~ POV IRENE ~ El día que Lucas fue dado de alta del hospital, yo me encontraba con Marie en su casa junto a Sámara y Samantha. Sentada en la cama de Marie, con Samantha acostada mi pies y con Sámara sentada a mi lado, veíamos a mi amiga caminar de un lado a otro, tal cual león enjaulado; o debo decir pato enjaulado, pues a sus ocho meses de embarazo; mi querida amiga parecía más un patito caminando que otra cosa, lo cual resultaba ser muy gracioso a pesar del trasfondo que había en aquella graciosa escena. ── Si te iba a poner así de nerviosa, no te hubieras ofrecido Marie… ── Se quejó Samantha comenzando a jugar con su teléfono. ── Además no estarás sola con él, yo estaré siempre al pendiente… Aunque quizás… Irene cómprame unos tapones de oído… Las palabras de mi hermana menor, consiguieron hacer que Marie detuviera su marcha, poniéndose completamente colorada, sentándose de manera dramática en la silla de su vanity. ── No es solo eso… No me da miedo estar sola con un hombre. ──
~POV IRENE~Desde aquella tarde en casa de Marie, las cosas habían seguido su curso sin más percances, el paso de las semanas se hizo inminente, acercándose así la fecha de posible parto de mi amiga; al parecer Lucas y ella habían llegado a un acuerdo beneficioso para ambos, pues se les veía bien entre ellos. Aunque Marie no había querido decir nada al respecto; pero, se notaba que se encontraba verdaderamente feliz de que Lucas estuviera involucrado con la llegada de Víctor, también la actitud del pelirrojo era la de un padre orgulloso y es como si todo se estuviera re-acomodando en su orden. Siendo lo único que quedaba sin resolver el tema de Helena Ramírez; la última vez que vi a Candela después del babyshower donde estuvo acompañada de la detective Thalia; cosa que realmente me emociono, pues había algo entre ellas que se estaba formando que podía ser muy bonito para Candela; no obstante , las había notado un poco nerviosas, fue cuando me entere de que Helena había estado dejánd
~POV NARRADOR~La noche anterior, cuando el grupo conformado por Enzo, Lucas, Nicolás y Sámara, termino todos los pendientes involucrados con los tratos recientemente cerrados para el bien de la compañía, todos y cada uno de ellos se arrastró a sus respectivas camas dejando de lado sus teléfonos, quedando estos en silencio o de plano apagados por falta de batería. Mental y físicamente, todos se encontraban agotados y al día siguiente, a horas del medio día, debían estar viajando de regreso a casa. Al tener eso en cuenta, nadie se detuvo a pensar que podría suceder algo, el universo no podía ser tan rebuscado o ¿Sí? La primera en levantarse fue Sámara, eran las seis y media de la mañana cuando sus ojos se abrieron, pues tenía una sensación incómoda recorriendo todo su cuerpo; posiblemente era su sexto sentido femenino actuando; pero, lo primero que hizo siquiera antes de ir al baño fue comprobar su teléfono que estaba encima de la mesa de noche. En cuanto noto que estaba apagado por
~POV IRENE~Desde que Sámara se había puesto en contacto conmigo a eso de las seis y media de la mañana, avisando que movería todo para regresar antes de lo previsto; anuncio que calmo un poco las aguas. El saber que Lucas, venía en camino era importante, después de todo es el padre del niño, de la misma manera que para Marie quien había elegido a Nicolás como padrino del bebe, era importante que estuviera presente. En pocas palabras, ambos tenían que estar sí o sí, y, eso, había mantenido a mi parturienta amiga en un estado de nervios histéricos, aparte de los propios del parto.Las horas pasaban de manera lenta, las contracciones de Marie era cada vez más cercanas, y venían acompañadas de gritos adoloridos, gruñidos y maldiciones dirigidas a cierto pelirrojo que aún brillaba por su ausencia. A eso de las nueve de la mañana, mi padre se acercó al hospital para ver cómo estaba todo y ofrecerse para lo que fuera necesario, y trajo consigo, palabras de aliento por parte de la señora G
~POV NARRADOR~ Había sido paciente y había esperado en las sombras para que fuera el momento correcto para actuar, en ese tiempo oculta, invirtió toda su energía en planear cuidadosamente lo que haría a partir desde ese momento, pues ya no tenía que perder, pero, aun si la atrapaban, ella no se dejaría sin pelear o dejar su marca. Empujada por la ira hacia aquellas personas que le habían arrebatado todo, por un deseo de vengarse de aquellos que se habían regodeado de sus miserias y por el deseo de darle una lección a la hija que la había traicionado. Helena, finalmente, se sentía lista para actuar. A diferencia de cuando su esposo estaba vivo, de cuando tenía poder, le costo un poco más juntar toda la información que necesitaba. Se podía notar a leguas que Helena no se encontraba en su cabales, su cuerpo temblaba y sus ojos estaban dilatados; en todo ese tiempo como fugitiva había tenido que recurrir sustancias estimulantes para poder mantenerse en pie. Lo que la hacía aún más pe
~POV NARRADOR~ Con tantos acontecimientos en los últimos meses, Nicolás sentía que un nacimiento era uno de los mejores sucesos que podía haber después de tanto dolor. Estaba algo nervioso, aunque le relajaba saber que Irene estaba al lado de Marie, y su único trabajo junto a Lucas era esperar. Cuando de pronto su teléfono comenzó a sonar alertando también al pelirrojo. En la pantalla de su celular brillaba el nombre de Enzo, sin esperar que esa llamara desestabilizaría todo, rápidamente descolgó. El tiempo pareció detenerse, cuando Nicolás Páez, atendió la llamada de su cuñado mientras estaba sentado en el pasillo a la espera de que la cesárea terminara. Todo rastro de alegría abandono su rostro, sintiendo cómo sus piernas temblaban, haciendo imposible que pudiera levantarse. Lucas, frente a él, no necesito mucho para entender que algo había ocurrido. “─Nicolás, no logro comunicarme con tu padre, no se como paso, pero alguien se ha llevado a Samantha. Ya avise a la policía, se
~POV IRENE~El proceso de la cesárea fue rápido, incluso más de lo que esperaba, en ningún momento solté la mano de Marie que permanecía agarrándome con fuerza. Mi amiga me miraba con los ojos llenos de lágrimas, a pesar de no sentir dolor, constantemente me decía que podía sentir y que todo era muy extraño. En un abrir y cerrar de ojos, el llanto de un recién nacido lleno la sala, pronto una enfermera se acercó a la nueva madre y le coloco al bebe sobre el pecho, ese fue el momento en el que mi amiga soltó mi mano. Sin poder evitarlo, ambas soltamos un jadeo lloroso. Era tan pequeño y delicado, era una visión hermosa que calentó mi pecho, haciendo que sintiera una oleada de ternura recorriendo mi alma, orgullosa de mi mejor amiga que había creado vida dentro de ella. Tan hermosa y perfecta como lo era el bebe en su pecho que lloraba. ── Es un sano varón de 3, 2 kg y 51 cm, felicidades, señora Silva. ── Dijo la enfermera mientras el doctor revisaba que todo estuviera en orden con M
~POV NARRADOR~La tensión se sentía en el ambiente, aunque eso no era algo raro en la estación de policías; sin embargo, era la primera vez para Thalia Hernández, que sentía esa tensión mucho más profunda y más punzante. Y, es que no era para menos, había sentimientos cruzados en cada uno de los actuales habitantes de su oficina, empezando quizás por quien más llamaba su atención, esa era Candela Ramírez. Desde la primera vez que había cruzado miradas con la morena, se había sentido profundamente atraída por ella; pero, por el bien del caso, por su propia ética laboral y no podía hacer ningún movimiento, sin embargo, esto no había evitado que la castaña detective; tuviera ciertos gestos con la mujer frente a ella; a pesar de que esta, quizás ya tuviera a alguien en su corazón. Aunque en esos momentos no era la situación para pensar en eso, era algo que no podía evitar, más al no poder despegar la mirada de ella,quien ahora permanecía arrodillada a un lado del padre de la mujer, que