querer que te ayude cuando de ti solamente recibí maltratos e incluso admitiste que me odiabas porque el bueno para nada de mí "papá" te abandono, largo mientras estoy siendo amable.— No te dirijas hacia mí de esa manera.— Me dirijo hacia ti de la manera que me da la gana, ¿Quieres respeto? Pues te digo que eso es algo que se gana y no que se exige así que no vengas con hipocresías diciendo una sarta de estupideces, no tuviste los ovario
— Bien, al parecer te encuentras con compañía.Uno de los oficiales de policía que había llegado a levantar la denuncia se encontraba con ella, él se levantó y me saludó amablemente.— Un gusto mi nombre es Lucía.— Soy Andrés — dijo el oficial — ¿Y él es?Adriel se presentó y ambos se fueron a pedir lo que íbamos a consumir, me quede con Rea y hable con ella.— ¿Están saliendo?— le pregunté y ella negó — pensé que si estaban juntos.— Solamente somos amigos, ¿Y tú?— Delante de todos somos amigos pero la realidad es que nuestra relación es complicada.Estábamos conversando cuando llegó Dánae casi muriendo entonces se sentó en nuestra mesa, yo la mire divertida mientras que Rea estaba atónita.— Qué sementales son esos, ojalá vinieran más clientes como ellos a estas instalaciones porque ahí sí que definitivamente dejo mis otros 4 empleos y me quedo de planta aquí.— Hola Dánae — le dije riendo — te presento a Rea.Ella saludó a Rea mientras miraba a Adriel y a Andrés con
Dánae ante la sorpresa de todos gritó esto sin mesura, Aimee se rió de sus locuras y Briseida la observó.— Al parecer el infierno ya se congeló — dijo divertida — admite que la chica te cayó bien.— Está bien, es algo diferente pero hacerme reír es bastante difícil de lograr.— Oh es cierto lo olvidaba, la excepción eres tú Rea que no te tragas a este bombón — los clientes la miraban — ¿Cómo te llamas cariño?— preguntó Dánae mirando a Andrés — ya sabes, para poder pedirte en navidad.— Se llama Andrés — grito Aimee una vez que murmuramos su nombre.— Gracias perrita rabiosa, ya me caes bien — dijo lanzándole un beso a Aimee con su mano — así que Andrés, puedes visitarme cada mes chiquito bebé — le guiño el ojo — ojala que el otro Andrés fuera como tú y no como es.Andrés estaba rojo de vergüenza y cuando se dio la vuelta le pellizcó una nalga, habían clientes que la miraban sorprendidos y otros no tanto.— ¡Dánae! ¡Deja a los clientes en paz! — gritó el gerente — v
— Hay fuertes rumores de que ellos salen aunque ninguno ha confirmado nada tenemos que reconocer que hacen una de las parejas más hermosas del medio.La presentadora finalizó la noticia y yo bebí de golpe mi café helado ocasionando que mi cerebro se congelara al instante.— Tranquila linda — dijo Dánae — te vas a morir con el cerebro congelado.— ¿Acaso pensaste que él te iba a esperar toda la vida?— pregunto Marien — obviamente no querida y ya te lo está demostrando.No dije absolutamente nada y terminé por tomar mi bebida, tomé mis cosas y me fui a la casa. La fiesta de navidad en el hospital llegó y aunque todos estábamos invitados yo pase ya que alguien se tenía que quedar en el área de emergencias.— Te amo Lu — dijo la jefa — cualquier cosa nos llamas.Yo asentí y me quedé en esta área, todo estaba en calma y por milagro o quien sabe que se mantuvo así por un buen rato, le llame a la chaparrita para desearle una feliz navidad y ella se puso mal ya que no me encontraba
— Dónde está ese desgraciado que quiero partirle hasta el último hueso entero que dejó este guapetón — dijo Dánae señalando a Adriel — le daré un pum y luego un bam y por último un chan, chan.— Lo están operando — dije riendo — en serio que contigo cualquier cosa seria se vuelve divertida.Dánae venía algo tomada por lo que su locura era mayor que de costumbre pero bueno que se puede esperar de una chica como ella, el doctor Fernández entró a revisarme y una voz resonó por toda la sala.— Por los clavos de Cristo ¿Quién es este bombón?— dijo Dánae — este no había llegado a la cafetería nunca.— Dánae te presento al doctor Thiago Fernández, el responsable de emergencias — dije divertida.— Mucho gusto Doc — dijo Dánae mientras sus dedos se paseaban traviesos por toda la longitud de sus hombros — está como usted mismo me lo receto, papacito lindo.— ¿Quién es ella?— dijo un escandalizado doctor Fernández — dile que me deje tranquilo.— Papichulo si la lengua es un mú
Ella se notaba sumamente molesta, una vez que los representantes legales de la familia Lund se pusieron al tanto de la situación ella fue a verme.— Maldito bastardo, de ese me voy a encargar de refundirlo en prisión.Aimee estaba que no cabía de la cólera, miraba a Fernández y a las chicas que trataban de contener a Dánae para que no violara al pobre hombre.— Definitivamente esa chica está loca, ni sé porque se está haciendo la ebria.— ¿No está ebria?— Solamente tomó tres copas de vino y nadie se emborracha con esa cantidad.Podría abogar por ella al decir que es intolerante al alcohol así como más o menos sucede conmigo sin embargo había visto que bebía como camionero y rara vez tambaleaba por esto.— Ya te puedes ir Lucía — dijo Fernández — cualquier cosa nosotros te hablaremos.Todos los trabajadores se despidieron de mí calurosamente, Adriel me guió a mi jeep pero no me dejó manejar.— Te iré a dejar a tu casa para que descanses, iré mañana a verte.— No, a estas hora
— Abre los ojos Adriel.Cuando le dije esto él los abrió entonces me miró en los pies de la cama mientras reía desenfrenadamente, vio a su lado para ver a quien abrazaba y se puso rojo.— Ya es tarde tengo que irme a la casa — le dije — llamaré a la chaparrita para avisarle.Yo tome mi celular y le hable, le dije que no se preocupara y que cuando llegara le iba a explicar la situación cosa que sinceramente no quería hacer pero notaría los golpes en mi rostro.— Muy bien, te espero — me dijo más tranquila — ya sabes que comeremos recalentado.— Como cada año, probablemente llegue con compañía así que prepara todo el recalentado que haya quedado.— Muy bien, no te preocupes que es bastante.— Sí lo sé, siempre queda tanta comida que alcanza hasta inicios de febrero — le dije riendo — nos vemos luego.Yo colgué y miré a un sonrojado Adriel pensando en lo que le había dicho a la almohada pensando que era yo, me acerque y él me tomó de mi cintura mientras yo acariciaba su cabel