~POV IRENE ~ Como todo lo que estaba sucediendo en mi vida últimamente, con una rapidez vertiginosa llego el sábado, mi madre fue internada en el hospital para comenzar su tratamiento, mientras mi padre y mi abuela se dividían las labores de la casa; ya que mi tía quien normalmente apoyaba se encargaría de acompañar a mi madre. Lo único que se me fue permitido hacer, fue el registro de ingreso en donde me entere de que la primera parte del tratamiento de mi madre estaba paga; y no tuve que preguntar quien había pagado. Y, a pesar del sentimiento que estaba abusando de su buena voluntad; aunque realmente aquellas acciones, yo no las había orquestado, pues fue decisión únicamente fue tomada por él; era mucho mayor mi alivio de no tener que preocuparme por eso o preocupar a mi padre. Después de la reunión había solo hablado por teléfono con Enzo, había decidido que no mencionaría nada del pago del hospital hasta verlo en persona. Cosa que sucedería el lunes en la noche, pues a partir
~POV NARRADOR~ En el salón de la mansión Navarro se encontraba Clarisa, frente a su suegra, Gloria Navarro, era una mujer que pese a su edad avanzada era encontrada por todos aún muy imponente. Los ojos de la anciana permanecen fijos en su nuera mientras sus labios estaban torcidos en un claro gesto de inconformidad.─ Puedes repetir lo que dijiste Clarisa. Es que no termino de entender, ¿acaso eres tan inmadura para no superar algo que sucedió hace más de treinta años? ─ Espeto Gloria, su tono era ronco y pesado. Clarisa se tuvo que morder el labio inferior mientras que mantenía sus ojos fijos en su madre política. Gloria era una mujer de cabello blanco debido a las canas, piel clara, pero arrugada y expresión dura, su cuerpo golpeado por el tiempo, aunque tenía aún el velo de lo que fue en sus años mozos. ─ Mi nieto finalmente acepta a una mujer, después de años de rogarle… Sinceramente, pensaba que mi pobre pollito lanzaba para el otro lado ─ Comento de manera tranquila antes de
~POV NARRADOR~ El tiempo pasaba de manera silenciosa, y una semana había transcurrido desde el momento en el que Esperanza había sido internada en el hospital. Y, pese a que, casi inmediatamente había comenzado a tratarse. Lo cierto es que el panorama, no pintaba nada bien, pues el estado de la mujer era aún más delicado de lo que habían pensado inicialmente; además, que su cuerpo, ya desgastado, no parecía querer reaccionar a los medicamentos. Consiguiendo que el ánimo de la familia Páez fuera sombrío, aunque no totalmente, pues en el fondo tenían esperanzas que sucediera un milagro. Andrea, quien permanencia en el hospital, casi todo el día, solo volviendo a casa para buscar más ropa o alguna cosa que Esperanza le pidiera; aparte de ser él porta voz de las noticias por petición de su misma hermana. Que lo único, que realmente deseaba en los momentos actuales, es de liberar a su esposo e hijos mayores de ciertas presiones. Los ojos oscuros de Andrea paseaban por la silueta en
~POV NARRADOR~ El tiempo nunca detiene su paso a pesar de que eso lo podemos llegar a sentir, es inclemente en su avance recordándonos que nosotros no tenemos control sobre él. Habían transcurrido casi dos meses y medido desde el comienzo de toda la locura que rodeaba a Irene Páez y Enzo Navarro, salpicando a todos sus seres queridos sin excepción alguna. Y ese era el caso de Lucas Montiel, pese a que, su intención inicial era no mezclarse de ninguna manera, haciendo hincapié en algún tipo de relación afectiva con Marie Silva, aparte de aquel encuentro casual y físico; aquella primera noche, que debía ser la única, posterior a enterarse de que es efectivamente la mejor amiga de Irene. La vida, como siempre, lo había puesto a prueba, principalmente a su voluntad; la cual consideraba férrea; probando que esta no es tan fuerte como él esperaba; pues entre más evitaba ver a la rubia abogada, más se la conseguía. Cuando Sámara le puso fin a su relación, fue la última señal que necesi
~POV NARRADOR~En un momento normal, Marie hubiera pensado que lo más divertido de la vida es que nada permanencia, todo estaba en un constante cambio que era como un bálsamo para su alma aventurera. Razón por la cual había decidido volver abogada, pero en los momentos actuales aquello era lo menos importante de todos sus análisis. Ya que, en los momentos presentes, lo único que deseaba era que a su vida no se hubiera algún cambio más. Pero, allí estaba a las siete y media de la mañana, aun en pijama y sintiéndose tan mal, que lo único que anhelaba era estar en su casa, metida bajo sus mantas. Sin embargo, tampoco es algo a lo que debería aspirar, la realidad es que para esa hora, lo correcto fuera que se encontrara llegando a su oficina para solucionar los pendientes del día. Más, no estaba en su oficina y mucho menos en su casa. Limitándose a mirar a un lado de ella, se encontró con Irene metida en su teléfono; muy posiblemente peleando con Enzo, aunque realmente no era una pele
~POV NARRADOR~Helena, caminaba tal cual león enjaulado, a lo largo del salón de su hogar, mientras estaba a la espera del regreso de su esposo del trabajo. A medida que los minutos avanzaban en el reloj, la presión que sentía la mujer aumentaba, aquel día se cumplía el plazo que le había prometido a su marido para completar la tarea que se le había encomendado. Tarea, en la que había fallado en más veces de las que quisiera recordar, comenzando por el simple hecho de que no importaba cuando lo planificara; no lograba conseguir que Enzo y Candela se cruzaran frente a frente. Sumando a que su principal informante, había permanecido semanas en silencio perpetuo; más específicamente desde la última reunión de su club, después de esa noche no había vuelto a saber nada de Clarisa Navarro. El sonido de la puerta llamo la atención de Helena, anunciando la llegada del señor de la casa; consiguiendo que la mujer saliera al encuentro de su marido, que venía con una sonrisa ligera en su rostr
~ POV NARRADOR ~Sentados en un banca fuera de una banca del hospital, donde estaban Marie e Irene, se encontraban Enzo, Lucas y Nicolás; irónicamente con el rostro pintado de color rojo, que se notaba, ya que este llegaba hasta sus orejas, puesto que tenían la cabeza hacia abajo. Y no era para menos, pues, al llegar con un alboroto al hospital; no habían sido regañados únicamente por las enfermeras, sino que Irene personalmente se había tomado la tarea de darles un jalón de oreja (no literal). Reclamando con voz seria, si acaso eran unas bestias; aunque el que se llevó la peor parte de todo fue Nicolás. El cual había sido que fue llamado por Irene y en su sorpresa había traído a las dos personas que realmente no tenían que estar allí. Pero en el momento, sin tener cómo llegar rápidamente donde su hermana, al ver que Enzo y Lucas, iban a ir en su búsqueda, pensó que, pues, podía aprovechar la situación y confianza.Todo se mantenía en silencio y en una clara calma, tensa, hasta que
~POV IRENE~ Me encontraba terminando de limpiar y acomodar mi consultorio, después de mi último paciente de la tarde para irme a casa; mi mente estaba hecha un caos con todo lo que pasaba y no podía dejar de pensar una frase que mi misma madre me había llegado a decir en algún momento. “Una vida se va y una nueva llega.” La cual, dentro de todo el contexto lúgubre y complejo, se me hacía a la mar de graciosa. Secretamente, yo suponía que Samantha sería la primera de mis hermanos; en los que incluyo a Marie; en sentar cabeza y formar una familia. Sin embargo, pues, no siempre es como nos imaginamos. Apoyada en el escritorio, me quedé un momento reflexionando sobre mi rubia favorita y en el cómo se debía sentir con todo lo que pasaba, también en que quizás su pelirroja pareja debía estar en crisis. En el fondo se sentía como una pésima amiga, por abandonarla a su suerte, pero al mismo tiempo, sabía que de quedarme allí con ella, no habría con Lucas, cosa que a mi forma de ver era co