Melina camina a la mansión principal a la mañana siguiente para ver a Kat. En el camino, siente un dolor en el bajo vientre y se da cuenta de que se acerca su período. Melina no puede evitar recordar la última vez que pensó que le llegaría el período. Las lágrimas llenan sus ojos al recordar la pérdida de su bebé. Ella extraña a su hijo todos los días. Se seca los ojos al entrar en la casa familiar. Melina espera que Kat no se dé cuenta de que estaba a punto de llorar mientras camina hacia la cocina para encontrarse con ella. Kat suele estar en la cocina a esta hora de la mañana.—Hola querida—dice Kat cuando entra Melina.—Buenos días Kat, ¿cómo estás?—Melina pregunta, caminando hacia ella por la estufa. Se besa las mejillas antes de sentarse en uno de los taburetes de la cocina.—Estoy bien, querida. ¿Cómo estás?—Bien.—Es agradable escuchar eso. ¿Has desayunado?—No, no lo he hecho.—Aquí tienes, cariño—dice Kat mientras coloca un plato de huevos y una taza de café frente a Melina
El médico llega en un tiempo récord y trata el hombro de Thomas. El corazón de Melina se aceleró todo el tiempo y solo se detuvo cuando el médico dijo que Thomas estaría bien.Ella sostiene la mano de Thomas ahora mismo mientras él duerme en el sofá de su oficina. Necesita sentir el calor de su mano contra su piel para recordarle que está vivo. Thomas se negó a ir a casa a descansar, diciendo que una siesta de una hora era todo lo que necesitaba. Melina desearía poder arrastrarlo a casa y ponerlo en la cama para dormir.—¿Qué diablos pasó?—alguien dice mientras irrumpen en la oficina. Melina suelta las manos de Thomas y le dice “shh” a la persona.—Está durmiendo—le dice a Stefano, quien entró con su madre. Leo debe haberles informado sobre lo sucedido.—Mel, querida, ¿qué pasó?—Kat pregunta, olfateando. Melina se da cuenta de que acababa de terminar de llorar ya que su rostro está rojo y sus mejillas yacen manchadas de lágrimas.—James le disparó a Thomas.—¿James le disparó?—Stefano
—¡No!—Melina dice, empujando fuera del brazo de Thomas—. Todavía no estoy de acuerdo—. Melina no podía encontrar en su corazón estar de acuerdo con esto. Ella se niega a aceptar que debe perder a Thomas para recuperar a su hermana.—Principessa—dice Thomas en voz baja, acercándose a ella, pero ella se aleja de él.—¡Te lo prohibo!—dice Melina, sorprendiéndose incluso a sí misma. Melina no podía creer que acababa de decir eso, pero se alegró de haberlo hecho.—¿Me lo prohíbes?—. Thomas, sorprendido, pregunta.—Sí, te prohíbo que te sacrifiques por mi hermana. Me rescataste, así que creo que puedes rescatarla.—Melina, ha pasado casi un mes desde que se la llevaron, y todavía no hemos encontrado una sola pista de dónde podría tenerla.—No importa, la encontraremos. Sé que puedes, Thomas, creo que puedes—. Melina está desesperada por que Thomas cambie de opinión. Ella necesita que él cambie de opinión y reconsidere su decisión. Melina no quiere perderlo.—Rafael la matará antes de que la
Han pasado unos días desde que Melina se mudó a la mansión familiar. Ella se despierta todos los días, con la esperanza de que hoy sea el día en que aparece Thomas, pero él nunca lo hace. Le rompe el corazón cada día que él no aparece. Thomas mantiene su decisión y Melina no sabe qué hacer para que cambie de opinión. Desearía poder hacerle ver las cosas desde su punto de vista.Melina está frustrada con la situación. Ella solo desea poder encontrar a su hermana y rescatarla de manera segura para que no tenga que perder a la persona que ama. Nunca pensó que podría mantenerse firme tanto tiempo como lo ha hecho, y eso alegra su corazón. Está dispuesta a hacer cualquier cosa para salvar a Thomas. Melina sale de su ensoñación cuando alguien tira de su cabeza hacia atrás con fuerza. Se da la vuelta para ver quién es.—Kimberley—dice Melina, sorprendida de verla y preguntándose por qué la agarró del cabello.—Perra—ella gruñe y golpea a Melina en la cara. Kimberley patea detrás de las piern
Melina intenta liberarse cuando James empuja su forma desnuda sobre la mesa. Él aprieta sus manos alrededor de su cuello y la fuerza hacia abajo mientras trabaja con su cremallera. A Melina no le queda mucha energía para luchar. Está agotada por la pérdida de sangre y ha estado gritando de dolor durante las últimas horas. James le había limpiado la espalda durante horas y horas.—¡Mírame!—Alguien en la habitación le habla a Melina. Levanta la cabeza y fija sus ojos en Thomas. Está atado a una silla con su sangre por toda la silla y el piso. Melina apenas pudo reconocerlo ya que le habían golpeado el rostro hasta desfigurarlo. Su pecho está expuesto y lleno de cortes de cuchillas. Lágrimas frescas llenan sus ojos mientras se siente culpable por su condición. Thomas nunca estaría en esta posición si no aceptara cambiar de lugar con su hermana.—Lo siento—dice Melina con voz ronca. Le duele la garganta de gritarle a James que deje de golpear a Thomas hasta convertirlo en pulpa.—No es tu
Thomas acuna a Melina en sus brazos y le dice palabras tranquilizadoras. Pasan las horas y solo se mueve cuando el sudor de Melina comienza a secarse en su cuerpo.—¿Dónde vamos?—Melina pregunta mientras Thomas la levanta de la cama.—Tienes que ducharte—dice mientras la lleva al baño.—Oh.Él la pone en el suelo y coloca su mano en el borde de su camisa. Él comienza a sacárselo de su cuerpo, pero Melina lo detiene antes de que llegue a la mitad de su estómago.—Esperaré afuera—dice Thomas, quitando la mano de su cuerpo y dándose la vuelta para salir.—Espera—Melina lo detiene, agarrando su mano.—Sí, princesa—. Él se da la vuelta para mirarla.—Puedes seguir adelante—dice Melina, mordiéndose el labio, sorprendiéndolos a ambos. Esta es la única forma de saber si Franky tenía razón o no.—¿Estás segura, princesa?—Sí.Thomas vuelve a quitarle la camisa a Melina. Ella contiene la respiración mientras él la tira por encima de su cabeza. Melina siente el fuerte impulso de usar sus manos p
Melina se despierta tarde a la mañana siguiente para encontrar la casa vacía y un guardaespaldas en su puerta. Todo el mundo parece haber salido. Ella va a la casa de la mafia en busca de Thomas. Ella espera que no se haya ido ya al trabajo. Ella quiere saber qué tiene planeado para el día del intercambio. Melina cree que no hay forma de que Thomas se quede ciego, por lo que bien podría saber todo lo que planea hacer ese día si no puede persuadirlo de que cambie de opinión. Tal vez pueda ayudar de alguna manera.Al llegar allí, encuentra su oficina y su dormitorio vacíos, por lo que verifica el próximo lugar posible en el que podría estar, que es el sótano. Melina le preguntó a Linda si había ido a la oficina y ella dijo que todavía estaba en casa.Melina se pasea por el sótano porque las luces son tenues. Mientras baja las escaleras, escucha la voz de Thomas. Gracias a Dios que lo he encontrado. Siguiendo el sonido de su voz, lo encuentra hablando con alguien que solo ha vuelto a ver
Han pasado semanas y no ha habido pistas sobre dónde se encuentra detenido Franky. Thomas le contó a Melina sobre sus planes para el día del intercambio, pero eso no disminuyó sus preocupaciones ya que las cosas siempre podrían salirse de control en tales situaciones. De todos modos, no han dejado de intentar encontrar a Franky y esperan hacerlo antes del intercambio. Richard estuvo cerca de encontrarla una vez, pero Rafael y James se enteraron y la trasladaron. Melina se preocupa por cómo le está yendo bajo el control de James y Rafael. Son monstruos y cada segundo que Franky pasa con ellos pone su vida en riesgo. Melina sale de su ensimismamiento cuando Serena le hace una pregunta mientras preparan la cena en la cocina. Linda no se siente bien, así que Serena preparará la cena para las criadas hoy.—¿Alguna vez has pensado en lo que harás si las cosas funcionan?—¿Qué quieres decir?—Melina pregunta.—Si se encuentra a Franky sin que Thomas tenga que cambiarse.—No lo he hecho—dice M