JULIA
Jamás imaginé que ese mismo día de nuestro encuentro comenzaría mi verdadero trabajo, para el que me iba necesitar al señor Vittolo, me había quedado con la duda cuando me dijo que necesitaba que estuviera cerca de su hijo y que me ganara su confianza pero no le di demasiada importancia la que debí haberle dado.Desde aquel día que lo acepté estuve haciendo pequeños trabajos para el señor Vitollo, pequeños encargos y entregas sobre todo a hombres para que se cautivarán con mi presencia y belleza y así controlarlos a su antojo, mi experiencia en el distrito me ayudó y mucho, ya que mi vida en el bajo mundo había comenzado aún antes de darme cuenta y aunque mi primo Antone me quería alejar de ella, no logró del todo por qué el sabía que si no me dejaba aprender a las buenas, yo lo haría a las malas, ya que esa parte del Distrito era gobernado por las bandas criminales, y nuestra vida en ella y su largura dependería a donde ibas a perte
JULIA —¡¡Que rayos sucedió m*****a sea?!, ¡si todo estaba bajo control!, quiero me encuentren a la m*****a rata que se oculta entre nosotros cuando lo hagan la quemare en el maldito infierno que se merece!!—, lo escucho hablando por teléfono desde mi pequeña oficina, me parece que tiene serios problemas pero de los cuáles no dice nada, en todo este año lo he visto hacer de cuánta maldad, por algo lo apodan el Diablo. Me asomo a ver sí necesita de mi ayuda o alguna otra cosa, me lo quedo viendo como embelesada esos ojos azules que se tornan oscuros cuando está furioso o cuando le veo ese deseo que siente por mí, la verdad ahora mismo no sé cuál de las dos sea la razón, pero creo que llegó la hora de hacer mi trabajo, de dar el primer paso. —¿Qué sucede Henry, te puedo ayudar en algo?—, le dije con voz sensual—, o si lo prefieres me puedo marchar mientras solucionas tus cosas-, sí en todo ese tiempo ya habíamos llegado
JULIA Después de lamer y chupar cada uno de los lóbulos de sus orejas y darme un buen gusto por todo su cuello fui bajando por su torso con mis labios, seguí bajando hasta su pecho e hice lo mismo que había hecho con mis manos, tomé cada una de sus tetillas con mi boca las mordía y después las lamía, lo escuché gemir más de una vez, sus vellos estremecían mi piel por qué esa sensación de sentir vello con piel era mágica, no sé en qué momento se quitó la camisa, pero ese torso fuerte lleno de músculos me hacían delirar, quería acaparar todo ese torso a la vez, pero mis pequeñas manos no daban para tanto, aún así seguí acariciando y besando todo ese esculpido cuerpo de Dios Griego qué tiene. Cuando mis manos iban llegando a su cintura a la parte donde comenzaba su pantalón me detuvo, su rápido movimiento hizo que mi torso quedara semi suspendido sobre el escritorio ya que agarró mis manos con una sola de las suyas, las posicionó por encima de mi c
HENRY Tenerla así tan dispuesta y a mi entera disposición me hacía temer de mi mismo, temí de ser precoz en estos momentos, de venirme antes de hacerla llegar al cielo con mis besos y caricias, para después hacerla perder la noción del tiempo mientras la vaya poseyendo, por eso debí hacer las cosas con calma antes de perder el control total de mí, juro sentir desfallecer cuando ella me acariciaba de esa forma tan exquisita que hizo que casi me viniera en mis pantalones, por eso la detuve cuando insinuó quitármelos no quería pasar un bochorno ante ella, por eso agarré sus manos y las subí sobre su cabeza haciendo que quedara semi inclinada sobre el escritorio. —Ahora es mi turno de acariciar todo este maravilloso cuerpo que me trae loco de deseo, es tiempo de al fin sentir como te hago estremecer y temblar, de hacerte delirar de deseo por mi—, le dije susurrando a su oído, sonreí satisfecho al ver cómo se estremecía toda solo con escuchar mis palabras.
HENRY No sé qué me pasa, jamás me he preocupado por el sentir de las mujeres con las cuáles he tenido sexo, solo me ha interesado mi propio placer, pero mi niña hermosa me hace explorar ese lado tierno e irreconocible para mí, así que le hablé a su oído, tratando de brindarle una calma que por dentro estaba lejos de sentir, ya que lo único que en verdad deseaba era por fin hundirme en su exquisito interior. —No te preocupes mi hermosa, no te haré daño, si quieres paro aquí, no quise asustarte, perd…—, ahogó mis palabras con su boca, dándome un beso que hizo palpitar mi miembro deseoso de ella. Mientras nos devorábamos con besos salvajes, con mi mano bajaba por todo su cuerpo nuevamente hasta llegar a su caliente sexo para ver sí estaba preparada para recibirme, y sí que lo estaba, acomodé mi viril miembro en su pequeña entrada subiéndolo y bajándolo por toda su vagina para lubricarla aún más. Sus besos y los gemidos que se
( EN LA ACTUALIDAD) JULIA —Julia en qué mundo viajas, mujer hermosa parece que te va a dar un ataque al corazón, ¡mírate como estas!!—, comentó Miriam entrando a mi oficina sacándome de mi ensoñación y recuerdos del pasado, recuerdos qué creí borrados y olvidados, pero qué regresaron como una avalancha dándome un duro golpe a mí roto corazón. —Y ni te pregunto el porqué estás así de agitada, ya que por la expresión que tienes me lo imagino, si quieres te presto el sabor a chocolate que tengo bajo mi almohada para que te ayude un poco, aunque creo que ese no te servirá de a mucho, creo que el único que te servirá es él que verás muy pronto, dentro de tres días según me informó Caro—, seguía diciendo con una sonrisa pícara, mientras entraba y se sentaba en la silla frente a mi, haciéndome enrojecer más de lo que ya estaba—, lo que de verdad me preocupa es que vayas a caer nuevamente bajo su hechizo. —Que tonterías dic
HENRY Tenerla, poseerla, fue lo más satisfactorio, y ahora que era mía, jamás la iba dejar ir. Por eso le propuse que se viniera a vivir conmigo, pero la negativa que recibí de parte de ella me dejó helado, pensé que aceptaría de inmediato, pero hasta en eso resultó ser rebelde, aunque pensándolo bien, creo que las cosas eran mejor seguirlas así porque si mi padre se enteraba qué tenía una debilidad, se aprovecharía de ella para hacerme claudicar, y vaya qué no me equivoqué, por qué él todo lo tenía planeado desde el principio. Después de todo un año juntos, en donde la he llegado a conocer un poco, sé que la única familia que tiene es su abuela y una pequeña hermana que adoptó hace uno cuatro años atrás y ellas son la razón por la cuál se quedó trabajando acá aparte la de obtener experiencia en su carrera de administración. Por mi parte ya estoy apunto de lograr mi independencia total para así poder ofrecerle a Julia una vida fuera de
JULIA Me encontraba en la mi oficina cuando escuché que alguien había entrado en la de Henry, era el gran Jefe, el señor Vittolo, cuando comenzó a insultar a Henry y de paso a mi, no podía creer lo que estaba escuchando. Las palabras eran tan crueles y las sentí tan reales que mi mente pensó lo peor, "solo soy un juego, he sido una entretención para él, alguien con quien pasar la calentura", y vaya que lo ha hecho bastante, eso no lo puedo negar él se ha dado el gusto conmigo todo este año hasta más no poder, al igual que yo pero eso no quita el hecho que duela saber que fui un juguete más para él. Yo haciéndome ideas que podría haber algo más, que estaba sintiendo lo mismo que yo, vaya qué estúpida la que he sido, como me pude dejar engañar de esta manera no sé en qué momento perdí mi norte, mi objetivo. Pero lo cierto fue que entre mis amigos, Antone y Miriam e incluido él, se me estaba olvidando de dónde era y lo que pretendía lograr en
HENRY Cuando mi padre salió como alma que lleva el diablo, sabía que se vendría lo peor para nuestros planes, y no solo eso bien sabía qué la que iba a llevar la peor parte era mi Julia, así que llamé a mi único amigo y aliado en este mundo de m****a, estábamos planeando un golpe de muerte a toda esta porquería, pero el golpe lo recibimos nosotros, no sé cómo le hacía mi padre para llevarnos un paso por delante. —Hola te veo en las bodegas esta noche—, le dije apenas contestó, ya que no quería perder el tiempo, todo estaba apunto de venirse abajo, mientras hablaba con mi amigo ella salió como alma que lleva el diablo, esa era la primera estocada que lanzó mi padre, sabía que ella estaba dentro de su oficina y que escucharía todo. Por eso al expresarse como lo hizo era con ese fin, él sabía que al Julia escuchar lo que había dicho mermaría su confianza en mí, no podía cerrar la llamada y correr tras ella para aclarar las cosas, por ahora lo más importan