A la mañana siguiente fue inusual, por decir lo menos. Me desperté con el olor de los panqueques recién horneados y el café. Me encantó el café. Gimé mientras me sentaba erguido en el sofá. Qué incómodo. Pero no esperaba que me llevaran a la cama, joder, si me hubiera tocado, lo habría matado.

"Buenos días, sol". Ace llamó desde el otro lado de la cocina. Parpadeé fuerte mientras me estiraba. ¿Dónde coño estaba yo? Oh, claro...

Me puse de pie, ignorándolo. Subí las escaleras al dormitorio en el que me quedé anoche. O más bien como si no se quedara. Al vestirme con un par casual de vaqueros ajustados y una camiseta que metí, bajé las escaleras. KC fue un salvavidas y me trajo algo de ropa anoche. Pero esa perra desapareció sobre mí anoche.

Cuando volví a la cocina, me senté en la isla frente a Ace. Parecía tan jodidamente tranquilo. "No es una persona matutina". Me levantó la frente. Encerré los ojos. "Café. Ahora". Le chasqueé los dedos a la criada que estaba preparando el desayuno.

"