JULIA
Me encontraba en la mi oficina cuando escuché que alguien había entrado en la de Henry, era el gran Jefe, el señor Vittolo, cuando comenzó a insultar a Henry y de paso a mi, no podía creer lo que estaba escuchando.
Las palabras eran tan crueles y las sentí tan reales que mi mente pensó lo peor, "solo soy un juego, he sido una entretención para él, alguien con quien pasar la calentura", y vaya que lo ha hecho bastante, eso no lo puedo negar él se ha dado el gusto conmigo todo este año hasta más no poder, al igual que yo pero eso no quita el hecho que duela saber que fui un juguete más para él.
Yo haciéndome ideas que podría haber algo más, que estaba sintiendo lo mismo que yo, vaya qué estúpida la que he sido, como me pude dejar engañar de esta manera no sé en qué momento perdí mi norte, mi objetivo.
Pero lo cierto fue que entre mis amigos, Antone y Miriam e incluido él, se me estaba olvidando de dónde era y lo que pretendía lograr en
HENRY Cuando mi padre salió como alma que lleva el diablo, sabía que se vendría lo peor para nuestros planes, y no solo eso bien sabía qué la que iba a llevar la peor parte era mi Julia, así que llamé a mi único amigo y aliado en este mundo de m****a, estábamos planeando un golpe de muerte a toda esta porquería, pero el golpe lo recibimos nosotros, no sé cómo le hacía mi padre para llevarnos un paso por delante. —Hola te veo en las bodegas esta noche—, le dije apenas contestó, ya que no quería perder el tiempo, todo estaba apunto de venirse abajo, mientras hablaba con mi amigo ella salió como alma que lleva el diablo, esa era la primera estocada que lanzó mi padre, sabía que ella estaba dentro de su oficina y que escucharía todo. Por eso al expresarse como lo hizo era con ese fin, él sabía que al Julia escuchar lo que había dicho mermaría su confianza en mí, no podía cerrar la llamada y correr tras ella para aclarar las cosas, por ahora lo más importan
HENRY Mamá no sé cómo se dió cuenta de lo que hacía con mi papá cada vez que salía con él, pero al hacerlo decidió enfrentarlo, estaba jugando con mi cochecito fuera del despacho de mi papá cuando ella comenzó a reclamarle, me quedé sorprendido por eso yo me quedé tras la puerta escuchando todo, se oían gritos e insultos de todo tipo de parte y parte. Mi mamá le decía que como era capaz de enseñarme esas cosas, que todo era su culpa por haberme dejado con un lunático que ni alma ni corazón tiene, por qué le había enseñado a su hijo pequeño las peores bajezas, hasta asesinar a sangre fría. —¡Ya cállate mujer!, tú sabías cuál era el destino de mi muchacho desde que nació—, le decía él a ella. —Así que ya cálmate que tarde que temprano él iba hacer todas estas cosas—, mi padre le seguía gritando. —Yo lo único que hice fue prepararlo con antelación para cuando llegara ese día y sabes que ese día ya llegó—, le afirmó convencido. —¡Por f
HENRY —¿Ves a lo que me refiero mujer?, me alegro mucho que lo veas con tus propios ojos—, le dijo con la voz cargada de orgullo, lo que me hizo dudar aún más—, el poder y la maldad se lleva en la sangre y nada puedes hacer para que eso cambie, esa siempre reinará por encima de quien sea, sobre todo si proviene de ¡un Macgregor!—, le decía a mi madre mientras la sostenía de su cuello y la asfixiaba. Entre escuchar sus palabras y ver a mi madre así, eso hacía que me encontrará ante una difícil decisión, ya que frente a mí estaban los dos seres que más amaba hasta ese momento, aunque me sentía entre la espada y la pared la decisión me resultó más fácil de tomar al ver a mi mamá en el estado en qué se encontraba. —¡¡Suéltala ya papá o no respondo!!, ya sabes que no fallaré, ¡no lo haré!, recuerda que me has enseñado muy bien y bien sabes que no fallaré, no lo haré—, le dije con el alma quebrada y lamentándome por lo estúpido q
JULIA A mi llegada al Distrito me estaban esperando Antone y Miriam, corrí hacia ellos y me puse a llorar como una niña, sí quizás aún era una niña pues aún tenía dieciocho años, pero es que ésta m*****a vida me ha enseñado a convertirme en una mujer antes de tiempo, y es que a pesar de lo que ella me ha enseñado en estos momentos me siento perdida, y es que la verdad no sé que hacer, tampoco como actuar ante todo esto que siento por dentro. No voy a negar que enamoré sí y como una estúpida, que por este amor le di mi corazón a un hombre que solo ha querido el poder y que solo quería saciar sus ganas y antojos de mí, muy bien que lo ha gozado, aunque no puedo negar que yo también lo he hecho, por eso así como he salido de peores situaciones está no será la diferencia, sanaré y cuando lo haga sálvese quien pueda. —¿Que fue lo que pasó, mi hermosa mujer, por qué estás tan afectada, acaso te descubrieron?—, me dijo Miriam sacándome de mis pensamientos y d
JULIA —¡Ya está echo!, aquí tienes toda la información del sitio, y sus alrededores, quienes lo custodian y para que lo utilizan—, entró Mirian como ráfaga de viento aguantando mis reproches y mis lágrimas—, y te digo hermosa mujer que no vayas a ese sitio, no te digo, te lo exijo!!, porque si lo haces jamás saldrás viva de ahí—, decía mientras trataba de mirar a mis ojos. —¡Que tonterías dices, Miriam!—, alcé mi mirada hacia ella y me la quedo viendo con gran coraje, sabe que la llamo así cuando ando fuera de mí, y algo me perturba—, ¡como crees que me hará algo!, si ya cumplí con su trabajo, que era el de mantener bien ocupado a su tesoro disque para que no abandone sus responsabilidades y ya lo conseguí ¿no?—, le dije decepcionada. —¡Bueno en algo Miry tiene razón!, este el peor deshuesadero que tiene el señor Vitollo, y el que entra ahí jamás sale, simplemente desaparece del planeta—, intervino Antone mientras yo le replicaba a Mir
HENRY Después que Julia salió de la oficina sin mirar atrás y de cuadrar con mi amigo el estratega donde nos encontraríamos, seguí en la oficina esperando a que se diera la hora para el encuentro crucial, a la hora de terminar el trabajo en la oficina, me di un baño ahí mismo y al terminar salí al encuentro. Por eso ya me encuentro aquí, ya que estoy en las bodegas donde guardo la mercancía que se reparte dentro del distrito, aquí estoy esperando a mi amigo que ésta retrasado y eso me extraña, por qué siempre a sido puntual, así que mientras llega estoy sentado en mi escritorio fumando un cigarrillo y con una botella de whisky, ya llevo varios tragos por qué tengo los nervios alterados, es que no sé del porque de su retraso eso hace que me preocupé, es qué la verdad con mi padre uno nunca sabe a qué atenerse. —¡Vaya Diablo veo que has empezado la fiesta sin mí!—, ahí estaba Tony brindándome su magna presencia que cautivaba
HENRY Al día siguiente llegué más temprano que de costumbre a la empresa ya que necesitaba aclarar con Julia lo que pasó ayer y a la vez debía pedirle qué se retirara del trabajo y al igual que de mi vida antes de que estallará la bomba, yo no quería arriesgarla para nada; lo que más me apremiaba por verla es por que quería volver a sentirla otra vez, hacerla mía una última vez mientras pasaba todo esto, y digo última por qué no sé en realidad como resultará todo es plan que se creamos Tony y yo y que es inevitable. La espera me estaba carcomiendo por qué ella aún no llegaba, siempre ha sido muy puntual, ¿será que seguirá molesta conmigo?, o ¿le habrá ocurrido algo?, recuerdo que hoy no era necesario que asistiera a la Universidad, por qué estaba presentando los parciales finales y a ella la habían exonerado de ellos, por eso habíamos planeado pasarla juntos este día, y entré planes estaba confesarle mi amor y proponerle matrimonio.
JULIA Después de los planes que hicimos con Antone y Miriam, y se contarle sobre mi embarazo a ella, me acompañó hasta mi habitación donde ella esperó a que me quedara dormida, pero solo fingí para que ella pudiera irse a descansar también lo necesitaba, al ella salir pensé en todo lo que se me venía encima, pero más en como le iba hacer para que mi embarazo no fuera a estorbar en nuestro planes, de tanto pensar no pude conciliar el sueño, así que me desvelé toda la madrugada. Al levantarme al día siguiente estaba aún indecisa entre obedecer al señor Vitollo o no, lo cierto es que aún tenía mis cosas allí, así que lo tomé como excusa para ir, excusa por qué la verdad es que lo quería ver una vez más, y que me dijera la verdad de frente aun que ella me hundiera más en el pozo de la decepción. Pero fue la peor decisión o tal vez la mejor aún no lo sé, por qué al entrar a su oficina y ver el espectáculo que estaba dando mi Henry me quebró