JULIA
Estaba tan ida en mi pasado después qué Caro salió de mi oficina, que no me di cuenta cuándo entro Miriam a mi oficina, la verdad tampoco sé que tiempo lleva observándome, solo hasta que sentí su voz bien lejos fue que pude reaccionar lo que me hizo volver a mi verdadera realidad, a la qué me enfrentaré dentro de tres días.
—¡En qué mundo viajas mi mujer hermosa!, parece que te va a dar un ataque al corazón, ¡mírate como estas!—, comentó Miriam entrando a mi oficina sacándome de mi ensoñación—, y ¡ni te pregunto el porqué estás así de agitada ya que por tú expresión me lo imagino!— dijo dándome una mirada ladina y socarrona—, si quieres te presto el sabor a chocolate para que te ayude un poco, ¡aunque creo que el único que te servirá es el que verás muy pronto!—, me seguía diciendo con una sonrisa pícara y su gesto con las cejas que me hicieron enrojecer más de lo que estaba.
—¡Que tonterías dices mi hermosa mujer, no estaba en ningún
JULIA —¡Hola, hola! ¿hermosa estás ahí?—, era Alexandré al otro lado de la línea, bueno se me olvidó decirles que Alexandré, es el hermano menor de Ángelo—, ¡hola! ¿te pasa algo?, por favor Julia, mira que ya me hace falta escuchar tú voz—, seguía diciendo con esa voz ronca y sensual, que quizás para muchas mujeres les parecerá que es lo más excitante y sensual que habrán escuchado, pero la verdad que para mí a veces es tan grave que me fastidia. —¡Si Alex estoy acá!—, le respondí no quiero que siga con su melosería—, solo le estaba pidiendo a Miry que mire lo bien lo del contrato que se nos viene con la empresa Macgregor—, le dije un poco distraída—, ¡por cierto!, ¿a ver se puede saber en dónde andas metido que te he estado esperando desde hace un par de días atrás?, te estás pasando con tus deberes, y ¡bien sabes cómo me pongo cuando haces eso!—, le dije en tono molesto, es que él se creé que me tiene botando las babas por él, aunque está bi
JULIA —¡Que te pasa mujer, acaso me quieres matar de un susto!—, me dijo viéndome entre molesta y risueña—, ¿acaso crees que te perdonaré así de fácil lo que hiciste?—, hablaba mientras seguía moviendo sus dedos sobre la computadora, de verdad que no me canso de verla como se pierde en ese mundo en el qué se mete, todo a su alrededor desaparece para ella mientras sus dedos se mueven a una velocidad impresionante sobre el computador, de verdad que es un genio siempre lo ha sido, y me alegro que se dé la oportunidad con Antone, es que a mi primito le ha costado conquistarla después de los cinco años que estuvo desaparecido de nuestras vidas. En ese lapso de tiempo ella tuvo que cargar sola con todo el peso que llevó mi proceso de recuperación, además de la crianza de mi Fabriccio que muy poco lo pude apreciar en su crecimiento de bebe a niño, no solo por mi parálisis pero más que todo por lo de mi rostro, no quería asustar a mi hijo en aquel momento por qué
JULIA Al terminar de asearme y vestirme salí de mi habitación en busca de mi mujer hermosa a su habitación para ver si ya estaba lista, pero al salir de mi habitación desde aquí escuché a mi mujer hermosa discutir con Antone, la verdad que ya me estoy preocupando con tantas discusiones que han tenido últimamente, y la de hoy creo que es por Alex, pero no iba a permitir que me dañaran mi noche, mientras me dirigía a su habitación para ponerle un alto a tantas inseguridades, alguien jaló mi brazo tomándome por sorpresa, de pronto me encontré envuelta en unos brazos fuertes, y unos labios gruesos estaban devorándome, vaya qué eso no se le puede negar al condenado del Álex que sabe ¡besar y muy bien!, pero él no me hacía elevar como lo hacía mí Henry, estaba tan perdida imaginando que era él el que me besaba, hasta que un lejano carraspear nos hizo separar, al abrir los ojos y enfocarme en quien me había besado. —¡Que te pasa!—, le dije dándole una buena cachetada—, ¡la
JULIA Después de echarle broma por su repentino abrazo puesto que no era su costumbre darlo ni mucho la mía recibirlos, así que me dio una mirada un tanto socarrona—¿Contigo no se puede cierto?—, preguntó soltándose—, pero como te dije no le sigas dando largas al imbécil de mi hermano, el necesita otra clase de mujer en su vida pero besa no eres tú, así que no sigas con algo que a la larga los terminará dañando a los dos, por favor toma lo que te digo como consejo, deja a mi hermano para que te dediques a buscar lo ¡qué tú y nadie más que tú sabes que es para ti!—, me dijo poniendo su voz paternal ahora, por qué era de los que más insistía que debía aclarar las cosas definitivamente con Henry, tanto Antone, como Miriam, y él, me aseguraban que el siempre me amó y que aún lo hace, pero no quiero escuchar, no quiero ilusionarme nuevamente, es qué no quiero volver a vivir el maldito infierno que era mi vida desde que lo conocí, agaché mi cabeza para ocultar mi d
JULIA Cuando el barbacks salió lo observé hasta que la puerta se cerró tras él, no les puedo negar que la curiosidad me estaba matando, como tampoco les negaré que lo quería ver, deseaba saber que era lo que sentía por él en realidad. —No me tardo—, les dije a las chicas con voz trémula, todas me miraron como extrañadas, sabían que algo me traía entre manos—, disfruten de lo más exclusivo de este sitio y del mundo, tómenlo con cuidado que no quiero cargar con ninguna de ustedes a cuesta, y tú más—, le dije mirando directamente a Miry, por qué sé qué está igual que yo, queriendo saber quién está detrás de este regalo, quién me ha puesto tan nerviosa, pero sobretodo que es lo que quiere esta persona de mi, la verdad no puede dejar de estar preocupada por mi, aunque su mente está con Antone. —¡No te preocupes mi mujer hermosa!, tú solo descubre quién es este ¡pelagatos que se quiere pasar de listo!, tú solo vez a ponerlo en su
Al mantener la mirada fija en la foto ese recuerdo se hace más fuerte dentro de mi mente. «« FLASHBACK»» —¡Señor Diablo!, perdón que lo importune, pero es necesaria su presencia en las bodegas en estos momentos—, estaba en la oficina de mi empresa cuando recibo la llamada de “el vicario”, era mi hombre de confianza, después de mi amigo Tony, estaba a cargo de llevar los negocios sucios por mi, y solo requería de mi presencia cuando era totalmente necesario—, ¡hemos perdido otro cargamento, no sé cómo, pero no aparecen ni el camión, y mucho menos la carga!—, me informó. —¡¿Cómo así que se perdió otro cargamento?!, ¡ ya es el cuarto que hemos perdido este último año!—, le dije levantándome de mi silla, al escucharlo la sangre me hirvió e hizo que estallara de furia—, ¡Vicario si ese cargamento no me aparece antes de la medianoche, mejor ni te aparezca ante mí!— le dije en tono a
HENRY Por su andar a ella nada a su alrededor parecía importarle, puesto que caminaba como una reina por todo el club, se nota que sabía el poder que ejercía sobre los hombres con ese modo de caminar, pero sobre todo con esa apariencia que traía, esa ropa que se pegaba a su cuerpo como una segunda piel nos traía a todos botando las babas, creo que en este momento vuelvo a sentir que son los malditos celos, por quise sacarle los ojos a todos aquellos que la observaban con lujuria, la seguí con mi mirada que era muy intensa es que con cada paso que daba la deseaba cada vez. De pronto vi que se tensionó y detuvo su andar, empezó a mirar a todos lados buscando algo o a alguien, acaso sintió mi presencia o mi deseo es tan evidente que ella también lo presintió, por si acaso era así me oculté un poco más no quería ponerla en sobre aviso, si aceptaba la invitación que le iba hacer creo que mi curiosidad por conocerla se adelantará más pronto de lo que tení
MIRIAM Después de salir de la oficina y llegar a la mansión para arreglarnos para la gran noche que íbamos a pasar, una gran noche loca la iba a disfrutar al máximo puesto que era mi cumpleaños, y al parecer no se han acordado, de parte de mi mujer no lo creo, pero si se le pasó la entendería por lo que se le viene encima tal vez se le pasó, pero a mi Papirrico si que no se lo perdonaría, en fin al llegar a la mansión ahí estaba él y a su lado el Álex, solo los miré y seguí mi camino con Julia a la habitación para poder arreglarme, al salir del baño me estaba esperando mi Papirrico con cara de pocos amigos, no le presté atención pues no iba a permitir que me dañara la noche. —¿Adonde piensas salir?—, me preguntó al ver que sacaba mi ropa de fiesta, un pantalón chicles negro y strapless rojo la indumentaria la completaba una chaqueta negra—, a ver ¿quién te dio permiso?, ¡ni creas que saldrás de aquí y menos con esta ropa, que parece que fueras desnuda!—,