Una Madre Soltera Para El CEO
Una Madre Soltera Para El CEO
Por: Kar
Capitulo 01

- haz hecho muy feliz a este anciano con esa noticia hijo mío- dijo mi padre mientras me estrechaba entre sus brazos y sonreía genuinamente.

No era para menos, la noticia de mi compromiso era algo que esperaba con ansias. Somos hombres de negocios, pero siempre decía que lo único que le hacia falta a su vida era nietos que le dieran la alegría que le faltaba.

-Estarás mucho más feliz cuando la conozcas, veras que es una mujer realmente hermosa e inteligente-

-Seguro que sí, espero muchos nietos hijo mío, es más como regalo por sentar cabeza con una mujer te tengo una sorpresa-

-¿De qué se trata?-

Con mi padre nunca se sabe lo que él puede definir como un regalo.

-Ya estoy muy viejo, así que después de tu boda tú te harás cargo de todo, yo solo esperare a mis nietos para pasar mis últimos días en familia-

No puedo creer lo que me está diciendo.

-¿A qué te refieres con todo papa?-

-A todo, mis acciones en la empresa, un par de las cuentas- Mis ojos se abrieron por completo mientras buscaba un rastro de sarcasmo en su rostro, pero por más que busque todo parecía autentico.-Sé que te agarra por sorpresa, pero estaba esperando que algo como esto pasara, es más iré a hablar con mi abogado ahora mismo-

Mi padre salió de mi oficina con mucha prisa. Sentí que debía de decir algo más pero no quería detenerlo, esto era muy bueno para ser verdad.

Si tengo en consideración las cuentas de mi padre tendré el capital suficiente para mi propia empresa, podre crear un legado que perdure por muchos años.

Tengo que contárselo a Esther, no hemos hablado de tener hijos, pero no creo que sea un problema para ambos. Tomé mi saco junto con las llaves de mi auto y salí de mi oficina, le informe a mi secretaria que regresaría en unas horas para que tomara las llamadas que llegaran y me fui del lugar.

No había tráfico en la ciudad así que no tarde mucho en llegar al edifico donde vivía, subí hasta el último piso en el que vivía y entre en silencio al apartamento. Estuve a punto de anunciarme pero sobre el mueble había un saco como el que yo tenía puesto pero de un color que yo no solía usar.

Copas de vino a medio tomar.

Música puesta a un nivel bajo para hacer ambiente.

Dime que esto no significa lo que creo que significa. Camine por el pasillo hasta mi habitación la cual tenía la puerta cerrada, mientras me acercaba podía escuchar unos ruidos los cuales me hicieron abrir la puerta de golpe para ver qué era lo que estaba pasando adentro.

-¿QUE ESTA PASANDO?- Fue lo que salió de mi boca al ver a mi prometida en la cama con mi mejor amigo.

Ambos pegaron un brinco separándose y torpemente tapándose con la sabana, Félix se cubrió el rostro con una mano desviando la mirada y maldiciendo.

-Mi amor, esto no es lo que parece- Dijo Esther levantándose de la cama cubierta con una de las sábanas.

-¿COMO NO VA A SER LO QUE PARECE?-

Me lleve las manos a la cabeza.

Ella se acercó para intentar tocarme el brazo, sin pensarlo lo aleje ella me miro herida ¿ella estaba herida?

¿ELLA? YO estaba herido ella era mi prometida y el mi mejor amigo

-HABIENDO TANTOS HOMBRES ¿POR QUE CON EL?-

Feliz era mi socio.

Mi mejor amigo.

Iba a ser el caballero de honor de nuestra boda.

Félix se levantó y comenzó a colocarse su pantalón sin verme la cara se acercó a mi dirección tentándome a perder el control.

-Deja que te expliquemos como pasaron las cosas-

Su descaro fue demasiado para mí, cegado por mi ira y decepción le di un golpe en el rostro con toda mi fuerza, haciendo que esta la girara un poco

-¡¡OLVIDA NUESTRA ASOCIACION!! ¡NO QUIER VERTE NUNCA MAS!- Grite sintiendo que ya no podía controlarme mas

El pareció aceptar el golpe con tranquilidad ya que solo se sobo un poco la mejilla, pero al alzar la mirada vi una pequeña sonrisa dibujada al igual que rastros de sangre en la comisura de sus labios.

-Veamos qué es lo que tiene que decir tu padre, doy mucho dinero para su empresa-

-¡BASTARDO!-

Me abalance dándole un empujón seguido de un golpe, este lo esquivo y me lo regreso golpeándome el rostro lo cual no podía consentir.

- ¡POR FAVOR BASTA! ¡¡DETENGANCE!!

Los gritos de Esther caían en oídos sordos ya que ambos estábamos mucho más centrados en darnos golpes que en ella.

¿Por qué lo había hecho?

¿Por qué engañarme de esa manera?

Félix cayó al suelo sobre su espalda, me coloque sobre el rodeando su cuello con mis manos apretando fuerte.

-¡LO VAS A MATAR MARTIN!-

Ese grito me hizo entrar nuevamente en razón, vi el rostro de Félix el cual estaba luchando por respirar, lo deje y me levante, Esther se le acercó para ayudarlo.

-No te atrevas… ¡NO!- le grite mientras intentaba recuperar el aire.

Él se levantó solo y en silencio salió de la habitación, parecia agotado y a pesar de que sentía aun mucha ira no podía arriesgarme a cometer una desgracia por un malnacido como él, yo no merecia ir a la cárcel por basuras como el

La habitación quedo en completo silencio por unos minutos hasta que se escuchó como la puerta Principal se cerraba.

-¿Estas bien?- pregunto Esther rompiendo el silencio.

-Te vas de mi casa ahora- Ella solo se me quedo viendo en silencio comí si no hubiera entendido lo que le había dicho.- ¡AHORA!-

Comencé a tomar sus perfumes, cremas y ropa arrojando todo al suelo mientras ella lloraba.

- No lo hagas, vamos a conversarlo. Lo podemos solucionar juntos.

Ella aún tenía el descaro de decirme eso lo cual me decepcionaba aún más ya que no era capaz de entender lo que estaba sintiendo en esos momentos.

-Mira todo esto, no debería de dejar que te lleves nada de esto- tome uno de los perfumes mas costosos que le había comprado y lo arroje contra la pared haciendo que se rompiera.

Ella tomo rápidamente sus cosas llorando y las guardo en una maleta, no pude esperar a que terminara de guardar todo así que la tomé fuertemente por el brazo y la saque de ese lugar.

-Me lastimas ¡PARA!- grito ella.

Solo abrí la puerta y la lance fuera junto con su maleta la cual ni siquiera estaba cerrada y sus cosas cayeron al suelo.

-Por favor… perdóname Martin- me dijo una vez más arrodillándose mostrando so rostro completamente húmedo por sus lágrimas.

¿Perdonarla?

¿Después de lo que había hecho? NO, jamás

Solo me limite a verla con una mirada fría.

-No quiero verte nunca más- le dije tomándola por las mejillas fuertemente, la solté porque ya no podía ver aquellos hermosos ojos aparentemente inocentes

Cerré la puerta principal para no verla más.

¿Ahora qué debo hacer?

Me senté en el sofá de mi sala suspirando y sintiéndome completamente devastado, vi las copas con el vino el cual ya sabía porque no habían terminado de beber, lance con mi brazo las copas lejos haciendo que se partieran al llegar al suelo.

La cena ya tiene fecha, las invitaciones ya fueron enviadas, ahora si o si tengo que presentar a una prometida para no quedar en ridículo delante de todos, además de que necesito ese dinero de mi padre para mi empresa.

No pasa nada, no importa lo que tenga que hacer para lograr mis objetivos, lo hare como siempre lo he hecho.

Vi a mi alrededor, enojado y sintiendo como unas lágrimas caían por mis mejillas

¡QUE IMBECIL SOY! ¿Cómo no me di cuenta?

Estire mi mano a la mesa de centro y tome un marco con una foto de Esther y mía juntos, apreté con fuerza el marco de la foto levantándome del sofá y arrojándolo lejos.

¡DESGRACIADA!

¿COMO NOS PUDISTE HACER ESTO?

Tire la mesa de centro haciendo que todo cayera al suelo, me acerque a una de las paredes y no pude evitar golpearla lo más fuerte posible

¡¡LOS ODIO!!

¡MALDITOS INFELICES!

Mi teléfono comenzó a sonar lo cual hizo que dejara de golpear la pared, al dejarla pude sentir el dolor en mis nudillos pero no me importo, respondí la llamada esperando que fuera de la oficina.

- Walton

-Sr. Walton, le tengo excelentes noticias, hable con el abogado de su padre, este cambio su testamento dándole todo a usted Señor-

La emoción era palpable en el tono de voz de mi abogado, ojala yo pudiera estar con esa misma energía.

-Pensé que tardaría más en hacerlo- le dije sin mucho ánimo lo cual él pudo notar rápidamente.

-No parece muy emocionado y eso que no le he dicho las cláusulas todavía-

-¿Cuáles son?-

Conociendo a mi padre no me sorprende que coloque cláusulas que me obliguen a si o si casarme para evitar a toda costa que me arrepienta, aunque espero equivocarme.

-Tiene un tiempo límite para casarse el cual es de 2 meses, aunque como sabemos no será difícil debido a su compromiso con la Señorita Mars-

La señorita Mars, la cual tiene de señorita poco.

-No creo que eso sea muy probable-

Le conté a mi abogado la situación en la que me encontraba, necesitaba que alguien me escuchara. Mientras le contaba vi una de mis manos la cual estaba roja y con  algo de sangre emanando de las heridas que me había hecho.

-No se qué decirle Señor, lamento escuchar que le haya ocurrido algo como eso-

No esperaba una solución, a decir verdad, solo quería ser escuchado y comprendido.

-Lamento darle esta noticia entonces, pero me llamo uno de sus nuevos socios para su proyecto diciendo que necesitaba lo antes posible el capital para iniciar con todo asi que ya me estaba haciendo cargo del papeleo correspondiente

¡MIERDA!

¡MIERDA!

¿Cómo es que un día tan feliz se tornó así?

Hace menos de una hora me sentía en la cima del mundo ahora me siento como un león enjaulado esperando a que quiten la cortina y todos me vean vulnerable.

-Luego te llamo Roger-

No podía seguir con la llamada, aprete el teléfono con una de mis manos mientras soltaba un quejido de frustración.

Todo es culpa de ella, arruino todas las cosas buenas que se venían para mi vida, ahora tenia que solucionar lo que ella había destruido. Espero mas nunca volver a saber de ella, no quiero verla en ningún lugar ni por accidente. Busqué en la galería mis fotos con ella y sin pensarlo comencé a borrarlas, me sentí por un momento un adolescente, pero no quería tener nada de ella en mi teléfono.

Te vas a arrepentir de haber perdido todo esto.

Toc, toc, toc.

La puerta sonó, me acerque a ella abriéndola para ver de quien se trataba, para mi sorpresa era el portero del edificio.

-¿Ocurre algún problema?-

No tarde en hacerle esa pregunta ya que no era normal que el subiera a los apartamentos de los inquilinos.

-Señor, su prometida se encuentra en la recepción semi desnuda llorando e incomodando a todos los inquilinos, le recuerdo que este edificio no tolera ese tipo de comportamientos-

-No me importa lo que ella este haciendo, por mi llame a la policía para que se la lleven por indecente-

Con suerte me tomara la palabra y la encerraran en una celda seria acorde a su transgresión.

-Disculpe, pero ella es su responsabilidad le recuerdo que usted firmo un contrato a la hora de mudarse a este edificio-

-No me importa lo que le pase a esa cualquiera, puede ir a acostarse con quien quiera a cualquier lugar pero ¡NO! En mi casa, sáquela de este lugar-

El portero solo se quedó en silencio viéndome un poco confundido, pero a los segundos pareció comprender.

-Dejaremos pasar esto, pero no se puede volver a repetir-

-No lo hará, ella ya no tiene nada que hacer en mi apartamento, es mas si puede no la deje entrar al edificio ella y yo ya no estamos juntos-

No hubo mucho mas que decir, todo había quedado muy claro para el así que solo se fue. Regrese al cuarto el cual olía al perfume que había roto.

¡MALDICION AHORA TENGO QUE OLER ESTA PESTE!

Saque las cosas que quedaron de ella tirándolas a la basura con impotencia y rabia, habían algunas fotos con mensajes cursis detrás de ellas.

Te amo de aquí al infinito.

Mi pedacito de cielo.

El brillo de mi vida.

¡PURAS MENTIRAS!

Destruí todas las fotos con ira, sentía el dolor en mis nudillos los cuales no habían parado de sangrar pero no me importaba, apretaba los puños haciendo que la sangre saliera. Me deje caer en la cama agotado sintiendo como mi cabeza comenzaba a doler y el aroma de su perfume comenzaba a ser molesto. Estoy perdiendo el tiempo, debería de estar intentando buscar una solución, podría pedirle el dinero a mi padre.

No, no puedo hacerlo él no me lo daría, no sin conocer a mi prometida primero.

Estaba nuevamente sintiendo la rabia en mi cuerpo, pero fui interrumpido por el sonido de mi teléfono, era mi padre.

Genial, es lo que me faltaba.

-¿Qué ocurre papa?-

-Hijo acabo de hablar con tu madre, esta muy emocionada por ti y dice que te llamara pronto para felicitarte, se pregunta si tu prometida tiene alguna particularidad a la hora de comer-

-Papa… ¿Por qué preguntas eso?-

-Tu madre quiere hacer una cena para conocerla, sabes cómo se pone con esas cosas, quiere que sea dentro de 2 días, que la lleves a la casa y así ambos la conoceremos-

¿Ahora que se supone que debo de hacer?

Tendré que mentirles, no hay de otra

-Bueno, tengo que hablarlo con ella, es una mujer ocupada así que aún no le confirmes nada a mama-

-Como tú digas, pero estoy seguro que estará encantada de conocer a sus suegros, además sabes que no es fácil pararle los pies a tu madre. Esperamos por ti hijo-

Fue lo último que me dijo mi padre antes de finalizar la llamada.

¡DEMONIOS! ¿Y ahora qué hago?

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