~POV NARRADOR~ ── Sinceramente no entiendo qué te sucede Lucas, tu mismo te estás contradiciendo. ── Espeto ligeramente exasperada Sámara, sentada en el sofá del balcón del apartamento de Lucas. Sus tacones estaban tirados en una esquina del mismo.── Y, no solo es eso querido idiota, te estás lastimando a ti y a Marie … La voz de Sámara, saco a Lucas de su trance, apoyado en el barandal del balcón, se volteó a mirar a la castaña, liberando un suspiro ligeramente frustrado. ── Yo tampoco entiendo. ── Mascullo como única respuesta antes de hacer la cabeza hacia atrás cerrando los ojos. Sámara, solo fue capaz de mirarlo con algo de pena, lamentando que tuviera que estar viviendo algo así. Aunque, viendo el panorama de los sucesos actuales, no era el único con problemas hasta el cuello; si, se queria ver o pensar, hasta ella estaba metida en más problemas de los que sería sano. ──¿Cómo van las cosas con Nicolás? ¿Cómo están sobrellevando todo lo que pasa? ── Pregunto de golpe Lucas c
~POV NARRADOR~ Recostada en el capo de su auto, en la soledad de un mirador se encontraba Candela, sus ojos permanecían fijos en el cielo, su teléfono estaba silenciado a su lado e intentaba buscar una paz que, lo más seguro es que no pudiera encontrar en los momentos actuales. Si pensaba que antes, su mente era un caos, pues, en los instantes presentes, estaba viviendo un apocalipsis después de la caída de un meteorito. ¿Ahora qué haría? Era una pregunta algo estúpida, tomando en cuenta en todo lo que estaba metida, aun así, era completamente necesaria, a pesar de estar, incompleta; ya que, faltaba lo más importar ¿Con qué?. Cerrando momentáneamente los ojos, se dispuso a hacer una lista de prioridades, una que debía seguir al pie de la letra. Más, definir prioridades no era tan fácil como realmente había creído segundos antes, y, ciertamente, no sabía por donde comenzar. Lo más obvio sería que comenzara por lo más grave, pero, eso quizás era un poco más grande de lo que podía man
~POV NARRADOR~ Cuando Enzo abrió los ojos, se encontró con que estaba solo en la cama, los recuerdos de la noche anterior se apoderaron nuevamente de su mente. Sin embargo, el sonido de cosas en la cocina, moviéndose, le indico que esa era la ubicación de Irene. Levantándose con pereza, camino hacia el baño para asearse antes de hacer acto de presencia. Tenían muchas cosas de las que hablar y decisiones que tomar, y aquello ciertamente lo preocupaba un poco. Que les esperaba. ~…~ En la cocina, Irene, estaba algo nerviosa, ella no estaba muy segura de cómo era que debía actuar, menos después de todo lo que había pasado la noche anterior. Los recuerdos no la habían abandonado desde que abrió los ojos aquella mañana, al ver a Enzo durmiendo tan tranquilo, decidió salir para asearse y hacer algo de comer, antes de enfrentarlo. Lo cierto es que aquella había sido una agradable pausa, antes de volver a realidad, que los apremiaba con su presencia. Ahora más que nunca tenían que estar d
~POV NARRADOR~La situación de Esperanza Páez, era cada vez más sombría, y el único testigo que había de eso era, su hermana que había permanecido allí, aun cuando, Esperanza le había gritado que se largara. Además, de ser el único apoyo que admitía, muy a pesar de su familia que no podía más que respetar sus deseos por ahora, fungía un papel como guardia, evitando que alguien más allá de los médicos entrara a la habitación. Aun a pesar del dolor que eso le causaba, pero, esa era una alegría falsa que le podía dar a su hermana mayor; pues el tiempo se acababa y debían anunciar a su familia, los últimos resultados. Para que, de esa manera, se tomara una decisión que posiblemente no fuera la más fácil o la más agradable de todas, más, era imprescindible tomarla. Aún más, cuando el tiempo te jugaba en contra. Eran las siete de la mañana, un día lunes, cuando Andrea recibió la llamada de su cuñado, anunciándole que sí o sí, ese día, tenía que lograr que Esperanza los recibiera. Que irí
~POV IRENE~ Cuando llegamos a visitar a mi madre el lunes por la tarde, una vez que logramos organizar un poco todo lo que estaba aconteciendo en los momentos actuales. Fue agradable y algo relajante para todos, ver cómo esta nos recibía con una sonrisa de oreja a oreja; sobre todo porque días anteriores se había negado siquiera a dejarse oír. Sabíamos que la situación de salud de mi madre no era buena, pero, de alguna forma, era necesario ver las cosas positivas que había dentro de lo malo, pues, hay cosas durante nuestro paso en la tierra que se nos sale de las manos completamente y no podemos más que observarlas. Y, a pesar de que fue una sorpresa enterarnos de que Enzo y Sámara habían pasado por allí horas, antes, parecía ser, según las palabras de mi tía, que eso había sido el empujón que necesitaba mi madre para dejarse, querer, ver y cuidar nuevamente. Además de ahorrarnos algunas explicaciones, pues apenas entramos nos felicitó a mí y a Nico; razón por la cual la única que
~POV NARRADOR~Después de que las aguas lograran calmarse, todos se fueron retirando uno a uno, para poder digerir la información y de esa manera ir comenzando de esa manera los preparativos para lo que venía. Ya que, finalmente, se había decidido que los últimos momentos de la madre de los hermanos Páez serían en la tranquilidad de su casa. Sería tarea de Roberto infórmale a su hija menor lo que estaba pasando, mientras que Nicolás se había ofrecido para ir gestionando todos los detalles burocráticos que tuvieran que ver con su madre, intentando que de esa manera tanto Irene como Marie, quien además de ser una hija adoptiva, era la abogada de la familia. No se vieran sometidas por el estrés. Cuando Irene llego a casa esa tarde, Enzo quien estaba reunido con Gloria y Candela, noto como la pelinegra estaba desconectada, aunque no fue el único, cosa que logro una reacción de miedo general, es que ¿acaso algo malo había pasado?. Enzo se puso de pie, para ir detrás de Irene, quien cuál
~POV NARRADOR~Frustrada, en la soledad del jardín de la mansión, se encontraba Clarisa, quien desde el día que fue a ver a Irene para conversar con ella sobre la relación con Enzo y en cómo aquello era imposible. Cosa que se vio frustrada por la llegada de su hijo y su suegra; había estado aislada del mundo en general. No estaba de humor para tratar con nadie, sentía que todos estaban en su contra y se encontraba íngrima y sola contra el mundo; sentimiento que solo se había acentuado al darse cuenta de que realmente no tenía ningún tipo de poder, ni contactos. Solo dinero, pero sin conexiones, eso no era nada.El día estaba precioso, la verdad es que el cielo estaba azul claro, sin nubes y el sol brillaba con fuerza, calentando un poco la mañana. Tal cual como si el cielo se estuviera burlando de ella y su malhumor. Chasqueando la lengua se acomodó en la tumbona pensando en que podría hacer. Cuando pronto su mente se vio conectada con la noche que por accidente entro a la tienda de
~POV NARRADOR~ Los días siguientes a que se conociera, la verdad del estado de salud de Esperanza Páez, se llenaron de preparativos silenciosos, no había ninguno de los involucrados de mayor a menor escala que no estuviera agilizando algo referente la boda de Irene y Enzo o a la movilización de Esperanza a su casa nuevamente. El tiempo que tenían para hacer todo, pues según el médico, solo quedaban un par de meses como mucho, aunque siempre podía existir el milagro de que fuera más; aun así, nadie queria arriesgarse, por lo que todos se movían de manera organizada. Además, que aprovecharon todo esto, para que Enzo se dejara ver con Candela; como dictaba el plan que tenía, aunque lo cierto es que esto se había vuelto un dolor de cabeza para los dos, ya que los únicos momentos donde no estaban peleando en voz baja y con sonrisas tensas eran los momentos donde también se encontraba Irene presente. Momentos en los que Candela como Enzo se avocaban a buscar consentir como podían a la pe