Me desperté al sentir que alguien me sacudía ligeramente el hombro. Quise protestar contra el contacto, negarme a abrir los ojos, pero la sacudida era insistente.“¿Aria?”, me llamó una voz.Era familiar y cálida. Me hacía sentir como si estuviera en mi hogar.Conseguí abrir un poco los ojos tras l
No quería mentirle, pero tampoco quería romperle el corazón contándole mi historia. Quería que las cosas fueran normales entre nosotras. Quería que se preocupara por mí de la misma manera que lo había hecho en el pasado. Si ella supiera que en realidad tenía veinticuatro años, ¿se asustaría de mí?M
Todos en la habitación inclinaron la cabeza en señal de respeto, con la excepción de Cai, que no era de la manada y, por lo tanto, no debía mostrar sumisión. Todos esperamos mientras el Alfa Tytus tomaba asiento en el centro en la silla más grande. “Pueden levantar la cabeza”, dijo Tytus. Todos en
“Cai y Aria, ¿han visto algo durante el combate que pueda arrojar alguna idea sobre quién fue el responsable?”. “No, Alfa Tytus”, respondió inmediatamente Cai. ...Pero yo dudé. No vi nada, por supuesto, pero sabía la respuesta. “¿Aria?”, dijo Tytus nuevamente, sintiendo mi vacilación.Consideré l
Suspiré internamente. Solo había una opción.Por mucho que quisiera odiar a mi manada y condenarlos por haberse vuelto en mi contra en mi vida pasada, una parte de mí siempre se vería como su cuidadora, como su Luna. Al permanecer en silencio, los estaría forzando a un destino en el que algunos perd
“Eres en efecto extremadamente inteligente, joven Aria”, elogió Tytus, completamente satisfecho con mis respuestas. “No puedo reprochar tu lógica en este asunto. Tu padre debe estar muy orgulloso”.“Lo estoy, Alfa”, dijo mi padre.Sonreí e incliné la cabeza hacia Tytus. “Gracias”.“Dicho esto”, cont
“Alfa, con toda honestidad... No deseo convertirme en Luna ni tengo ningún deseo de ser emparejada con Aleric”, declaré. “De hecho, si pudiera tomar la decisión por mí misma, elegiría no tener ninguna autoridad sustancial dentro de la manada en absoluto”.Sus ojos se abrieron de par en par con sorpr
No... No… No... No... No... Él no podía estar en ese lugar. No debía estar allí todavía. ‘*"No eres nada, Ariadna’*”, escuché su voz en mi cabeza, un viejo recuerdo de mi vida pasada. ‘*”Solo estás aquí porque yo te dejo estar aquí’*”. No, por favor, no... No estoy preparada... ‘*”Has sido decl