~POV NARRADOR~En un momento normal, Marie hubiera pensado que lo más divertido de la vida es que nada permanencia, todo estaba en un constante cambio que era como un bálsamo para su alma aventurera. Razón por la cual había decidido volver abogada, pero en los momentos actuales aquello era lo menos importante de todos sus análisis. Ya que, en los momentos presentes, lo único que deseaba era que a su vida no se hubiera algún cambio más. Pero, allí estaba a las siete y media de la mañana, aun en pijama y sintiéndose tan mal, que lo único que anhelaba era estar en su casa, metida bajo sus mantas. Sin embargo, tampoco es algo a lo que debería aspirar, la realidad es que para esa hora, lo correcto fuera que se encontrara llegando a su oficina para solucionar los pendientes del día. Más, no estaba en su oficina y mucho menos en su casa. Limitándose a mirar a un lado de ella, se encontró con Irene metida en su teléfono; muy posiblemente peleando con Enzo, aunque realmente no era una pele
~POV NARRADOR~Helena, caminaba tal cual león enjaulado, a lo largo del salón de su hogar, mientras estaba a la espera del regreso de su esposo del trabajo. A medida que los minutos avanzaban en el reloj, la presión que sentía la mujer aumentaba, aquel día se cumplía el plazo que le había prometido a su marido para completar la tarea que se le había encomendado. Tarea, en la que había fallado en más veces de las que quisiera recordar, comenzando por el simple hecho de que no importaba cuando lo planificara; no lograba conseguir que Enzo y Candela se cruzaran frente a frente. Sumando a que su principal informante, había permanecido semanas en silencio perpetuo; más específicamente desde la última reunión de su club, después de esa noche no había vuelto a saber nada de Clarisa Navarro. El sonido de la puerta llamo la atención de Helena, anunciando la llegada del señor de la casa; consiguiendo que la mujer saliera al encuentro de su marido, que venía con una sonrisa ligera en su rostr
~ POV NARRADOR ~Sentados en un banca fuera de una banca del hospital, donde estaban Marie e Irene, se encontraban Enzo, Lucas y Nicolás; irónicamente con el rostro pintado de color rojo, que se notaba, ya que este llegaba hasta sus orejas, puesto que tenían la cabeza hacia abajo. Y no era para menos, pues, al llegar con un alboroto al hospital; no habían sido regañados únicamente por las enfermeras, sino que Irene personalmente se había tomado la tarea de darles un jalón de oreja (no literal). Reclamando con voz seria, si acaso eran unas bestias; aunque el que se llevó la peor parte de todo fue Nicolás. El cual había sido que fue llamado por Irene y en su sorpresa había traído a las dos personas que realmente no tenían que estar allí. Pero en el momento, sin tener cómo llegar rápidamente donde su hermana, al ver que Enzo y Lucas, iban a ir en su búsqueda, pensó que, pues, podía aprovechar la situación y confianza.Todo se mantenía en silencio y en una clara calma, tensa, hasta que
~POV IRENE~ Me encontraba terminando de limpiar y acomodar mi consultorio, después de mi último paciente de la tarde para irme a casa; mi mente estaba hecha un caos con todo lo que pasaba y no podía dejar de pensar una frase que mi misma madre me había llegado a decir en algún momento. “Una vida se va y una nueva llega.” La cual, dentro de todo el contexto lúgubre y complejo, se me hacía a la mar de graciosa. Secretamente, yo suponía que Samantha sería la primera de mis hermanos; en los que incluyo a Marie; en sentar cabeza y formar una familia. Sin embargo, pues, no siempre es como nos imaginamos. Apoyada en el escritorio, me quedé un momento reflexionando sobre mi rubia favorita y en el cómo se debía sentir con todo lo que pasaba, también en que quizás su pelirroja pareja debía estar en crisis. En el fondo se sentía como una pésima amiga, por abandonarla a su suerte, pero al mismo tiempo, sabía que de quedarme allí con ella, no habría con Lucas, cosa que a mi forma de ver era co
~ POV NARRADOR ~ Con todo lo que había pasado durante el día, Enzo se sentía quizás un poco nervioso, la verdad es que desde el momento que dejo a Irene en su consultorio; un mal presentimiento se había apoderado de él y no lo había abandonado en todo el día. Ahora solo le quedaba esperar a que ella le avisara para irla a buscar. Ya que su camioneta había quedado atrapada en la casa de Marie. Por otra lado, una parte de él estaba al borde de la histeria, queria saber qué había pasado con la rubia abogada amiga de Irene; él sabía que ella y Lucas tenían una especie de relación. Razón por la cual, se sentía aún ansioso por saber que estaba pasando, o mejor dicho, confirmar lo que pensaba desde que unas horas atrás habían literalmente corrido al hospital. Uno no tenía que ser un genio, para sumar un dos más dos. Apostaba su funko de colección de Pikachu, que Marie estaba embarazada, y de ser así, esperaba con todo su corazón que Lucas no fuera un cabezota para arruinar las cosas. Int
~ POV NARRADOR ~ Lucas se encontraba frente a Marie, observándola mientras ella dormitaba, entre ellos, dominaba un silencio que estaba lejos de ser incómodo; era un silencio necesario para los pensamientos de ambos. En realidad, si se veía completamente demacrada y cansada, muy contrario al recuerdo que tenía unas semanas atrás antes que pelearan, y ella decidiera que necesitaban darse un tiempo. Y, aun así, consideraba que Marie se veía completamente hermosa. Quizás estaba aún más jodido de lo que pensaba. Sacudiendo la cabeza, intentado que su concentración volviera a aquello que realmente le importaba; eso era, la situación en la que estaba metido. Marie, en su conversación anterior, unas horas atrás le había dejado muy en claro, que independientemente de lo que él quisiera o creyese, ella queria tener el bebe; con su apoyo o sin él. Lo cual tomo a Lucas completamente fuera de base, pues había considerado anteriormente que ella tomaría la decisión de no tenerlo en caso de vivi
~ POV NARRADOR ~ [Flashback - Ubicado 27 años antes del comienzo de la historia. Sentado en la cama de un motel a las afueras de la ciudad se encontraba, Roberto Páez, de 24 años de edad, a su lado tumbada se encontraba una mujer de belleza clásica, de melena castaña, cuidadosamente cortada a la altura de los hombros. Aquella persona se encontraba profundamente dormida. Ajena a la carga moral que reposaba en sus hombros. Se sentía como una basura, de la peor calaña; estando allí en un motel, cuando su esposa batallaba cuidando a su hijo de un año. Sabía que si, Esperanza se llegaba a enterar de todo eso, no le quedaría más que rogar por su perdón; el cual estaba completamente seguro que no merecía; no después de comenzar a engañarla, cuando ella aún batallaba por adaptarse a su maternidad y volver a la línea después de todo el proceso de traer un niño al mundo. Y, es que mirando con retrospectiva, como lo viera, no existía algo en este mundo que pudiera justificarlo. Había caído
~POV IRENE~Sentada en el asiento trasero del auto de Enzo, únicamente podía ver la expresión de su rostro mediante el retrovisor y aunque la visión era escasa, se notaba que era un caos, no solo mentalmente sino también emocional. A su lado, en silencio permanencia, la mujer que tenía entendido era su abuela y lo cierto es que era tan imponente como me la había imaginado una semana atrás cuando él me comento que tarde o temprano debíamos ir a visitarla ya como una pareja establecida. Más, desde el comienzo no había dicho ni una sola palabra y, eso, sin quererlo me causaba cierta inquietud. Aprovechando el silencio, me sumergí en mis pensamientos; de una cosa estaba segura, y, esa era que nada estaba pasando como lo que alguno de nosotros estaba planeando, lo cual era de esperarse, aquello era como una ley universal. Aunque no podía quejarme del todo, a su manera, todo lo que acontecía en mi presente realidad, no me disgustaba. Claro, aquello nunca lo aceptaría en voz alta, comenza