“Entra”, dijo una voz grave al otro lado de la puerta. Solo tuve que esperar unos segundos después de llamar a la puerta para que me respondiera, pero deseé que no hubiera habido respuesta. Más que nada, quería irme. Quería que no estuviera allí esperándome en su oficina. Pero ese no era el caso.
Solo había dos razones por las que me llevaban a estos eventos: como seguridad... o, en raras circunstancias, como espía. Dado su énfasis en no darme un castigo para evitar que sufriera heridas, solo podía asumir que era la última opción. Unos cuantos moretones no eran motivo de preocupación si simp
“Raven, despierta. Ya es mediodía”, continuó la voz que acababa de escuchar. Me incorporé y me estremecí mientras me tocaba suavemente la frente, y una fuerte y dolorosa palpitación en mi cabeza me recibió justo después de esto. Parecía que este día ya había empezado bien. “¡Raven!”, volvió a llam
Era tan raro asistir a eventos como la hija de Eric Reid que era fácil olvidar cómo actuar en momentos como esos. No quiere decir que no fuera mi padre, pero mi entrenamiento siempre había sido muy estricto al crecer para garantizar que tuviera tantas características beneficiosas como fuera posible.
“Muchas gracias por organizar este evento”, continué. “Y por hacerlo incluso en su propia y hermosa casa. Siento que la donación de nuestra familia no se acercará a la generosidad que nos está mostrando esta noche”. Extendí mi mano y Lewis la agarró inmediatamente antes de plantar un pequeño beso d
Con un ruido sordo, la daga dio en el blanco perfectamente. Solo que... no era una amenaza como esperaba. Ningún asaltante al acecho. No… era un árbol. Mierda. A decir verdad, mientras iba a recuperar mi arma, no pude evitar sentirme algo aliviada. Esto no era la calle ni una misión que requerí
"¿Sueles acercarte a las mujeres vulnerables sin anunciarte?", pregunté, devolviéndole la pregunta a él. "¿Atacarlas de la nada?". Él se rio un poco al oír eso. Un sonido que hizo que mi cuerpo reaccionara en consecuencia. Era casi sedoso y me obligaba a relajarme a pesar de mi decisión de permanec
Kieran Lycroft... Víctor Lycroft, el propio hijo de mi objetivo. ¿Cómo me las había arreglado para arruinar las cosas de esta manera? En veinticuatro horas, parecía que mi vida había pasado de ser prudente, estructurada... precisa, a lo que solo podía describir como un completo caos errático. Y, p