JULIA
Al terminar de asearme y vestirme salí de mi habitación en busca de mi mujer hermosa a su habitación para ver si ya estaba lista, pero al salir de mi habitación desde aquí escuché a mi mujer hermosa discutir con Antone, la verdad que ya me estoy preocupando con tantas discusiones que han tenido últimamente, y la de hoy creo que es por Alex, pero no iba a permitir que me dañaran mi noche, mientras me dirigía a su habitación para ponerle un alto a tantas inseguridades, alguien jaló mi brazo tomándome por sorpresa, de pronto me encontré envuelta en unos brazos fuertes, y unos labios gruesos estaban devorándome, vaya qué eso no se le puede negar al condenado del Álex que sabe ¡besar y muy bien!, pero él no me hacía elevar como lo hacía mí Henry, estaba tan perdida imaginando que era él el que me besaba, hasta que un lejano carraspear nos hizo separar, al abrir los ojos y enfocarme en quien me había besado.
—¡Que te pasa!—, le dije dándole una buena cachetada—, ¡la
JULIA Después de echarle broma por su repentino abrazo puesto que no era su costumbre darlo ni mucho la mía recibirlos, así que me dio una mirada un tanto socarrona—¿Contigo no se puede cierto?—, preguntó soltándose—, pero como te dije no le sigas dando largas al imbécil de mi hermano, el necesita otra clase de mujer en su vida pero besa no eres tú, así que no sigas con algo que a la larga los terminará dañando a los dos, por favor toma lo que te digo como consejo, deja a mi hermano para que te dediques a buscar lo ¡qué tú y nadie más que tú sabes que es para ti!—, me dijo poniendo su voz paternal ahora, por qué era de los que más insistía que debía aclarar las cosas definitivamente con Henry, tanto Antone, como Miriam, y él, me aseguraban que el siempre me amó y que aún lo hace, pero no quiero escuchar, no quiero ilusionarme nuevamente, es qué no quiero volver a vivir el maldito infierno que era mi vida desde que lo conocí, agaché mi cabeza para ocultar mi d
JULIA Cuando el barbacks salió lo observé hasta que la puerta se cerró tras él, no les puedo negar que la curiosidad me estaba matando, como tampoco les negaré que lo quería ver, deseaba saber que era lo que sentía por él en realidad. —No me tardo—, les dije a las chicas con voz trémula, todas me miraron como extrañadas, sabían que algo me traía entre manos—, disfruten de lo más exclusivo de este sitio y del mundo, tómenlo con cuidado que no quiero cargar con ninguna de ustedes a cuesta, y tú más—, le dije mirando directamente a Miry, por qué sé qué está igual que yo, queriendo saber quién está detrás de este regalo, quién me ha puesto tan nerviosa, pero sobretodo que es lo que quiere esta persona de mi, la verdad no puede dejar de estar preocupada por mi, aunque su mente está con Antone. —¡No te preocupes mi mujer hermosa!, tú solo descubre quién es este ¡pelagatos que se quiere pasar de listo!, tú solo vez a ponerlo en su
Al mantener la mirada fija en la foto ese recuerdo se hace más fuerte dentro de mi mente. «« FLASHBACK»» —¡Señor Diablo!, perdón que lo importune, pero es necesaria su presencia en las bodegas en estos momentos—, estaba en la oficina de mi empresa cuando recibo la llamada de “el vicario”, era mi hombre de confianza, después de mi amigo Tony, estaba a cargo de llevar los negocios sucios por mi, y solo requería de mi presencia cuando era totalmente necesario—, ¡hemos perdido otro cargamento, no sé cómo, pero no aparecen ni el camión, y mucho menos la carga!—, me informó. —¡¿Cómo así que se perdió otro cargamento?!, ¡ ya es el cuarto que hemos perdido este último año!—, le dije levantándome de mi silla, al escucharlo la sangre me hirvió e hizo que estallara de furia—, ¡Vicario si ese cargamento no me aparece antes de la medianoche, mejor ni te aparezca ante mí!— le dije en tono a
HENRY Por su andar a ella nada a su alrededor parecía importarle, puesto que caminaba como una reina por todo el club, se nota que sabía el poder que ejercía sobre los hombres con ese modo de caminar, pero sobre todo con esa apariencia que traía, esa ropa que se pegaba a su cuerpo como una segunda piel nos traía a todos botando las babas, creo que en este momento vuelvo a sentir que son los malditos celos, por quise sacarle los ojos a todos aquellos que la observaban con lujuria, la seguí con mi mirada que era muy intensa es que con cada paso que daba la deseaba cada vez. De pronto vi que se tensionó y detuvo su andar, empezó a mirar a todos lados buscando algo o a alguien, acaso sintió mi presencia o mi deseo es tan evidente que ella también lo presintió, por si acaso era así me oculté un poco más no quería ponerla en sobre aviso, si aceptaba la invitación que le iba hacer creo que mi curiosidad por conocerla se adelantará más pronto de lo que tení
MIRIAM Después de salir de la oficina y llegar a la mansión para arreglarnos para la gran noche que íbamos a pasar, una gran noche loca la iba a disfrutar al máximo puesto que era mi cumpleaños, y al parecer no se han acordado, de parte de mi mujer no lo creo, pero si se le pasó la entendería por lo que se le viene encima tal vez se le pasó, pero a mi Papirrico si que no se lo perdonaría, en fin al llegar a la mansión ahí estaba él y a su lado el Álex, solo los miré y seguí mi camino con Julia a la habitación para poder arreglarme, al salir del baño me estaba esperando mi Papirrico con cara de pocos amigos, no le presté atención pues no iba a permitir que me dañara la noche. —¿Adonde piensas salir?—, me preguntó al ver que sacaba mi ropa de fiesta, un pantalón chicles negro y strapless rojo la indumentaria la completaba una chaqueta negra—, a ver ¿quién te dio permiso?, ¡ni creas que saldrás de aquí y menos con esta ropa, que parece que fueras desnuda!—,
MIRIAM Cuando Julia se acercó a mi y me habló al oído no solo me felicitó por mi cumpleaños, también se disculpó por no quedarse todo el tiempo conmigo, aun que la entendía mi preocupación por ella estaba pues no sé que es lo que se trae entre manos en realidad, y mi preocupación se acrecentó por la información que me acababa de llegar del jefe de seguridad. Cuando le ordené que recorriera todo el club para ver quién nos seguía al parecer por lo que logró investigar él único enemigo que tenemos cerca es Henry, ¿acaso ella sabe que él está aquí?, ¿será que se irá a enfrentarlo?, ¿él se habrá dado cuenta quienes somos?, ¿será que él es la sombra que vi ocultarse tras las oscuridad cuando subíamos a nuestro cubículo?, acaso mi Mujer Hermosa también lo había visto, ¿será él el de la nota?, en mi cabeza rondaban está y miles de preguntas mas, así que puse en sobre aviso al jefe de seguridad, para que tuviera a sus hombres alertas ante el más mínimo movim
HENRY Mientras esperaba a que el barbacks llegará con la otra botella, traté de analizar bien la situación no quería ahondar en este extraño sentimiento que esa mujer estaba despertando en mi, lo cierto es que solo quería averiguar por qué me hacía sentir que ya la conocía, además de querer saber ese áurea de misterio que la envolvía. Y no solo eso, también quería saber por qué esa misteriosa mujer me hacía sentir como lo hizo mi hermosa niña cuando la conocí, no quiero confundir los sentimientos, solo quiero saber el porqué ambas me hacen sentir lo mismo, más por qué está mujer es la única mujer aparte de mi Julia que los ha despertado. Me siento un estúpido por querer saber todo esto, es que para mí no hay punto de comparación la una de la otra, yo tengo mis sentimientos muy claros, es que lo que siento por mi niña hermosa es el más puro de los sentimientos: es ese amor sincero y leal, ese que hace que te entregues en cuerpo y alma a
¿ME RECONOCERÁ? JULIA Cuando estaba dándome las fuerzas necesarias para entrar lo sentí acercarse a la puerta, esperé un momento para ver qué iba hacer, ¿estaba igual que yo?, me pregunté, o quizás no esperaba a nadie, que sé yo, pero lo cierto es que debía enfrentarlo, debía demostrarme a mi misma que ya él era cosa del pasado, así que procedí a girar la perilla para poder entrar, mientras lo hacía las manos me sudaban y temblaban, ¡no, no puede ser!, no puedo creer que esté tan afectada, iba girando lentamente, hasta que sentí como sonó el clip de la perilla, así que empujé lentamente para abrirla toda, y ¡vaya sorpresa que me encontré!, con un cañón entre mis cejas, ¡pero qué precavido estaba mi amorcito!, ya veo que tiene miedo de sus enemigos, o ¿será que solo me lo tiene a mí?. —¿Así es que recibe a sus invitados especiales?—, le pregunté mirándolo directamente a los ojos, quedándome totalmente hipnotizada en ellos, esos mismos ojos dó