Capítulo 0387
Con un ruido sordo, la daga dio en el blanco perfectamente.

Solo que... no era una amenaza como esperaba. Ningún asaltante al acecho.

No… era un árbol.

Mierda.

A decir verdad, mientras iba a recuperar mi arma, no pude evitar sentirme algo aliviada. Esto no era la calle ni una misión que requerí
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