"¿Qué quieren?", les gritó Aleric. O no lo oyeron, o no tenían ganas de contestarle porque se nos acercaron lentamente sin dudar. Era claro cuáles eran sus intenciones. "¿Aleric?", lo llamé con nerviosismo. "¿Qué les sucede?".Podía ver desde donde estaba que algo raro estaba sucediendo. Algo mal
Cayó al suelo y me abalancé de inmediato sobre él, pues no quería perder la oportunidad de acabarlo. Pero mientras lo golpeaba, me di cuenta que no tenía éxito. Ni se quedaba quieto ni se desmayaba. ...Pero entonces lo vi. Su mano se movió hacia algo a su lado, y por un breve segundo, juré que vi
"Oh, espera, espera, espera", le indiqué rápidamente para detenerlo. "Despacio. Voy a ayudarte a tumbarte". Bajé a Aleric al suelo con tanta delicadeza como pude hasta que finalmente quedó tumbado. "Aria...", murmuró mientras su mano se dirigía hacia la herida. "No la toques", le ordené, aunque n
Me senté junto a la cama de Aleric en el hospital de Espada Dorada. Había estado esperando unas horas para que se despertara. Para mi alivio, los médicos dijeron que se recuperaría completamente a pesar de todo lo que había pasado. Lograron quitarle con éxito el cuchillo y cerrar la herida hasta qu
Fruncí el ceño, preocupada por lo que fuera a decir. "El día de la reunión para tu admisión como heredera Beta", comenzó. "La discusión confidencial no pasó como probablemente pensabas. La forma en que se planteó fue una decisión de cuatro a cinco... y Aleric tuvo el último voto para decidir. Si él
Él había cumplido dieciocho años y el evento que se celebraba esa noche no se consideraba un asunto cualquiera. Esa noche, él se transformaría por primera vez y aprendería a ser uno con su lobo. Los dieciocho años del heredero Alfa se consideraban el mayor acontecimiento de toda la generación y llev
Se acercó a mí cuando todo el mundo empezó a dispersarse y yo me incliné dramáticamente en broma con una sonrisa en mi rostro cuando se acercó. "Feliz cumpleaños, heredero Alfa. Que la Diosa te sonría". Su labio se tensó ligeramente para formar una sonrisa, y entrecerró los ojos ante la escena que
Lo miré con incredulidad. Jamás pensé que volvería a verlo, y sin embargo ahí estaba. "...¿Cai?", fue todo lo que pude decir. Entonces un torrente de emociones me golpeó y me abrumó de repente. ... Pero hubo una que acabó predominando sobre cualquier otra. Me moví tan rápido que casi no me di c