HENRY
—¿Ves a lo que me refiero mujer?, me alegro mucho que lo veas con tus propios ojos—, le dijo con la voz cargada de orgullo, lo que me hizo dudar aún más—, el poder y la maldad se lleva en la sangre y nada puedes hacer para que eso cambie, esa siempre reinará por encima de quien sea, sobre todo si proviene de ¡un Macgregor!—, le decía a mi madre mientras la sostenía de su cuello y la asfixiaba. Entre escuchar sus palabras y ver a mi madre así, eso hacía que me encontrará ante una difícil decisión, ya que frente a mí estaban los dos seres que más amaba hasta ese momento, aunque me sentía entre la espada y la pared la decisión me resultó más fácil de tomar al ver a mi mamá en el estado en qué se encontraba. —¡¡Suéltala ya papá o no respondo!!, ya sabes que no fallaré, ¡no lo haré!, recuerda que me has enseñado muy bien y bien sabes que no fallaré, no lo haré—, le dije con el alma quebrada y lamentándome por lo estúpido qJULIA A mi llegada al Distrito me estaban esperando Antone y Miriam, corrí hacia ellos y me puse a llorar como una niña, sí quizás aún era una niña pues aún tenía dieciocho años, pero es que ésta m*****a vida me ha enseñado a convertirme en una mujer antes de tiempo, y es que a pesar de lo que ella me ha enseñado en estos momentos me siento perdida, y es que la verdad no sé que hacer, tampoco como actuar ante todo esto que siento por dentro. No voy a negar que enamoré sí y como una estúpida, que por este amor le di mi corazón a un hombre que solo ha querido el poder y que solo quería saciar sus ganas y antojos de mí, muy bien que lo ha gozado, aunque no puedo negar que yo también lo he hecho, por eso así como he salido de peores situaciones está no será la diferencia, sanaré y cuando lo haga sálvese quien pueda. —¿Que fue lo que pasó, mi hermosa mujer, por qué estás tan afectada, acaso te descubrieron?—, me dijo Miriam sacándome de mis pensamientos y d
JULIA —¡Ya está echo!, aquí tienes toda la información del sitio, y sus alrededores, quienes lo custodian y para que lo utilizan—, entró Mirian como ráfaga de viento aguantando mis reproches y mis lágrimas—, y te digo hermosa mujer que no vayas a ese sitio, no te digo, te lo exijo!!, porque si lo haces jamás saldrás viva de ahí—, decía mientras trataba de mirar a mis ojos. —¡Que tonterías dices, Miriam!—, alcé mi mirada hacia ella y me la quedo viendo con gran coraje, sabe que la llamo así cuando ando fuera de mí, y algo me perturba—, ¡como crees que me hará algo!, si ya cumplí con su trabajo, que era el de mantener bien ocupado a su tesoro disque para que no abandone sus responsabilidades y ya lo conseguí ¿no?—, le dije decepcionada. —¡Bueno en algo Miry tiene razón!, este el peor deshuesadero que tiene el señor Vitollo, y el que entra ahí jamás sale, simplemente desaparece del planeta—, intervino Antone mientras yo le replicaba a Mir
HENRY Después que Julia salió de la oficina sin mirar atrás y de cuadrar con mi amigo el estratega donde nos encontraríamos, seguí en la oficina esperando a que se diera la hora para el encuentro crucial, a la hora de terminar el trabajo en la oficina, me di un baño ahí mismo y al terminar salí al encuentro. Por eso ya me encuentro aquí, ya que estoy en las bodegas donde guardo la mercancía que se reparte dentro del distrito, aquí estoy esperando a mi amigo que ésta retrasado y eso me extraña, por qué siempre a sido puntual, así que mientras llega estoy sentado en mi escritorio fumando un cigarrillo y con una botella de whisky, ya llevo varios tragos por qué tengo los nervios alterados, es que no sé del porque de su retraso eso hace que me preocupé, es qué la verdad con mi padre uno nunca sabe a qué atenerse. —¡Vaya Diablo veo que has empezado la fiesta sin mí!—, ahí estaba Tony brindándome su magna presencia que cautivaba
HENRY Al día siguiente llegué más temprano que de costumbre a la empresa ya que necesitaba aclarar con Julia lo que pasó ayer y a la vez debía pedirle qué se retirara del trabajo y al igual que de mi vida antes de que estallará la bomba, yo no quería arriesgarla para nada; lo que más me apremiaba por verla es por que quería volver a sentirla otra vez, hacerla mía una última vez mientras pasaba todo esto, y digo última por qué no sé en realidad como resultará todo es plan que se creamos Tony y yo y que es inevitable. La espera me estaba carcomiendo por qué ella aún no llegaba, siempre ha sido muy puntual, ¿será que seguirá molesta conmigo?, o ¿le habrá ocurrido algo?, recuerdo que hoy no era necesario que asistiera a la Universidad, por qué estaba presentando los parciales finales y a ella la habían exonerado de ellos, por eso habíamos planeado pasarla juntos este día, y entré planes estaba confesarle mi amor y proponerle matrimonio.
JULIA Después de los planes que hicimos con Antone y Miriam, y se contarle sobre mi embarazo a ella, me acompañó hasta mi habitación donde ella esperó a que me quedara dormida, pero solo fingí para que ella pudiera irse a descansar también lo necesitaba, al ella salir pensé en todo lo que se me venía encima, pero más en como le iba hacer para que mi embarazo no fuera a estorbar en nuestro planes, de tanto pensar no pude conciliar el sueño, así que me desvelé toda la madrugada. Al levantarme al día siguiente estaba aún indecisa entre obedecer al señor Vitollo o no, lo cierto es que aún tenía mis cosas allí, así que lo tomé como excusa para ir, excusa por qué la verdad es que lo quería ver una vez más, y que me dijera la verdad de frente aun que ella me hundiera más en el pozo de la decepción. Pero fue la peor decisión o tal vez la mejor aún no lo sé, por qué al entrar a su oficina y ver el espectáculo que estaba dando mi Henry me quebró
HENRY Cuando por fin salió Paola me levanté y aseguré la puerta de mi oficina para no ser molestado por nadie, por qué tenía que hablar con Julia, tenía que dejarle en claro ciertas cosas de las que dijo ayer mi padre, y sobre la aparición de Paola, además qué la necesidad de ella me estaba enloqueciendo, entré a su oficina en el preciso momento en que estaba recogiendo todas sus cosas, al verlo se me fue la respiración y un enorme hueco se formó dentro de mí, por qué eso significaba que no volvería a este lugar, que ya no podría gozar de la calidez de sus ojos, de su sonrisa, de su cuerpo, todo lo que de ella me volvía loco ya no lo tendría conmigo, fue en ese momento que supe que mi existencia y razón para seguir en este mundo de m****a era ella. Por lo que estoy viendo estaba a punto de dejarme y sin siquiera escuchar mi versión, ni darme el beneficio de la duda, yo quería que me escuchara y qué reflexionara, no podía dejarme así, más bien yo no quería que me
HENRY Al momento de bajar su tratar de ocultar su decepción miró al suelo. -¡Si, así es!, fuimos un juego, un mal chiste y es mejor dejarlo en buenos términos-, me decía mientras recogía el desastre que había causado-, lo único que te puedo agradecer es la experiencia que obtuve, por lo menos sabré corresponder cuando encuentre al amor verdadero-, dijo sin más. ¿Pero que m****a está diciendo, otro?, eso sí que me afectó mucho, porque de inmediato me la imaginé con otro hombre, otro que la acariciaba, la besaba como yo lo hacía, al igual que ella dándole a ése otro lo que me daba a mí, pensar eso hizo que mi sangre hirviera, en mi desesperación la tomé nuevamente del brazo y atrayéndola hacía mí la besé con coraje, furia, decepción y deseo...y al final éste último era el que estaba ganando. Nos perdimos por un instante ya que sentir su lengua devorándome con ansias y ganas a la par de mi propi
HENRY Al bajar del cielo donde habíamos llegado quise quedarme siempre así dentro de ella, pero no era posible pues debíamos hablar, llegar a un acuerdo, decirle que me esperara, no sé, pero aclarar las cosas por lo menos lo que podía decirle, así que me separé de ella a regañadientes, acomodé mi miembro dentro de mi pantalón así como estaba sucio de ella ya que no quería que su olor se fuera de mí, la ayudé a bajarse para que también se acomodara su ropa, mientras lo hacía ella miraba para todos lados menos hacía mí. —¿Entonces no dirás nada?—, le exigí, quería que me dijera alguna palabra, no sé ese silencio que nos envolvió de pronto era demasiado asfixiante, terrorífico. —Creo que ya está todo dicho ¿no?—, me respondió con una voz tan gélida que detuvo mi mano que se dirigía hacía la suya para hacerla mirarme—, esto no fue más que otro revolcón de los muchos qué nos hemos dado—, siguió diciéndome, eso hacía que mi corazón se rompiera con cada palabra