Cuando por fin salió Paola me levanté y aseguré la puerta de mi oficina para no ser molestado por nadie, por qué tenía que hablar con Julia, tenía que dejarle en claro ciertas cosas de las que dijo ayer mi padre, y sobre la aparición de Paola, además qué la necesidad de ella me estaba enloqueciendo, entré a su oficina en el preciso momento en que estaba recogiendo todas sus cosas, al verlo se me fue la respiración y un enorme hueco se formó dentro de mí, por qué eso significaba que no volvería a este lugar, que ya no podría gozar de la calidez de sus ojos, de su sonrisa, de su cuerpo, todo lo que de ella me volvía loco ya no lo tendría conmigo, fue en ese momento que supe que mi existencia y razón para seguir en este mundo de m****a era ella.
Por lo que estoy viendo estaba a punto de dejarme y sin siquiera escuchar mi versión, ni darme el beneficio de la duda, yo quería que me escuchara y qué reflexionara, no podía dejarme así, más bien yo no quería que me
HENRY Al momento de bajar su tratar de ocultar su decepción miró al suelo. -¡Si, así es!, fuimos un juego, un mal chiste y es mejor dejarlo en buenos términos-, me decía mientras recogía el desastre que había causado-, lo único que te puedo agradecer es la experiencia que obtuve, por lo menos sabré corresponder cuando encuentre al amor verdadero-, dijo sin más. ¿Pero que m****a está diciendo, otro?, eso sí que me afectó mucho, porque de inmediato me la imaginé con otro hombre, otro que la acariciaba, la besaba como yo lo hacía, al igual que ella dándole a ése otro lo que me daba a mí, pensar eso hizo que mi sangre hirviera, en mi desesperación la tomé nuevamente del brazo y atrayéndola hacía mí la besé con coraje, furia, decepción y deseo...y al final éste último era el que estaba ganando. Nos perdimos por un instante ya que sentir su lengua devorándome con ansias y ganas a la par de mi propi
HENRY Al bajar del cielo donde habíamos llegado quise quedarme siempre así dentro de ella, pero no era posible pues debíamos hablar, llegar a un acuerdo, decirle que me esperara, no sé, pero aclarar las cosas por lo menos lo que podía decirle, así que me separé de ella a regañadientes, acomodé mi miembro dentro de mi pantalón así como estaba sucio de ella ya que no quería que su olor se fuera de mí, la ayudé a bajarse para que también se acomodara su ropa, mientras lo hacía ella miraba para todos lados menos hacía mí. —¿Entonces no dirás nada?—, le exigí, quería que me dijera alguna palabra, no sé ese silencio que nos envolvió de pronto era demasiado asfixiante, terrorífico. —Creo que ya está todo dicho ¿no?—, me respondió con una voz tan gélida que detuvo mi mano que se dirigía hacía la suya para hacerla mirarme—, esto no fue más que otro revolcón de los muchos qué nos hemos dado—, siguió diciéndome, eso hacía que mi corazón se rompiera con cada palabra
JULIA Después de culminar nuestro placentero encuentro, solo lo retuve por unos instantes más, pues apesar de que deseaba que se quedará así como estábamos él aún dentro de mí y yo abrazándolo con mis piernas, sabía que eso sería un grave error, pero él actuó primero que yo, así que solo se separó de mí desviando un poco su mirada, al momento de hacerlo así como mi interior protesto por su lejanía también lo hizo mi corazón, pero era lo mejor, no quería mirarlo a los ojos por qué me haría mermar en mi decisión. Mientras lo miraba de como se guardaba su gran miembro dentro de su pantalón y acomodándose la ropa yo también me acomodaba la mía, él se acercó para ayudarme pero hice todo lo posible por alejarlo de mí ya que su cercanía me quemaba como fuego y no quería volver a caer, él al ver mi indiferencia y rechazo, comenzó a decir cosas que me herían que se clavaban dentro de mi haciendo que mi corazón se rompiera en mil pedazos, pero no sé lo iba a demost
JULIA Por un instante me llené de temor ya que no tenía salida por qué al parecer el señor Vittolo ya había decidido mi destino, así que accedí a subir a la camioneta y al momento de entrar en ella, uno de los sujetos me abrazó, al hacerlo colocó entre mi boca y nariz un pañuelo con cloroformo haciéndome perder el sentido. Cuando desperté me encontraba en una jaula colgando de mis brazos y semidesnuda, mis piernas estaban abiertas sujetas por unas cadenas que eran sostenidas por una especie de molino, no sé cuánto tiempo llevó aquí pero por el adormecimiento de mis brazos y cuerpo, creo que son como un poco más de doce horas. —¡Vaya niña!, no sabías que eras tan puntual—, dijo una macabra voz desde las sombras, muy bien que conocía esa voz era la de mi padre, sabía de su fidelidad hacía el señor Vitollo, pero nunca imaginé que tanto—, me pregunto que fue lo que hiciste tan mal que te tiene aquí en esta jaula colgante—, me dijo.
JULIA Cuando empezó hacer eso sentí gran asco y quise apartar bbme, pero el me agarró más fuerte del brazo atrayéndome hacía él, dejándome atrapada entre sus piernas. —¡Hoy tendrás tú primera lección para entrar a la banda!, mi linda primita, y ¡que te quede bien claro que esto quedará entre nosotros!, por qué si te llegas a soltar de la lengua te la cortaré al igual que se lo haré a tú abuela—, decía en un tono amenazante mientras sus manos bajaban mis braguitas y metía sus dedos en mi vagina al hacerlo sentí un gran dolor y mis lágrimas comenzaron a salir sin control—, ¿te duele?, esto es para que vayas aprendiendo a vivir con el dolor, debes soportarlo sin demostrar tus emociones—, decía mirando mi reacción. Mientras el seguía introduciendo sus dedos en mi, sacó su miembro se lo masajeaba de arriba a abajo sacando su mano de mis partes me tomó de la cabeza y la acercó a su miembro semi erecto—, ahora te la comerás, y los harás como si tuv
JULIA A la mañana siguiente me despertó un dolor agudo debido a las quemaduras que había recibido el día anterior, el dolor era más insoportable por la posición en que se encontraba mi cuerpo, además que por el tiempo que llevo en ella ya no sentía mis extremidades, estaba tratando de enfocar mi visión cuando volví a escuchar esa voz que me hacía erizar la piel. —¿Entonces, como te llamo?, ¿Bella Durmiente?—, decía esa voz tan aguda y tenebrosa que tantos escalofríos me hacía sentir. Mientras escucho esa voz siento que estoy en otra dimensión, no sé en qué momento me cambiaron de posición, en realidad no sé si me movieron de sitio, o simplemente me cambiaron de posición, estaba desubicada, desconcertada, por qué ahora las cadenas que sostenían mis piernas las tenía amarradas a mis muñecas mi cabeza estaba a pocos centímetros del suelo y mis piernas están prensadas dónde estaban los brazos. Al escuchar esa voz y lo que decía intenté alzar l
HENRY Desde el mismo instante en que la vi salir de la pequeña oficina y sin mirar atrás, comencé a destrozarla me sentí vacío, al igual que sentí mi corazón tan destrozado así como estaba la oficina, me senté en un rincón de la misma y oculté mi rostro entre mis piernas para ocultar mis sollozos por la pérdida de mi amor, de mi Julia, mientras tanto trataba de reunir las fuerzas que necesito para soportar todo lo que se venía, en este momento odiaba más a mi padre de lo que lo había hecho alguna vez, me ha quitado todo lo bueno de mi vida y lo que más he amado, primero fue a mi madre me la quitó de la manera más vil, y ahora lo quiere hacer con mi niña hermosa, este dolor qué estoy sintiendo es tan insoportable que casi no me deja respirar. No sé que tiempo a transcurrido desde que ella salió, no sé si son segundos, minutos u horas, para mí ha sido una eternidad hasta que siento como abren la puerta de la pequeña oficina, es mi padre y tras él su
HENRY Me sentí desesperado por eso al rato de Paola salir de mi oficina quise averiguar del porqué de esta opresión, no quiero mal pensar pero todo este mal presentimiento recaían era sobre mi niña hermosa, presentía que algo le iba a pasar o que ya le había pasado, conozco muy bien a mi padre, y el pensar mejor las cosas desde que entró a la pequeña oficina debí imaginarme que ya traía algo entre manos por eso desde que él salió sentía está ansiedad. Para ya no dar más vueltas y no seguir ahogándome en un vaso de agua, decidí entrar al sistema cerrado de seguridad de la empresa para analizar los últimos movimientos de mi mujer desde el momento mismo que salió de mi oficina hasta dirigirse al ascensor y de ahí hasta el momento en que dejó la empresa, al ir mirándolos vi cuando llegó una camioneta negra polarizada, un hombre vestido totalmente de negro salió de ella y se acercó a Julia mostrándole algo dentro de su saco, al hacer eso vi que ella lo s