Este ha sido un capítulo lleno de revelaciones!!!! Espero que lo hayan disfrutado. Muchas gracias por leer y las invito a pasarse por mi nueva novela: EL JUEGO DE SEDUCCIÓN DEL CEO. Besoooos!!
Jason Mientras más escucho a Hanna repetir nuevamente delante de todos lo que me dijo ayer, más confundido me siento y creo que a estás alturas estoy en todo mi derecho de no confiar en nada que venga del hombre que dice ser mi padre. Sin embargo, parece que soy el único que piensa que todo esto es una trampa armada por él, uno más de sus juegos. —No puedo creer que estemos tan siquiera considerando creer algo que haya salido de su boca— digo, interrumpiendo las palabras de Hanna. La rubia me mira de inmediato con el ceño fruncido y una expresión molesta que me hace saber que mi intervención no le ha gustado ni un poco, pero ¡Alguien tenía que decirlo! Mis ojos se van hacia donde el abuelo se encuentra sentado en el sofá, él ha permanecido en silencio todo el momento que Hanna ha contado lo ocurrido ayer, pero sé que si hay alguien que debe estar de acuerdo conmigo, entonces ese es él. —Yo hablé con él, Jason —dice la gatita, antes de que pueda hablar—, no estoy diciendo que tú
Hanna Jason sale del despacho de su padre casi una hora después de haber entrado, por sus ojos enrojecidos y lo apretada que trae la quijada puedo deducir que las cosas no están para nada bien. Su madre, quien había permanecido en silencio a mi lado, más recta que una varilla, se pone en pie al verlo y camina a paso acelerado hasta que llega donde él y lo toma del rostro. Creo que esta es la primera vez que veo un gesto maternal de su parte, por lo que decido quedarme sabiamente callada. —¿Estás bien?— pregunta la mujer escrutando el rostro de Jason con detenimiento. El pelinegro pone ambas manos en los hombros de su madre y en menos de un parpadeo la atrae hacia su cuerpo en un abrazo, que creo ha dejado sorprendidos a todos los presentes, incluido su padre que acaba de aparecer en escena. —Si, estoy bien— le dice el pelinegro— Pero necesito que prestes atención— continua separandose—A partir de mañana tendrás seguridad las 24 horas, no puedes salir sin ellos ¿De acuerdo? —¿Qué?
Jason Embarazada, Hanna está embarazada. Mi cerebro se niega a asimilar la situación, parece que las cosas están explotando todas al mismo tiempo y siento que estoy a punto de perder la m*****a cordura. Creí que el tema de mi padre iba a ser la última de las sorpresas, pero ahora esto… ¿Hace cuanto lo sabe? ¿Por qué no me lo había dicho? Estoy caminando de un lado a otro de la cafetería del hospital postergando el momento de ir a ver Hanna porque no sé ni cómo voy a reaccionar y lo último que quiero es arruinarlo. Sin embargo, me siento engañado, tengo derecho a saberlo, por Dios, no es ella la única implicada y ¿qué tal si Steph no me lo dice? Pudieron haberle puesto algo que dañara al bebé, pude haberlo arruinado. Estoy a punto de dar nuevamente la vuelta al lugar, cuando la figura de Alex aparece enfrente mio. Mi amigo me está viendo con el ceño fruncido, lo que hace que de inmediato me ponga a la defensiva. —¿Qué pasa?— le digo y él niega con la cabeza antes de acortar el espa
Hanna Tengo los ojos hinchados de tanto llorar. No se exactamente cuanto tiempo ha pasado desde que Jason salió por esa puerta, pues me he negado a recibir más visitas, no quiero ver a nadie, no quiero escuchar a nadie volver a decirme que él está pasando por un momento de sorpresa, porque si bien eso puedo entenderlo, eso no quita el hecho de que haya actuado como un imbécil. Con mucho cuidado retiro las sábanas de mi cuerpo y me voy poniendo en pie, hace poco me han quitado el suero de mi mano por lo que puedo moverme con libertad. Mis ojos buscan mi ropa y la encuentro doblada arriba del pequeño buró de la esquina, por lo que acelerando el paso la tomo entre mis manos y me meto en el baño para cambiarme y poder irme de aquí. Cinco minutos después estoy terminando de calzarme mis zapatos cuando escucho, en alguna parte del cuarto, mi celular sonar con insistencia, camino de un lado a otro hasta que finalmente lo encuentro junto con mi bolso y demás pertenencias, pero para ese ent
Jason Me encuentro sentado en la cafetería del hospital, junto a mi abuelo. Sus ojos llenos de sabiduría y preocupación me miran fijamente, como si pudiera leer mis pensamientos. Me siento inquieto, atormentado por la situación con Hanna y el miedo que me consume. —Jason, dime la verdad—, dice mi abuelo con su voz grave y reconfortante. —¿Por qué estás tan asustado sobre el embarazo de Hanna? ¿No la amas lo suficiente para enfrentar esta situación juntos? Mi corazón se contrae al escucharlo y sin siquiera dudarlo niego en su dirección, porque solo pensar en un escenario en el que no estoy con Hanna me aterra. —La amo, claro que la amo— digo, antes de agregar —Es solo que son demasiadas cosas en poco tiempo, me siento sobrepasado. —No me mientas, muchacho y no te mientas a ti mismo, sé que hay algo más detrás de tu actitud, así que dieme ¿Qué es lo que pasa? Tragando en seco, alejo momentáneamente la mirada de mi abuelo, antes de hablar. —Hay una amenaza sobre nosotros, mi padre
Hanna Nada más despertar me alisto para ir nuevamente al hospital y ver a Chris, pues en la madrugada mi madre por poco me saca a patadas y mejor ni hablar de la manera en que reaccionó cuando le dije que me llevaría a Chris. Dejando salir un suspiro, tomo mi celular y no puedo evitar revisar las llamadas, solo para darme cuenta que desde ayer que aparecieron las mas de diez llamadas perdidas de Jason, no he vuelto a tener más nada de él. Me debato entre si debo o no regresarle las llamadas y sintiendo las manos temblar, decido que lo mínimo que puedo hacer luego de irme de la manera en que lo hice, es eso. Sentándome nuevamente en la cama me armo de valor y oprimo la tecla de llamar, escuchando como mi pulso se dispara de solo imaginar que voy a escucharlo. Un tono, dos tonos, tres… Y la llamada se cae al buzón, haciendo que de inmediato mi corazón se encoja y miles de pensamientos pasen por mi mente, cada uno más dañino que el anterior, pero sabiendo que no puedo alterarme por
Jason 72 horas, ese es el tiempo que ha pasado desde la última vez que vi a Hanna. Dios la última que hablé con ella lo único que hice fue escribirle un escueto “Esperame” y desde entonces ni he tenido tiempo de llamarla. Tampoco sé cómo explicarle todo lo que ha pasado en tan poco tiempo. Y es que en las últimas 72 horas he tenido que reunirme, no solo con mi padre a quien solo tengo ganas de golpear, sino que además hemos tenido que involucrar nuevamente al detective por todo el tema de la amenaza, pero eso no es lo peor. Lo peor es que el maldito detective me diga que llevan tres años investigando a la familia Hamich por lavado de activos y malversación de fondos, que, aunque están cerca de capturarlos, al parecer nosotros nos hemos vuelto punto clave en su investigación. Y es por eso que nos encontramos nuevamente reunidos, para organizar el plan que hemos trazado. —¿Ya sabe lo que debe hacer cuando los vea?— pregunta el detective a mi padre. Pues él se ha convertido en nues
Hanna Esta mañana mi celular no ha dejado de sonar desde que me desperté anunciando notificación tras notificación, sin embargo he estado tan ocupada tratando de conseguir un maldito abogado eficiente en esta ciudad, y que no me cobre un riñón, que no he podido revisar nada. Aprovecho que he salido del hospital y busco una cafetería en la cual merendar algo y una vez sentada me permito ir abriendo todo lo que me llegó, sin embargo en el instante en que lo hago me arrepiento y siento que el suelo bajo mis pies comienza a moverse. Es Jason, Jason saliendo de un lujoso restaurante llevando del brazo a… A Lorena. No consigo entender nada de lo que estoy viendo, mis dedos se mueven con rapidez por la pantalla y veo cómo los medios solo hablan del nuevo amor del CEO y como la rubia parece haber quedado en el olvido. ¿Me ha olvidado? Puedo sentir mis ojos llenarse de lágrimas y como mi garganta se cierra debido al llanto que quiere salir. Con dedos temblorosos abro nuevamente el último me