— ¿Cómo te llamo entonces? — pregunte riendo.— Por mi nombre gran tonto, te agradezco el gesto que tuviste con el chocolate caliente y Dios junto con mi panza saben lo mucho que lo amo, sin embargo, no iré al hospital hasta la noche.— Bueno no importa porque en otra ocasión tomarás una taza muy grande de chocolate caliente junto con galletas.— Me apetece mucho, ¿Vas al trabajo?— Sí, me había desviado para ir al hospital pero ya que no te encuentras pues me voy al hotel.— Vale, te dejo entonces y me voy a los brazos del hombre que me recibe gustoso cada día.— ¿Morfeo?— ¡Exacto! — dijo divertida — me agrada que pienses tan rápido y sin nada de mentalidad sucia.— No me preocupo en absoluto que estés con otro hombre, te cojo lo suficientemente duro para dejarte satisfecha, así que estoy tranquilo.— ¡Adriel! — me gritó y la imaginé sumamente roja — ya maneja y no hables lascivamente. Yo reí y ella me colgó, no le llamé nuevamente ya que debía descansar y yo manejar
— Se llama Lucía, es una chica fantástica — le dije sabiendo que negarlo era absurdo — como puedes suponer fue la chica que traje al hotel y pase con ella en la suite real.— Ya veo, me alegra verte bien y si necesitas algo solo dime.Yo asentí y entré a mi cuarto, le envié un mensaje a Lucía y ella respondió rápidamente.— ¿Qué tal te fue?— Bien pero todavía me encuentro en el hotel, descansaré un poco y luego me iré de regreso — le escribí — tengo antojos de algo pero no sé de qué.— ¿Cómo así? Se supone que cuando tienes antojos sabes perfectamente que es lo que quieres, yo por ejemplo en estos momentos me encuentro con unas ganas tremendas de chocolate.Bingo, había logrado mi objetivo, escribimos un rato pero luego me dijo que tenía que arreglar su cuarto ya que lo tenía hecho un Jumanji según sus palabras. Pensé en el chocolate que le llevaría y cuando supe cual le fascinaría pero que era imposible de conseguir fue que llamé a la mujer que hacía que lo imposible fuera
— No es nada — le dije — ve que te necesitan.Ella asintió y se fue entonces yo me puse la camisa, al salir la mire hablando con una pequeña que tenía una gran herida en su frente y le decía que todo iba a estar bien.— ¿Quieres tomar mi mano?— le pregunto y ella asintió — bien es hora de la anestesia, no te preocupes que solo va a doler un poco, el doctor Fernández es un buen médico así que tranquila.Lucía no dejaba de mirar a la pequeña y cuando le colocaron la anestesia aunque le dolía sus ojos se clavaron en los de ella y el dolor pasó, la suturaron y luego se fue contenta ya que Thiago le dio una paleta.— Oh ya estás listo — me dijo mirándome — eso es bueno.— Lucía deberías ir a la lavandería para que te laven tu blusa, no puedes andar así.— Tiene razón doctor, enseguida vuelvo.Ella se fue a la lavandería y yo fui detrás, le tomé la mano lo que causó que se sorprendiera pero no rechazo este contacto. Llegamos y una mujer amable le extendió una bata entonces Lucía
Mi pelvis se movió más rápido ocasionando que la presión en su miembro aumentará y él se contuviera, sin embargo eso no duró mucho tiempo ya que yo llegué al orgasmo en el mismo momento que Adriel se corrió dentro de mí.Mire su abdomen y todo su cuerpo y se encontraba embarrado de chocolate, yo me incline un poco y lamí provocativamente uno de sus pectorales lo que ocasionó que él se pusiera nuevamente duro, mi lengua se fue al otro pectoral y gruño.— Lucía me estás matando, mi erección me duele.— No te preocupes que tú estás listo y yo quiero múltiples orgasmos, esos que solamente contigo experimento.Esta vez los papeles se invirtieron, yo me senté un poco ocasionando que su miembro saliera de mí quería entrar nuevamente sin embargo al ver su cuerpo reluciendo con el chocolate lamí mis labios y lo mire con los ojos lujuriosos.Mi lengua comenzó a lamer todo el chocolate que él tenía en el cuerpo, sabía mucho mejor en este momento que hoy más temprano. Adriel gruñía y su erecció
— Vale, nos vemos mañana.Aimee colgó y yo me fui a descansar ya que lo necesitaba, el día pasó volando y ya me encontraba lista para ir a la fiesta de Halloween. Fui al hotel en donde me recibieron únicamente Ai y Saúl, yo buscaba a Adriel estirando el cuello sin embargo este no se encontraba.— Le dije que no viniera ya que no deseas verlo — dijo Aimee sonriendo de lado — pero si tanto quieres verlo puedo llamarlo.— No gracias — le dije arrugando la boca — vamos a vestirnos.Aimee me llevó a su apartamento, este era lujoso a como lo había imaginado y una fotografía con Adriel se encontraba adornando una de las paredes y en la otra se encontraba con los que suponían eran sus padres.— Eres idéntica a tu madre, también Adriel, solo que él salió a su padre también…. Aimee se acercó a mí y sonrió con nostalgia, sus brazos se cruzaron y miró el retrato familiar con una sonrisa triste.— Esa fue la última foto familiar que tuvimos antes de que los mataran.— ¿Qué pasó con los
Una sonrisa sarcástica surgió en Briseida y dejó de lado su cóctel para mirarla, al parecer tenía esto en común con Aimee ya que a leguas se notaba que no la pasaba ni como purgante.— Por comenzar no me digas Bri y segundo me encuentro callada ya que los dioses no bajan del olimpo para conversar con la porquería de la humanidad, ninguno de ustedes dos son dignos ni siquiera de mis insultos.Briseida no dijo nada más y en el rostro de Scarlett se veía que no iba a irse tan fácil, definitivamente este par son masoquistas.— Pronto visitaré el hotel — dijo — así que nos veremos.— Te recuerdo que estás vetada, ya no pienso hablar más contigo así que lárgate.— Así que sigues resentida por lo que pasó entre tú prometido y yo, vaya que rencorosa eres Bri.Briseida la miró sin embargo en sus ojos no había ni una pizca de rabia o algún sentimiento de furia, chasqueo los dedos y al instante se acercaron a ella unos guardaespaldas que median al menos 1.80 habló con uno de ellos y este a
Yo puse mi dedo a la mitad entonces la enfermera dedujo que tenía dolor así que me puso un analgésico y cuando estuve bien levanté mi pulgar. El doctor entró y me dio las indicaciones a seguir para después darme el alta.— ¿Viene con alguien?— preguntó y yo negué — debería llamar a alguien ya que no se encuentra en condiciones de manejar.Intenté levantarme pero un mareo vino a mí y aún me sentía con pesadez, la chaparrita no pudo venir y aunque hubiera venido no sabe manejar.— ¿Hay alguien que pueda llevarla?Yo pensé y a mi mente vino alguien, asentí y me dieron mi celular entonces marque el número para luego dárselo a la enfermera.— Lucía, ¿Necesitas algo?— Habla una enfermera, lo que sucede que la señorita Lucía en estos momentos se encuentra saliendo de una cirugía dental y necesita que la lleve alguien a su casa entonces ella proporcionó este número para que lo llamáramos.— Enseguida llegó, deme el nombre de la clínica.La enfermera le dio el nombre de la clínica y él
— Adriel, Adriel, Adriel no me dejes por favor — dijo suplicante entonces yo me acerqué y tomé su mano.— Shhh todo va a estar bien, aquí estoy yo y no pienso dejarte.Lucía se tranquilizó y una sonrisa se esbozó en sus labios, amaba verla sonreír y en especial saber que yo era la causa de esto.Me acurruque a su lado y comencé a acariciarle su cabello, terminó por dormir profundamente y yo la veía con dulzura. En la madrugada presentó fiebre entonces me levanté para buscar paños húmedos.— Adriel te extraño.Ella comenzó a delirar por la fiebre y me preocupé muchísimo, tome su bolso y revise los medicamentos que le habían dado y por suerte tenía unos para la temperatura.— Toma esto que te ayudará.Yo molí la pastilla y se la di con agua, poco a poco. Ella mejoró pero no dejaba de hablar.— Te extraño Adriel — lo repetía una y otra vez.— Te quiero Lucía.— Yo también te quiero.Eso fue lo último que dijo antes de que ambos cayéramos rendidos, me dormí con la alegría de que